Luego de la cuantiosa donación que realizara la familia Mérida, la colección adquirió nuevo carácter debido a la calidad de piezas que desde hace poco engrosan la lista patrimonial de los guatemaltecos.
Pese a ello, y es de imaginar que por la falta de conocimiento de lo que es una obra gráfica, los trabajos son entendidos por los visitantes como meras réplicas, cuando en realidad son verdaderas ediciones limitadas especializadas.
Independiente al valor económico, que es mucho y aumenta notoriamente en referencia a la reunión de todas esas obras bajo un mismo techo, hay otra serie de valores destacables que es importante mencionar, entre ellos el histórico, ya que Carlos Mérida fue un artista cuya labor influenció a otros creadores a lo largo del continente. En esta vía se pueden rastrear decenas de trabajos que parten desde 1928 hasta 1984 y que señalan claramente su presencia en el ámbito latinoamericano. Esto, sin contar el complemento representado por los óleos que ya eran custodia del Museo.
Las litografías y las serigrafías artísticas son procesos emparentados con el grabado. Este último es el procedimiento para obtener estampas a partir de una plancha o matriz sobre la que tiene lugar el trabajo directo del artista