Por este motivo, el compuesto se ha convertido en uno de los más populares dentro del pasillo de los cosméticos y artículos para el cuidado personal.
Lo podemos encontrar como ingrediente en tratamientos, cremas antienvejecimiento e incluso en productos tan esenciales como el champú.
Sin embargo, decir que este es el único uso para el ácido hialurónico sería quedarnos cortos. Es por eso que aquí podremos aprender un poco más sobre este particular elemento y su aporte en distintos campos de la salud.
¿Qué es el ácido hialurónico?
Seguramente ha oído hablar mucho sobre el ácido hialurónico y la forma en que este compuesto es utilizado para realizar tratamientos estéticos.
Y ciertamente, en la actualidad ese es uno de los usos más difundidos a través de los medios de comunicación. Pero lo cierto es que todas las cualidades que se le atribuyen a este ingrediente están muy relacionadas con la naturaleza de este compuesto.
El cuerpo humano es capaz de producir este ácido de forma natural, sobre todo durante los primeros años de vida. Y no hace falta ser un especialista para deducir que el órgano en donde se puede encontrar mayor concentración de este ácido es en nuestra piel.
Este compuesto es el encargado de que la piel sea capaz de conservar la humedad que la dermis tanto requiere para mantenerse saludable.
Sin embargo, el ácido hialurónico también se puede encontrar en otras áreas del cuerpo cumpliendo funciones muy diferentes pero igual de importantes.
Todas las articulaciones de nuestro cuerpo están conectadas por una membrana que está compuesta casi exclusivamente por este ácido.
Dentro de las articulaciones, la concentración de ácido hialurónico está dividida en dos partes. Una primera capa sólida y una segunda capa en forma líquida, la cual está ubicada más hacia los extremos que conectan a la articulación con el hueso.
Aquí la función principal del ácido hialurónico es crear una barrera protectora que evita que los huesos choquen entre sí. Además, también se encarga de soportar una parte importante del impacto que recibe la articulación cuando estamos en movimiento.
En el ojo humano también existen concentraciones un poco más pequeñas de este elemento. Su función en esta parte en particular es ayudar a retener la humedad en el globo ocular y proteger al mismo de agentes externos como la suciedad y el polvo.
Todo lo anterior no solo nos ayuda a tener un nuevo respeto hacia el ácido hialurónico, sino que además nos brinda una comprensión mucho más amplia de su importancia.
Si ha investigado seguramente sabrá que aunque el cuerpo es capaz de producirlo por sí mismo, esta habilidad es algo que el organismo empieza perder con los años.
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Y aunque está más que claro que la presencia de arrugas e imperfecciones en la piel son un signo importante de la falta de este compuesto, hay otros síntomas que dejan en evidencia su déficit en el organismo.
Uno de los más fáciles de detectar por nuestra cuenta, es la pérdida de elasticidad y las dolencias en las articulaciones.
Algo muy curioso es que las dolencias a nivel articular son experimentadas por la persona mucho antes de que las primeras arrugas empiecen a ser visibles.
No podemos negar que el ácido hialurónico cumple un rol importante dentro de nuestra piel. Pero también es muy cierto que dentro del organismo cumple otro tipo de labores que son realmente importantes.
Tipos de ácido hialurónico
Cuando se habla de la distribución comercial de este ácido, dentro del mercado existen dos presentaciones posibles en las que se puede encontrar este compuesto.
La primera de ellas, y una de las más comunes, es el ácido hialurónico conocido como no reticulado. En esta presentación el ácido hialurónico se encuentra en un estado líquido.
Esta presentación es una de las más populares, sobre todo en el sector de los cosméticos y productos antienvejecimiento.
Esto se debe a que el ácido hialurónico en estado líquido es considerablemente mucho más fácil de conseguir. Además, es más sencillo de manipular y aplicar.
En el caso particular de los productos de belleza para el cuidado de la piel, este ingrediente es agregado a la fórmula mediante un proceso denominado síntesis. Es decir, que el líquido es agregado directamente en la fórmula y mezclado con el resto de los ingredientes hasta que la mezcla adquiera la consistencia deseada.
Con el proceso de sintetizado del ácido lo que se busca principalmente es lograr que el producto adquiera un poco de la permeabilidad característica del elemento.
Así se garantiza que el producto pueda absorberse con mayor facilidad en la epidermis y permitir que el resto de los ingredientes puedan actuar sobre la piel.
Pero una de las leyes esenciales de la vida es que para obtener calidad, es necesario invertir un poco más de capital. Y lo cierto es que este principio cabe perfectamente cuando hablamos del ácido hialurónico no reticulado.
Durante el proceso que se utiliza para que la sustancia alcance su estado líquido, la misma pierde la gran parte de sus propiedades principales.
