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Daniel Ariano: su pasión por la biología, la protección de una reserva natural y sus aventuras en el mundo verde de Guatemala

Daniel Ariano tenía en su niñez un amigo zapatero que le mostró una colección de insectos impresionante. Hoy se ha convertido en un biólogo destacado que ha descubierto nuevas especies en Guatemala.

Daniel Ariano

Daniel Ariano es un incansable investigador y protector de la naturaleza en Guatemala. (Foto Prensa Libre: Johana Gil)

Ser un país megadiverso no ha sido fácil para Guatemala, que cuenta con alrededor de dos mil 300 especies de flora y fauna en peligro de extinción. Por ello se aplaude la pasión, trabajo y conservación que llevan a cabo muchos profesionales. Daniel Ariano Sánchez, nació con ese espíritu verde.

Es fundador de la Reserva Natural Heloderma en El Arenal, Cabañas, Zacapa, y parte de sus grandes logros es haber descrito dos especies nuevas de vertebrados para la ciencia: la salamandra Bolitoglossa qeqom y la serpiente Rhadinella xerophila, ambas endémicas de Guatemala. Su riqueza de conocimiento le ha permitido ser consultor en temas de conservación y manejo de biodiversidad en instituciones del país e internacionales.

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¿Cómo nace ese espíritu de amor por la naturaleza?

Recuerdo que desde que era pequeño me llevaban a visitar muchos lugares en el interior del país. Era nuestro ritual de cada fin de semana. Uno de los parques que visitábamos era el de Florencia, en Antigua Guatemala, y fue parte de mi inspiración en los primeros trabajos relacionados con el medioambiente.

Mi madre fue quien me inculcó el amor por la naturaleza y la vida silvestre. Me inscribió en los cursos del Zoológico La Aurora, donde reforcé más esa conciencia verde. Y gracias a ella, en la adolescencia estuve involucrado en un proyecto muy bonito que se llamaba Biblioteca ambiental para niños, que estaba en el Museo de Historia Natural Jorge Ibarra. Allí formaba parte del equipo de voluntarios ambientales.

Daniel Ariano
Foto de Daniel Ariano junto a su mamá, Elsa Sánchez. Ella le inspiró en su carrera.
Esta imagen es durante su graduación del Liceo Chapero, como Bachiller en computación. (Foto Prensa Libre: cortesía Daniel Ariano)

Aunque me gustan los perros y los gatos, me llamaba la atención conocer sobre especies silvestres, como los insectos. Conocí a un amigo zapatero que tenía una enorme colección, era impresionante. Después me interesó conocer las serpientes, ya que solían aparecer en el jardín, y en particular las venenosas eran de mi interés, sin imaginar que descubriría una nueva especie más adelante.

¿Y cómo decidió iniciar sus estudios en esta rama?

Cuando estaba en secundaria creí que solo existía la carrera de Veterinaria universitaria, así que estaba consciente de que debía esperar para lograr incluirme en la especialización. Sin embargo, cuando recibí el curso de biología en el colegio Liceo Chapero, opté por iniciar el aprendizaje de esa ciencia en mi primera carrera de estudios.

Cuando llegó el tiempo de seguir mis estudios superiores, deseaba ingresar a la Universidad del Valle de Guatemala, porque era donde estaban los grandes investigadores que yo seguía y me interesaba aprender de ellos. Sin embargo, no contaba con los recursos financieros para estudiar, de manera que opté por una beca y me dieron el 60 por ciento de apoyo. De igual forma, para mi madre era difícil cubrir los gastos, puesto que fue ella quien me sacó adelante.

En su momento recibí una llamada para informarme de que había sido seleccionado para estudiar una beca completa, en ese entonces financiada por el Ministerio de Economía, de talentos en ciencias básicas. Desde que ingresé a la universidad, todos mis estudios fueron becados.

¿Que títulos obtuvo y cuál fue el impacto de sus investigaciones?

En el 2008 obtuve la maestría en Ecología y Conservación, por la Universidad de Costa Rica, con el apoyo financiero de la Cooperación Alemana.

En el 2010, la maestría en Áreas Protegidas, por la Universidad Complutense de Madrid, España, auspiciada por la Fundación Carolina.

En fecha reciente concluí el doctorado en Ecología por la University of South-Eastern Norway. El tema de investigación lo enfoqué en el impacto del cambio climático y la pérdida del hábitat de especies amenazadas, y para ello usamos como modelo dos especies de reptiles amenazadas: la tortuga parlama, modelo marino, y el heloderma o lagarto escorpión, que es una especie endémica del valle del Motagua en el bosque seco, con la cual inicié estudios con mi tesis de licenciatura.

Daniel Ariano
Daniel Ariano en las islas Galápagos. (Foto Prensa Libre: cortesía Johana Gil)

¿Por qué se ha vuelto complicada la vida de la biodiversidad?

Nuestra biodiversidad está en peligro, esto es algo básico y claro. Estamos perdiendo especies de manera progresiva, en especial por la deforestación, pérdida del hábitat y el cambio climático, que ha venido a exacerbar fenómenos como la recurrencia de El Niño y los incendios forestales.

