Los expertos indican que son temas que se pueden dar a lo largo de la relación, pero si en caso no se han abordado, es mejor hablarlo lo más pronto posible si la boda o la mudanza ya están en el calendario.
“Muchas veces por falta de interés o por vergüenza de que la otra persona vaya a creer que ya queremos el anillo o irnos a vivir juntos no hablamos acerca del futuro, de si se quieren tener hijos, de la situación financiera, de las parejas pasadas, etc. Pero, son temas que en algún momento hay que enfrentar para conocer mejor a nuestra pareja y es mejor hacerlo antes de dar un paso más serio en la relación”, afirma Josseline Gálvez, psicóloga de adultos, especializada en divorcios y relaciones.
La profesional recomienda perderle el miedo a la frase “tenemos que hablar” y aplicarla más en la vida en pareja. “Creemos que cuando nos dicen eso viene un tema incómodo o molesto, pero no siempre es así. La pareja puede ser su mejor amiga y confidente, entonces hay que tener la confianza para contarle todo”, agrega.
Con las siguientes preguntas podrá comenzar conversaciones sinceras y profundas, para conocer mejor a su pareja y cómo podría ser su vida en el futuro.
¿Cómo resuelves los problemas con tu familia, con tus padres y amigos?
Es muy probable que en el noviazgo se presenten conflictos, por lo que se asegura que en el matrimonio o al ya vivir juntos también suceda. Esta pregunta no se trata para saber acerca de qué o cómo han sido los problemas, sino cómo los han resuelto, porque será el modelo que probablemente aplicará cuando como pareja tengan sus diferencias. Esto dará luz acerca de qué esperar cuando se enojen.
¿Quieres tener hijos? Y si es así, ¿cambiarías pañales y ayudarías en su educación?
Esta es una de las preguntas más importantes, por lo que se debe responder de forma honesta y no lo que la otra persona quiere escuchar, dice Ángela Flores, psicóloga clínica. Antes de casarse o ir a vivir juntos la pareja debería conversar si quieren tener hijos, cuántos, en qué momento, si se imaginan cómo sería su rol como padres, propósitos o actividades que piensen cuando los hijos ya no estén en casa, etc. También hablar de métodos anticonceptivos y enfermedades de transmisión sexual.
Además, esta interrogante puede llevar a decidir si quieren tener una mascota, o si uno de los dos ya tiene entonces decir si se la llevará al nuevo hogar.
¿Tu dinero, el mío o el nuestro?
Las finanzas es de los temas que más causan problema en una pareja, por lo que para ahorrarse más de un inconveniente en el futuro es mejor dejar las cosas claras. No se trata de sacar la calculadora ni tratar de ver quién gana más, sino de definir a grandes rasgos la economía del hogar: ¿crearán una cuenta en común o serán cuentas separadas? ¿aportarán la misma cantidad de dinero o según el porcentaje de sus ganancias? Al aclararlo también se pueden dar idea de qué comodidades podrán tener como pareja.
Además, hablar de en qué casos consideran vital comprometerse a adquirir un préstamo y medir la cautela financiera o la imprudencia del otro. ¿Cuánto estarían dispuestos a pagar por un carro, un sofá o un par de zapatos?
¿Compartiremos las tareas domésticas?
Pensar en la organización del hogar desde tiempo antes también ayuda a evitar problemas. ¿A solo uno de los dos estará a cargo de las tareas domésticas o harán una lista y las repartirán equitativamente? Al haber resuelto la pregunta del punto anterior también pueden resolver si consideran tener a una persona que les ayude con los quehaceres del hogar. Acá también se conocen gustos como si a alguien le gusta más lavar los trastes que cocinar, o a uno le gusta más barrer que trapear.
¿Qué importancia tienen nuestras metas profesionales?
Las metas personales también tienen un rol importante en la relación de pareja. Antes de ir a vivir juntos hay que analizar la importancia de su carrera, cuáles son los objetivos laborales de cada uno, si están dispuestos a dejar su vida familiar o a cambiar de país para cumplirlos, si trabajarán tiempo completo o si cambiará esa dinámica al tener hijos.
Aunque parezcan temas prematuros es importante dejar claro a qué está dispuesto cada uno, dice Josseline Gálvez, psicóloga de adultos.
¿Qué admiras de mí y qué te molesta?
El amor no es perfecto, quizá tengan diferencias como que a uno le guste salir de noche, pero al otro le gusta dormirse temprano; a uno le encanta ser muy ordenado, mientras que el otro es descuidado; uno se pone de mal humor si lo despiertan de una siesta o si está acostumbrado a hacer ejercicio los siete días de la semana.
En un principio las diferencias no son problema al inicio de la relación, o cuando no viven juntos, pero cuando eso cambia podría generar problemas.
¿Qué tan importante es el sexo para ti?
En una relación saludable se pueden abordar cualquier tipo de temas, por lo que se incluyen conversaciones acerca de lo que cada uno disfruta del sexo y la frecuencia esperada. Quizá uno de los dos espera una experiencia diferente mediante el sexo, por lo que es mejor dejarlo claro.
¿Qué tan importante es la religión? Si lo es, ¿en dónde celebraremos las festividades religiosas?
Si los dos tienen religiones distintas, ¿cada uno seguirá su afiliación religiosa y qué pasará si tienen hijos? Quizá en los años de relación ya han determinado en qué casa pasan la Navidad y el Año Nuevo u otras festividades. Cuando deciden vivir juntos estas dinámicas pueden cambiar, por lo que es mejor tener un plan.