La segunda presentación comercial del ácido hialurónico es aquella que se conoce en el mundo de la medicina como reticulada. Esta viene en la forma de un gel incoloro y de textura densa.
Este gel representa la forma más pura de este compuesto y, por lo tanto, es aquel que conserva todas las propiedades químicas del ácido.
Sin embargo, esta presentación cuenta con un inconveniente clave, y es que la única manera en que puede ser aplicado es mediante una jeringa. Ya que así es posible penetrar la capa externa de la piel y aplicar el compuesto en el área donde se lo requiere.
Por lo general, este tipo de tratamientos es utilizado más comúnmente en medicina para tratar problemas en las articulaciones. No obstante, las inyecciones de ácido hialurónico reticulado también son muy utilizadas en cirugías estéticas.
En ambos casos, estos tratamientos exigen no solamente un tipo muy particular de jeringa, sino que también es necesaria la intervención de un experto. Obviamente todo lo anterior hace que este tipo de procedimientos resulten considerablemente más costosos.
Principales usos del ácido hialurónico
Es cierto que en la actualidad se ha hecho gran promoción del ácido hialurónico. Sobre todo en sus usos y aplicaciones en el mundo del cuidado de la piel.
Pero lo cierto es que este compuesto es más que solamente un ingrediente dentro de las cremas hidratantes.
Una de las características por las que más se aprecia al ácido hialurónico es la capacidad que tiene para retener la humedad.
Y aunque esta cualidad es aceptada por los expertos en cuidado de la piel, también hace que este compuesto brille en otros campos. Por ejemplo, en el área de la salud dedicada a los ojos.
La mayoría de los productos para el cuidado de los globos oculares cuentan con un porcentaje considerable de ácido hialurónico no reticulado. Las lágrimas artificiales y algunos líquidos limpiadores para lentes de contacto son dos de los casos más claros.
Dentro de las ciencias de la salud, se le tiene un particular aprecio a este compuesto. Sobre todo por la capacidad que posee para ayudar a lubricar y revivir los tejidos musculares que conforman las articulaciones.
En páginas de internet y medios impresos especializados se ha llegado incluso a plantear el uso del ácido hialurónico para tratamientos médicos mucho más complejos.
Algunas teorías incluso afirman que con la cantidad correcta de este compuesto suministrada en las dosis controladas, el ácido hialurónico podría convertirse en un aliado importante en la lucha contra enfermedades como el cáncer.
Y a pesar de la fuerte evidencia teórica que respalda esta hipótesis, muchos expertos coinciden en que aún hacen falta muchos más estudios antes de dar inicios con experimentos probados en pacientes humanos.
Lo cierto es que todas las características del ácido hialurónico permiten que este elemento cuente con dos usos importantes en la actualidad.
Estético
Es inevitable negar el hecho de que esta es la aplicación y aprovechamiento de las cualidades del ácido hialurónico más difundida por los medios de comunicación.
La capacidad que tiene este elemento para retener agua hace que sea sumamente efectivo para reducir signos de la edad como arrugas y patas de gallo.
Médico
Aunque este no cuente con la misma cobertura mediática que el uso anterior, desde hace muchos años la ciencia médica ha hecho uso del ácido hialurónico.
Este ácido es ampliamente utilizado para tratamientos de enfermedades que afectan las articulaciones y el tejido blando que las recubre como la artrosis.
Contraindicaciones
No cabe duda que cuando se habla de la estética y cuidado de la piel, el ácido hialurónico es el ingrediente estrella en la mayoría de los productos y tratamientos cosméticos.
Sin embargo, este es un elemento que debe de ser manipulado con extremo cuidado por profesionales capacitados para tratar con el mismo.
Muchos portales digitales y estudios recientes señalan que si bien el ácido hialurónico es bastante útil para ciertos procedimientos, también advierten que el uso excesivo del mismo puede generar más complicaciones que beneficios.
Irónicamente, la propiedad más beneficiosa de este compuesto es también una de las más grandes limitantes a la hora de utilizar este ácido para las cirugías.
El ácido hialurónico está conformado principalmente por células que actúan como pequeñas esponjas las cuales absorben el agua y la retienen por un tiempo.
Si bien esto es beneficioso para la piel, puede traer ciertas complicaciones a largo plazo.
Para nadie es un secreto que para que el organismo funcione adecuadamente, es necesario que el mismo reciba la cantidad justa de cada elemento.
Por lo tanto, un nivel excesivo de ácido hialurónico en la piel puede alterar considerablemente la producción de otros compuestos necesarios.
Algo que altera de forma radical las cirugías estéticas que se realizan usando este ácido, es que la capacidad del cuerpo para producir ciertas proteínas como el colágeno se ve muy comprometida.
Esto ocurre principalmente porque para estimular la producción de esta proteína, es necesario que el cuerpo conserve una cierta cantidad de agua destinada para dicho propósito.
