El director de la Usaid en Colombia, Peter Natiello, aseguró en el evento que incorporar componentes étnicos en las campañas publicitarias de las empresas “no solo es un atractivo diferencial y valioso, sino también una herramienta inteligente de generación de productividad y negocio”.
Raíces propias
Los tonos café y oscuros de los conjuntos exhibidos se convirtieron en un símbolo a través del cual reivindicar la pluralidad y la diversidad de un país como Colombia.
La pasarela contó con la participación del diseñador afrocolombiano Edwing D’Angelo, radicado desde hace 25 años en Nueva York, y cuya musa esta noche fue la súper modelo Sesilee López, una de las primeras mujeres afro en ser portada de la revista Vogue.
Desfile del diseñador Edwin D’Angelo, en Somos Color (Foto Prensa Libre: EFE).
“Los colores castaños, madera, el chocolate, son colores que me identifican como persona y ahí empezó la idea (…) Esto nos da una ruta que no solamente tiene que ser lo eurocéntrico sino que también tenemos que buscar dentro de nuestras propias raíces” , explicó a Efe DAngelo.
En esos tonos castaños se movió la colección Liberté, Egalité y Modernité de DAngelo, que fue ambientada con la música del grupo colombiano ChocQuibTown ante la presencia de más 400 espectadores
Más detalles
Sessilee López fue la encargada de abrir este desfile con un abrigo corto de paño gris y de cerrarlo con un conjunto completamente blanco con un pantalón de talle alto, camisa y una capa larga y sedosa.
Sessilee López es una de las modelos más reconocidas a nivel internacional (Foto: Gail Hadani).
Previamente, la diseñadora afrocolombiana Lia Samantha, que ha vestido a la Miss Universo, Paulina Vega o al cantante Carlos Vives, entre otros, presentó su nueva colección “Egipto”, inspirada en la civilización que nació a orillas del río Nilo, pero sin olvidar las raíces chocoanas de su familia.
Las prendas que mostró estuvieron adornadas con grandes alas “por la importancia espiritual que tienen las aves en Egipto, que es la elevación del espíritu y el renacimiento del alma que nunca muere”, según explicó a Efe la propia Samantha.
Las telas evocaron la cultura africana, repletas de colores con predominio del naranja, el amarillo y el magenta, “aunque también tiene mucho de la riqueza colombiana” , agregó la diseñadora, quien dijo que espera y desea que la moda abra su espectro y se dirija a todos los públicos sin importar el color de la piel.