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Y si a todo ello se suma un país que tiene graves problemas estructurales, a nivel de servicios básicos —acceso a la salud, alimentación y otros—, se genera una enorme presión del sistema social sobre los sistemas naturales. Esto nos pone en una dicotomía que no debería existir. En términos generales podemos ver que tenemos noticias tristes, hay especies que se están perdiendo, y también positivas, como ir rescatando algunas especies en extinción, en este caso el heloderma charlesbogerti y la Ctenosaura palearis o iguana de órgano, con las que se ha estado trabajando en el bosque seco del valle del Motagua, que son icónicas.

Heloderma
Un acercamiento al lagarto Heloderma, endémico del valle de Motagua, que tiene un veneno con ciertos compuestos que pueden ser muy útiles para usos medicinales. (Foto Prensa Libre: cortesía Gilberto Salazar)

¿Por qué heloderma tiene tanto significado en sus investigaciones?

Cuando empecé mi tesis de licenciatura fue con el heloderma, es una especie de lagartija que en ese entonces, a inicios del 2000, se creía casi extinta en Guatemala. Empezamos a hacer estudios y encontramos que no estaba desaparecida, aunque sí en grave peligro de extinción, con menos de 200 ejemplares adultos en la vida silvestre.

A partir del análisis de tesis consideré como un compromiso personal retribuir a la especie que me había dado un título, un procedimiento para su conservación. Así comencé el proyecto que se llama Reserva Natural de Heloderma. Con esta reserva impartimos educación ambiental, hicimos investigación y logramos ir recuperando la población, de tal manera que ahora llevamos cerca de 700 ejemplares adultos, de los 200 que habían al inicio de los estudios.

“Mi carrera y vida personal la ha marcado la especie heloderma. Mis investigaciones de tesis de licenciatura, maestría y doctorado han estado relacionadas con esta especie en distintos aspectos de la ecología”.
Daniel Ariano, biólogo

Esto ha sido posible como resultado del enorme trabajo ambiental, de investigación, y también con las comunidades. De forma paralela se empezó a trabajar con otra especie endémica en el bosque seco del valle del Motagua, la especie Ctenosaura palearis, iguana de orégano, muy importante porque dispersa semillas y funciona como una jardinera de los bosques, que estaba en grave peligro de extinción. Con mi esposa, Johana Gil, replicamos el mismo programa de la otra especie y estamos rescatando a esta iguana en peligro de extinción.

La reserva se ha constituido como un lugar para especies amenazadas en el bosque seco de Guatemala.

 

¿Cómo llega a ser importante la especie Heloderma en la medicina?

Como parte del proceso de investigación, hice un análisis de toxicología del veneno, porque es un lagarto endémico Del Valle de Motagua, que tiene el veneno, pero su veneno tiene ciertos compuestos que pueden ser muy útiles para usos medicinales.

De hecho hay un compuesto que se estudió de la especie guatemalteca, y en especies parientes griegas, qué hay en Estados Unidos y México, que sirve como tratamiento para diabetes tipo II.   Ya existen los fármacos desarrollados a partir de ese compuesto que está presente en este tipo de lagartijas, es un fármaco ya aprobado como tratamiento para diabetes tipo II.

 

Esta especie pasó de estar a  ser una especie extinta, ahora en un franco proceso de recuperación a partir de todo lo que se ha hecho.

¿Desde la conciencia verde, como puede ayudar la población?

Nuestra sociedad actual es muy consumista, todo los materiales que utilizan son desechables, así que tenemos que dejar de consumir tanto, a sobrevivir con los recursos de los que se disponen.

No tener mascotas silvestres en casa, ya que eso contribuye a que los animales vivan en su hábitat y se evite la demanda de los que trafican con estas especies.

Es importante inculcarle a la familia a que cuide y proteja el ambiente.  En esta temporada de Semana Santa se debería aprovechar visitar las áreas protegidas, privadas o nacionales, pagar los ingresos y contratar guías de turismo local que fomenten la protección de la naturaleza.

Divulgar la voz en temas importantes a nivel global como el buen uso del agua, reducir el consumo de combustible en la medida de lo posible.

Hay algo de lo que no se habla mucho, como reducir el consumo de carne roja, no estamos diciendo volverse vegetariano, cada uno tiene su decisión, pero si yo como carne roja solo dos veces a la semana, reduzco la cantidad de la mitad de tierra que tiene que ser deforestada para criar vacas,

Quedan aún retos por atender, por ejemplo, la diversidad biológica en Guatemala no ha sido tomada en cuenta como un eje prioritario transversal a nivel políticas públicas y de país nacional.

Daniel Ariano aparece junto a su esposa Johana Gil en Centro de Conservación de Guacamayas-Honduras. (Foto Prensa Libre: cortesía Daniel Ariano)

Daniel marca un avance en el mundo de la conservación de la biodiversidad, y se plantea aún varios desafíos para lograr dejar a otras generaciones un mundo verde sostenible, que junto a su esposa Johana Gil han demostrado el amor hacia su país al promover proyectos importantes para la vida silvestre y ecológica.

Y cada inspiración y esfuerzo se acompaña de las enseñanzas de su madre, quien siempre soñó ser lo que su hijo es ahora, y por ello, en su memoria, Daniel continúa los proyectos que ha asumido a favor de la  madre Tierra.

 

ESCRITO POR:
Ingrid Reyes
Periodista de Prensa Libre especializada en periodismo de bienestar y cultura, con 18 años de experiencia. Premio Periodista Cultural 2023 por el Seminario de Cultura Mexicana y premio ESET región centroamericana al Periodismo en Seguridad Informática 2021.