Además de la simbiosis con el extenso reino vegetal, las personas hemos aprendido del conocimiento vegetal para poder alimentarnos, y también sanar emocional como mentalmente.
Los primeros registros del uso de plantas o hierbas medicinales por parte de los humanos datan de hace unos 60 mil años.
En su investigación Plantas sanadoras: pasado, presente y futuro, la doctora en Ciencias Biológicas Andrea A. Barquero de la Universidad de Buenos Aires, expone que la prueba más antigua sobre el uso de plantas como medicinas fue encontrada en las montañas de Zagros, en Irak.
Barquero remite que el mencionado hallazgo, registrado por el arqueólogo Ralph Solecki en 1960, mostró un esqueleto en posición fetal sobre un lecho junto a varias especies de flores (ilenrama, aciano, cardo de San Banaby, hierba cana, jacinto, y una especie de malva), de las cuales el 90% tenían propiedades que abarcaban desde el alivio del dolor de muelas y la inflamación, hasta su uso como cataplasma y en contra de convulsiones.
Asimismo, la bióloga recuerda cómo durante la Antigüedad, tanto los sumerios, los egipcios, los indios -a través de la medicina Ayurveda-, los griegos, los romanos, los aztecas y los mayas, lograron desarrollar saberes en el uso de las hierbas que encontraron en sus propios contextos.
En la mencionada investigación, Barquero señala que la idea de utilizar un compuesto “puro” obtenido a partir de una planta con acción terapéutica, surge en 1803 con el aislamiento de los primeros alcaloides.
La investigadora también ha apuntado que estos usos han llevado a que de las casi 250 mil plantas que existen en el planeta, el 10% sea evaluado con fines terapéuticos.
A través de las investigaciones de especialistas químicos así como farmacéuticos desde el siglo XIX, los conocimientos de las plantas medicinales se han expandido por todo el globo, llevando incluso a que muchos componentes naturales se distribuyan en forma de pastillas.
Plantas a favor del sistema nervioso
Ya sea mediante el olfato, así como en su aplicación sobre la piel o de manera digestiva, las plantas tienen varios efectos positivos sobre las personas.
La psicóloga clínica Melisa Mendoza apunta que esto se debe a los distintos componentes químicos que presentan las especies vegetales y la manera en la que reaccionan una vez son aplicadas o ingeridas por las personas, y por la forma en la que afectan el sistema nervioso central.
Las hierbas o los componentes vegetales pueden contrarrestar efectos del sistema nervioso como el estrés, la ansiedad, la tensión e incluso la depresión.
“Por ejemplo, la lavanda tiene el linalool, que tiene un efecto calmante; la lavanda, la manzanilla, la albahaca, son otras plantas que también pueden promover ese estado de relajación y de reducción de ansiedad“, comparte la especialista.
En muchas ocasiones, los efectos de las plantas en el sistema nervioso también pueden lograrse a través del olfato. Mendoza argumenta que la relación es profundamente significativa debido a que hay una conexión entre el sistema olfativo y el sistema límbico, el cual regula nuestras emociones y nuestra memoria.
Aunque se trata de opciones válidas para menguar episodios de estrés o incomodidad física y emocional, es importante que las personas veamos la importancia de sobrellevar procesos terapéuticos y no dejar la responsabilidad únicamente en las plantas.
“Es importante educar a la gente sobre la complejidad de lo que es el bienestar mental. Las plantas pueden ofrecer un alivio temporal. Esto aplica en los psicofármacos, porque son químicos. Eso solamente alivia el síntoma, pero no abordan la causa subyacente de lo que podría ser el estrés, la tensión o lo que esté pasando la persona“, opina Melisa Mendoza.
La psicóloga recuerda que es importante las personas podamos desarrollar estrategias o herramientas que nos ayuden a largo plazo a manejar las emociones y los pensamientos. Esto, dice la entrevistada, se logra a través de un proceso terapéutico.
