Además, los estudios reflejan una reducción de entre un 20 y un 30 por ciento en enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, el Parkinson y la demencia senil atendiendo a esa misma comparación.
“La esperanza de vida es un número que es complejo y difícil de interpretar porque es un promedio de lo que viven los seres humanos, pero en ese promedio se incluye la mortalidad infantil, la mortalidad perinatal y la mortalidad por enfermedades infecciosas“, dijo Duperly.
Agregó que esas muertes se han reducido con el desarrollo del agua potable y la aparición de los antibióticos, además de los avances tecnológicos y en cirugía.
De acuerdo con el especialista, el ser humano está programado para vivir unos 90 o 100 años y la recta final es un periodo de deterioro biológico progresivo.
“El objetivo es llegar al máximo de expectativa de nuestra especie“, dijo, y añadió que se trata de alcanzar esa edad con las funciones cognitivas adecuadas, con independencia física y con calidad de vida.