Otro problema importante de las cirugías con ácido hialurónico reticulado es que cuando es inyectado sobre las articulaciones esta requiere un tiempo para poder asentarse.
Por ende, el paciente que es sometido a dicha cirugía necesita de un par de días de reposo antes de recuperar por completo la movilidad.
También existen casos donde surgen pequeñas protuberancias en las articulaciones como consecuencia de un error en la cantidad de ácido suministrado en la dosis.
Pero a pesar de que toda esta información ha sido confirmada, muchas personas permanecen ignorantes de ella.
Los medios se han centrado tanto en resaltar los beneficios y sus bondades, que se han olvidado por completo de advertirnos sobre las consecuencias de abusar del mismo.
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Siempre debemos tener presente que el ácido hialurónico es un elemento de uso médico. Así, cualquier tipo de tratamiento que lo involucre debe ser consultado y previamente aprobado por un especialista de la salud antes de siquiera iniciarlo.
Proyecciones hacia nuevos usos
Si bien los usos estéticos del ácido hialurónico están más que confirmados, aún quedan por verificar ciertas aplicaciones dentro del mundo de la medicina.
Cómo hemos visto con anterioridad, este compuesto es utilizado principalmente para tratamientos de enfermedades degenerativas que afectan principalmente las articulaciones.
Pero recientemente se han publicado teorías en las cuales se plantea el uso de este ácido para procedimientos médicos más delicados.
Para entender bien esto, es necesario conocer una de las cualidades fundamentales del ácido hialurónico.
Y es la habilidad que posee para acceder al organismo con facilidad, incluso cuando el mismo es aplicado de forma externa.
Este principio es muy utilizado sobre todo en la elaboración de productos cosméticos como cremas hidratantes y tratamientos antiedad.
Muchos expertos coinciden en que esa característica hace que el ácido hialurónico pueda resultar un importante aliado en la lucha contra enfermedades como el cáncer.
La teoría sostiene que el ácido, inyectado junto con el resto de los compuestos usados en la quimioterapia, no solo detendrán el desarrollo de la enfermedad, sino que, además, reducirán considerablemente los efectos de los medicamentos en el resto del cuerpo.
Es decir, que el ácido hialurónico permitirá aislar las células cancerígenas del resto del tejido sano. O al menos, es lo que debería ocurrir según la teoría.
También, muchos expertos consideran que este compuesto podría ser un agente clave para el futuro de los procedimientos médicos con células madres.
Al igual que en el caso anterior, la teoría plantea que el ácido hialurónico podría ser un buen vehículo para ayudar con la efectividad del tratamiento.
Haciendo que el cuerpo no perciba estas células como una posible amenaza, al prolongar sus efectos.
Todo esto resulta bastante prometedor, pero no debemos de olvidar que hasta los momentos solo son teorías.
Aún queda mucho por estudiar y experimentar con este compuesto antes de que pueda empezar a ser utilizado en dichos tratamientos de forma oficial.
Conclusión
El ácido hialurónico se está volviendo más popular que nunca, sobre todo entre las personas que buscan formas de mantener su piel hidratada y rejuvenecida sin recurrir a las cirugías.
Pero como ya pudimos observar, este complejo químico es más que una herramienta para mejorar la estética de la piel y combatir los signos de la vejez.
La medicina moderna siente un gran aprecio por este ácido, sobre todo por la capacidad que tiene para ingresar al organismo de forma poco invasiva. Todo esto ha llevado a muchos especialistas a plantear futuras aplicaciones para el mismo.
Si a esto se le suma toda la precisión y exactitud que poseen los laboratorios modernos, queda claro en que solo será cuestión de tiempo antes de que este elemento empiece a ser usado en otras ramas de la ciencia médica y cosmética.
Solo una cosa nos debe quedar clara y es que ahora es que queda por aprender sobre los verdaderos beneficios del ácido hialurónico.
Hoy en día este compuesto está gozando de mucha aceptación dentro de la opinión pública. Sobre todo en una sociedad en la cual las personas tienen más fuentes y mayor acceso a la información que hace diez años.
Pero se debe tener presente que aunque el ácido hialurónico promete muchas cosas positivas para el futuro, no todo es color de rosa.
Al igual que con cualquier otro elemento, este ácido debe ser tratado con extremo cuidado y usado con responsabilidad en un ambiente controlado y siempre bajo la supervisión de un especialista.
Nunca debemos olvidar, sin importar lo que se diga a través de los medios de comunicación, que siempre debemos tener cierto grado de escepticismo. Y en el caso de compuestos como el ácido hialurónico, lo mejor es buscar la opinión de un profesional.
Cuando se cuenta con las herramientas, medios y la capacidad para estudiar con detenimiento cualquier compuesto químico u orgánico, no existe ninguna limitante para sus posibles aplicaciones en determinados campos.