El parteaguas histórico, que definió la gobernanza hegemónica del país, ocurrió una mañana del 15 de septiembre de 1821 en las instancias de la Capitanía General de Guatemala, dentro del Real Palacio de la Nueva Guatemala de la Asunción (entonces ubicado en una de las actuales zonas laterales del Parque de la Constitución, en zona 1).
En este interactivo le mostramos algunos motivos que facilitaron la construcción política del antiguo Reino de Guatemala respecto al proceso de independencia:
Impresiones desde el presente
200 años después de haberse firmado la independencia, Miguel Álvarez comenta que la celebración del bicentenario ha generado polémica, ya que se trata de un evento cohesionado por maneras ideológicas, puesto que no se aproxima a movimientos populares, sino que remite a posturas económicas.
El historiador y doctor en sociología Aníbal Chajón apunta que esta fecha es un recordatorio de la autonomía que buscó la élite para tomar decisiones dentro del territorio local y no se estimó tanto la opinión de clases obreras. Por esta razón, subraya, han surgido discusiones alrededor de cómo abordar el bicentenario.
“La pregunta es, ¿En nombre de quién se declaró la independencia?”, apunta la doctora en historia Regina Wagner, quien argumenta que en 1821 hubo poca claridad ante el establecimiento de la independencia, dado que no hubo mucha representación por parte de la sociedad civil.
Por otro lado, el también doctor en historia, José Cal Montoya, agrega que es importante ver más allá de la celebración de la independencia y buscar una reflexión en cuanto al proceso de construcción de la política nacional.
“La importancia del 15 de septiembre está en la emancipación de la realidad social y política, pero es algo que nos legó una institucionalidad débil. Ese es el verdadero cuestionamiento”, señala Cal Montoya. Por otro lado, la especialista en temas educativos, históricos y de Ciencias Sociales, María Lorena Castellanos, señala que es importante considerar el acta que oficializó la autonomía, ya que muestra el fin e inicio de una época.
El magíster en Historia y Antropología David Hernández argumenta que la creación de un Estado-nación moderno no fue una tarea sencilla para Guatemala, puesto que las autoridades no contaban con todos los requisitos y garantías para lograrlo en 1821.
•Gabino Gaínza (España)
•Mariano de Beltranena (Guatemala)
•José Mariano Calderón (El Salvador)
•José Matías Delgado (El Salvador)
•Antonio Rivera Cabezas (Guatemala)
•Manuel Antonio Molina (El Salvador)
•Mariano de Larrave (Guatemala)
•José Antonio de Larrave (Guatemala)
•Isidoro del Valle y Castriciones (Guatemala)
•Mariano de Aycinena (Guatemala)
•Pedro de Arroyave (Guatemala)
•José Domingo Diéguez (Guatemala)
•Lorenzo de Romaña (El Salvador)
El especialista apunta que luego de la firma, los gobernantes procuraron un periodo de “ensayo” político, económico y social que tuvo fruto el 21 de marzo de 1847 cuando se fundó la República de Guatemala. Por esta razón, continúa Hernández, “la declaración del 15 de septiembre supone el punto de partida para la construcción de la Guatemala moderna”.
El 15 de septiembre de 1821 supuso nuevos cambios para el territorio centroamericano. En 1824, después de la independencia con España, se formó el Congreso General de las provincias centroamericanas que componían el Reino de Guatemala. Fue llamada República Federal de Centroamérica y la integraban Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica y lo que hoy se conoce como Chiapas.
Entre los acuerdos de la constitución se estableció un mayor respeto hacia los derechos humanos, la supresión de los fueros, y entre tanto, la división de un congreso compuesto por una sola cámara de representantes, un poder Ejecutivo limitado, un Senado intermediario y una Corte Suprema de Justicia. Pero lo que parecía un sistema político unánime, resultó fragmentado en 1839.
El historiador y sociólogo Aníbal Chajón apunta que no hubo un interés económico por parte de las élites por mantenerse unidas, ya que cada provincia generó vínculos comerciales orientados a sus necesidades. La especialista María Lorena Castellanos agrega que las provincias resentían el centralismo de la capital por el monopolio comercial. “Esa situación no cambió mucho con la Federación, lo que hizo que no se lograra una integración real”, señala.
Aunque los distintos países centroamericanos celebran la independencia el mismo día, cabe resaltar que sus historias políticas variaron. Chajón explica que, con el pasar de los años, surgió una nostalgia por la corta unificación de los territorios centroamericanos. La doctora Regina Wagner apunta que el 15 de septiembre se conmemora y perdura, pero debe tomarse en cuenta que cada país centroamericano se ha construido desde diferencias geográficas, de recursos económicos y culturas.
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Por otro lado, el antropólogo e historiador David Hernández comparte: “Que todos los países centroamericanos conmemoren el 15 de septiembre de 1821 implica que son muy conscientes del momento en el que se empiezan a crear los modernos estados-nación en Centroamérica”.
El doctor José Cal Montoya considera pertinente reflexionar cómo han operado las naciones hasta la fecha, y en especial, la guatemalteca. Agrega que es importante considerar los problemas estructurales que se han agudizado y que cobran relevancia ante crisis, por ejemplo, la pandemia por covid-19.
El Bicentenario de independencia, que encuentra su antecedente en la firma del acta del 15 de septiembre de 1821, es una invitación para ver hacia el pasado y pensar en la construcción de la sociedad frente al poder, a lo largo de los últimos dos siglos, infieren los especialistas consultados.