De igual manera, la especialista infiere que el acercamiento con plantas y por ende, con la naturaleza, es vital para entender nuestra naturaleza humana y terrenal.
“Estas prácticas nos recuerdan que somos parte de un sistema más amplio, ya que nuestro bienestar está íntimamente ligado al mundo natural. Respetar esa conexión puede ser un gran paso hacia un enfoque más integrado y sostenible para nuestra salud mental y física. Hoy en día está comprobado con la ciencia cómo la naturaleza juega un papel súper importante en el equilibrio de nuestro sistema nervioso. Así que yo diría que es fundamental esa conexión”, apunta Mendoza.
Hierbas contra el estrés y la tensión
Varias de las plantas que se utilizan para aliviar la tensión y el estrés también se distinguen por compartir propiedades con la capacidad de ayudar al cuerpo a adaptarse y resistir el estrés físico, químico biológico sin afectar otras funciones corporales.
“Todo está conectado en el universo. La relación de las plantas con los humanos. La relación de las plantas con los humanos se ha dado desde que éramos cazadores y recolectores. Es una relación bioquímica que puede tener varios efectos“, agrega el terapeuta holístico Estuardo Mendoza.
El entrevistado comenta que para reducir los efectos de la tensión y el estrés, en Guatemala se pueden adquirir varias plantas. Su uso varía y es fácil de aplicar. Entre ellas recomienda:
- Lavanda: Puede utilizarse como aceite esencial y a la vez, puede aplicarse como difusor, ya que es una planta aromática. Asimismo, se puede aplicar dentro de un sahumerio. Las flores son utilizadas en infusiones bebibles. Además de aportar a la relajación, ayuda a contrarrestar el insomnio.
- Manzanilla: Conocida popularmente por su aporte digestivo, esta planta opera de forma ansiolítica en cuanto a que reduce niveles de ansiedad y es un gran calmante. Generalmente se recomienda consumirla como infusión bebible.
- Valeriana: De acuerdo con Estuardo Mendoza, se trata de una planta cuyo sabor puede ser muy fuerte que no suele atraer a todas las personas. Suele relajar músculos y promueve la regulación del sueño. Se puede tomar como un té. No es recomendada en mujeres embarazadas ni en menores de 3 años.
- Té verde: Muy famoso para levantar el ánimo y a la vez para relajar, esta hierba ayuda a regular estados depresivos y a reforzar la longevidad por sus componentes estimulantes. Además de reducir el estrés, disminuye la frecuencia cardíaca. Se recomienda consumirlo de forma bebible.
- Albahaca: Aunque es común como una especie que mejora platillos, esta planta así como la manzanilla, es una buena digestiva. Además, permite que se regule la ansiedad y se relajen los músculos. Se puede consumir también de forma bebible.
- Toronjil: Es conocido por sus propiedades relajantes y sedantes, así como por su capacidad digestiva. Se puede emplear como aceite esencial en la aromaterapia, y también puede beberse como infusión.
- Hierba de San Juan: Es considerado un antidepresivo natural y por sus capacidades antiinflamatorias. Además permite una mejora en el ánimo de las personas. Se puede consumir en una infusión, como tintura, en cápsulas
- Pasiflora: Guarda propiedades sedantes, ansiolíticas y calma los nervios. Se consume a través de suplementos como tabletas o tinturas líquidas, así como en formas bebibles.
- Tilo: Históricamente utilizada por sus efectos calmantes y relajantes, así como para regular la ansiedad y promover la relajación, el tilo es una planta fácil de adquirir y cuyas flores secas suelen prepararse en agua caliente. Asimismo, se puede tomar en tinturas diluidas en agua.
Más allá de las características y los aportes que tienen estas plantas, es importante que las personas interesadas en utilizarlas o consumirlas puedan consultar con un especialista médico o naturista sobre los posibles efectos, ya que dependiendo del cuadro de cada persona, podrían desarrollarse afecciones o síntomas secundarios.