Es posible que a estas instancias del mes ya haya iniciado la ruta hacia ese nuevo propósito, pero también cabe la posibilidad de haber detenido algunos días de práctica intencionados para esa meta anhelada.
Ante lo mencionado, es pertinente tomar una pausa, analizar los deseos y replanteárselos. Al final, de eso se trata el proceso de crear hábitos de manera consciente. Lo mejor de llegar a esta disyuntiva es que usted ya tiene una intención.
La duda restante es ¿cómo puede transformarse esa intención en un nuevo hábito?
Operación de un hábito
Antes de responder a la gran pregunta, la psicóloga clínica Manuela Méndez explica en qué consiste un hábito.
A decir de la especialista, se trata de acciones cotidianas realizadas de manera cognitiva “con una alta frecuencia”, lo cual permite que las acciones se vuelvan habituales con el pasar del tiempo.
Se debe mencionar que la operación de los hábitos no ocurre dentro de la mente. Al contrario, son concebidos dentro de las actividades cerebrales.
El cerebro envía señales a las neuronas luego de repetir varias veces una misma actividad. Al recibir los estímulos, el órgano asocia una constante y la envía a las neuronas para “oficializar” una nueva conducta, explica Méndez.
Así, el cerebro comienza a entender de manera automática cómo debe proceder. Luego, disminuye su energía para lograr la actividad. “Al final, el cerebro busca la ruta más fácil para actuar automáticamente”, comenta la psicóloga.
Al ocurrir dentro del cerebro y de manera automática, los hábitos dejan entrever que las personas quizás no estén conscientes de todas las actividades que realizan a diario. La psicóloga Méndez subraya que del 60 al 80 por ciento de nuestras acciones se hacen de manera rutinaria.
Tipos de hábitos
Ya hemos visto que los hábitos llegan a ser realizados de manera automática e inconsciente desde la cotidianidad. No obstante, estas actividades diarias tienen la particularidad de ser beneficiosas y en algunos casos perjudiciales, aún sin darnos cuenta.
Así como lo dice el experto en coaching Yasid Barrera: “Los hábitos nos hacen, pero también nos deshacen”. El especialista en liderazgo explica que los humanos estamos regidos por dos tipos de hábitos: los desarrolladores y los limitantes.
Para Barrera, los primeros son aquellas actividades que mejoran a una persona, y que otorgan valores. Se asemejan a las virtudes y muchas veces, son logrados desde procesos conscientes.
Por otro lado, los limitantes son aquellos ejercicios que automáticamente son improductivos para las personas y que tienen una sanción o un costo en áreas emocionales, laborales, familiares, y demás.
Aunque muchos hábitos implican consecuencias negativas, quienes los provocan pueden comprender su gravedad. Así lo explica la psicóloga Méndez: “Si sabemos que algo no está bien, probablemente vaya a ser perjudicial a la larga. Eso también pasa con los hábitos.”
Manuela explica que las personas podemos estar conscientes de los malos hábitos, pero los evadimos, puesto que es una posición más cómoda. “Tendemos a buscar lo fácil”, agrega.
La psicóloga agrega que los hábitos tienen una estrecha relación con las emociones, ya que el ser humano está guiado por las emociones experimentadas, que a la vez tienen un efecto sobre cualquier elección.
Lo anterior influirá posteriormente en el estado anímico con el que la persona se encuentre al momento de crear nuevos hábitos. Si nos encontramos bajo un estado de ánimo negativo, es probable que nuestros hábitos sean igualmente nocivos.
A decir de Yesid Barrera, muchos de los hábitos desarrolladores y limitantes que tenemos han sido adquiridos durante los 0 y los 12 años.
La buena noticia, dice el experto, es que, llegada la adultez se pueden transformar aquellas constantes negativas en algo positivo y beneficioso; eso sí, partiendo desde el compromiso.
Transformar la intención
Dentro del mismo escenario, el coach Yasid Barrera recomienda tres puntos para transformar esos hábitos negativos en algo más beneficioso, partiendo de un estado consciente y racional. Así los explica:
- Analizar los hábitos: Es pertinente hacer un diagnóstico de las actividades diarias para preguntarse qué no está funcionando en la vida y cuáles hábitos son los que limitan y los que desarrollan. Otras preguntas recomendadas para hacer un análisis son: “De esto que estoy haciendo ¿cómo impactará en mi futuro?” o “¿Tengo claro qué debo hacer?”.
Barreda indica que solo desde los cuestionamientos personales podemos enfrentarnos a nuestra propia ética. Así podrá saberse cuáles son los miedos que nos persiguen, reconocer qué está mal para conscientemente querer cambiar lo que acontece.
- Seleccionar un hábito limitante: Muchos desean cambiar hábitos limitantes, pero las personas no estamos hechas para hacer tantas modificaciones a la vez, dice Barrera. Para ello, es importante que después de analizar los hábitos se elija cambiar aquel que esté efectando prioritariamente.
Yesid enfatiza en trabajar un solo hábito por temporada -hasta lograrse-, ya que por lo general el cerebro está programado para hacer una sola cosa eficiente a la vez (a excepción de otros casos, dice el coach).
Barrera comenta que al incorporar un nuevo hábito que suprimirá la anterior conducta, es posible que surjan nuevos hábitos desarrolladores.
- Reemplazar por algo placentero: En este punto se empezará a acentuar el verdadero cambio, ya que se debe sustituir una conducta diaria negativa por algo más beneficioso.
En este punto surge gran parte del trabajo, ya que las personas al estar conscientes tendrán la facultad de decir cómo cambiar ese hábito perjudicial. Una de las recomendaciones del coach es pensar “Ya no me interesa esto porque ahora estoy mejor”.
Conservar los hábitos
Ante lo manifestado, es importante hacer algunas aseveraciones. Aunque muchos creen que el éxito de un nuevo hábito radica en cuánto tiempo se le dedique al día, más bien se trata de cuántas veces se repite a lo largo del tiempo.
Manuela Méndez comenta: “No existe eso de que bastan tantos días para lograr una meta. Lo importante es intensificar las señales que enviamos a nuestro cerebro, desde algo pequeño a algo más grande”.
Los especialistas entrevistados coinciden que es necesario empezar una rutina desde actos pequeños a una misma hora para disciplinar al cuerpo y la mente. Así, y con el pasar del tiempo, se podría llegar a rechazar antiguos estímulos y conductas.
Es necesario tener en cuenta que al inicio ninguna rutina será placentera; al contrario, será incómoda. Pero recuerde: al momento de sustituir los momentos de acción limitante por una actividad nueva, la recompensa emergerá.
Para salir adelante con este reto, se recomienda establecer metas alcanzables y realistas con la capacidad de cada persona para que los primeros retos sean minúsculos y fáciles, y que a la vez no generen frustración.
La constancia es otro factor determinante, ya que se logra tanto con la motivación (se recomienda contar a otras personas del nuevo hábito para así crea una incidencia personal), como con la flexibilidad de pensamientos que pretende evitar juicios duros.
Por último, los especialistas recomiendan celebrar el trabajo abarcado ya que se reconocieron hábitos y se está trabajando en su transformación. Luego de valerse de algunas de las recomendaciones presentadas, no queda más que disfrutar del nuevo proceso.