Salud y Familia

7 estrategias para no procrastinar durante el “home office”

Trabajar desde casa puede significar varios desafíos, como evitar las distracciones y la procrastinación. Aquí le explicamos cómo concentrarse mejor.

Si acaba de comenzar a hacer home-office quizá todavía no se ha percatado de las distracciones que tiene a su alrededor y que podrían interferir en su trabajo, como la familia, mascotas, el celular, incluso el internet, porque ahora podría revisar más veces sus redes sociales o ver más videos en YouTube, pues no tiene a su jefe cerca. Sin embargo, estas distracciones lo hacen procrastinar y atrasarse en el trabajo.

De acuerdo con doctora en Psicología Cristabel Ramírez, la procrastinación es la postergación de las actividades que se sabe que hay que hacer y, por lo general, son urgentes. Pero al estar más cómodo en casa, sin alguien que controle o por tener más tiempo disponible, el cerebro “entra en rebeldía” y deja las obligaciones o acciones que resultan estresantes por un lado, para comenzar a hacer otras.

El ciclo de la procrastinación consiste en:

  • Percibir ansiedad o incomodidad frente a la actividad que hay que hacer.
  • El cerebro busca aliviar esa sensación con otra tarea. Esa es la razón por la que inmediatamente se vuelve muy productivo en esa otra acción, que no es prioridad en ese momento.
  • El cerebro archiva la tarea que hay que hacer como estresante e incómoda, por eso busca más distracciones o una razón lógica que explique el motivo por el que se aplazó. En ese momento aparecen excusas como “mañana sí le daré todo el tiempo necesario”, “era importante ver ese video o leer ese artículo, por eso no pude hacer la tarea”, entre otras.
  • Al recordar la tarea que había que hacer, se genera culpa o remordimiento y se vuelve al primer punto.

Entre las principales consecuencias de procrastinar se encuentra, además del estrés y la culpa, la mala reputación de ser muy lento en el trabajo, la pérdida de ambición de tener éxito o lograr metas, no tener los resultados deseados. Esto, en conjunto, afecta el estado de ánimo y la autoestima.

¿Cómo evitar la procrastinación?

“Siempre he imaginado que la procrastinación se vuelven como olas de mar chocando contra un muelle. Una y otra vez, haciendo ese muelle cada vez más y más débil. La única solución es construir un rompeolas fuerte, que controle esa marea de distracciones, excusas e improductividad”, dice Tania Sanz, experta en gestión del tiempo.

Las profesionales comparten algunas estrategias para evitar la procrastinación:

Organice sus tareas para las horas de mayor productividad

Para lograr una buena gestión del tiempo, lo ideal es que las actividades se sincronicen mientras está más activo, cuando su cuerpo y mente estén más dispuestos a trabajar y llevar a cabo tareas exigentes.

De acuerdo con la coach de vida, Lucía Contreras, no debe esperar cada día para ver en qué momento  está más activo para hacer el trabajo pesado. Lo recomendable es que tome en cuenta las horas en las que está con más ánimo y concentrado, entonces al hacer su programación de actividades, las más difíciles las coloque en ese horario.

Hacer una programación de su tiempo le ayudará a establecer límites de tiempo y fechas en que debe entregar su trabajo. Colocar el tiempo de inicio, desarrollo y culminación de cada tarea hará más realista su calendario y lo motivará al cumplirlo.

Trabaje en un ambiente adecuado

Establecer un lugar específico para trabajar, con buena iluminación y pocos elementos que lo distraigan ayuda a tener mejor concentración. Si no cuenta en su casa con un escritorio, puede usar la mesa del comedor. Lo importante es que siempre haga su trabajo en el mismo lugar.

“Puede colocar una imagen o un accesorio que lo motive. Por ejemplo, si está acostumbrado a escuchar música mientras trabaja, puede colocar una bocina y crear una playlist larga que  abarque el tiempo que tiene programado para trabajar. Al optar por esta opción evitará cambiar canciones o buscar en YouTube, que al final lo hará perder tiempo”, comenta Contreras.

También debe tener en este lugar todo el material que utilizará, así no se tendrá que levantar a cada rato a buscar las herramientas que necesita.

Comience por lo más difícil

Si considera que organizarse por su horario de productividad no es una opción, divida las tareas en tres niveles de complejidad: fácil, medio y complejo.

Entonces, inicie por la que tiene nivel medio, así su cerebro comienza a tomar el ritmo de trabajo. Después haga la más compleja y por último, la más fácil. Esta opción también puede hacerla con cada etapa de una misma tarea, para evitar la postergación.

La regla de 45×15 minutos

Ramírez recomienda trabajar por 45 minutos seguidos, sin opción de revisar redes sociales, el celular o buscar videos en cualquier plataforma. Además, sin levantarse de su lugar si no es necesario. Durante este tiempo logrará que su cerebro se concentre y lleve a cabo su trabajo de mejor manera.

Pasado este tiempo, tome 15 minutos para descansar. En este receso podrá hacer lo que usted quiera. La distracción le ayudará a que el cerebro tome aire y pueda volverse a concentrar y ser más creativo.

La profesional aconseja programar alarmas cada periodo de tiempo, para evitar la procrastinación.

Busque recompensas

Si logra cumplir la regla anterior, durante los 15 minutos de receso puede obtener un “premio”. Por ejemplo, si desea ver algún video, escuchar una canción específica o refaccionar podrá hacerlo únicamente después de cumplir los 45 minutos de trabajo.

También puede buscar recompensas según los proyectos que tiene. Es decir, al terminarlo podrá ver una película o jugar con su mascota. Lo ideal es que estos premios que requieren más tiempo sean programados para el final del día o cuando termine su trabajo diario.

Tener recompensas lo motivará a hacer las tareas que considere aburridas o estresantes. Además, lo motivarán a no perder el tiempo.

Estrategia origami

Si la actividad que procrastina la ve muy extensa, lo que debe hacer es dividirla en etapas, para que sea mucho más fácil comenzar. Lo ideal es que la divida en procesos o etapas que sean fáciles de comenzar o con algo que lo motive.

Una forma de hacerlo es crear una lista con pasos pequeños y muy específicos, y comenzar con el primero.

Opte por el diálogo interno

Las frases como “tengo que” o “debo” implican que no tiene decisión propia y promueve el autosabotaje, la falta de motivación y de autocontrol.

Por eso, Sanz aconseja replantear su diálogo interno y decir: “yo decido hacer…” o “yo elijo empezar a…”. Esta forma de hablarse implica que usted tiene el control y le ayuda a esquivar la procrastinación.

ESCRITO POR:

Andrea Jumique Castillo

Periodista de Prensa Libre especializada en temas de salud, bienestar y cultura, con 5 años de experiencia.