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María Isabel Xitamul Barreno: “Siempre podemos involucrarnos y hacer incidencia desde el contexto donde estemos”

Mediante el involucramiento social, la vecina de Panajachel ha intentado causar impacto en su comunidad desde temprana edad.

María Isabel Xitamul Barreno: “Siempre podemos involucrarnos y hacer incidencia desde el contexto donde estemos”

Xitamul Barreno —centro—, durante un programa de radio en el que se daban a conocer los aprendizajes de procesos de formación en comunicación con jóvenes. (Foto Prensa Libre: María Isabel Xitamul Barreno)

Durante los últimos tres meses, María Isabel Xitamul Barreno, de 32 años, se desplaza entre Santa Lucía Utatlán, Nahualá y San José Chacayá, dando seguimiento a conversaciones con representantes de cada consejo municipal de Desarrollo.

Xitamul Barreno, quien es vecina de Panajachel, forma parte del proyecto mancomunitario Tzolojya, donde labora como técnico de campo en el área de fortalecimiento institucional, lo que quiere decir que semanalmente visita los tres municipios para encontrarse y conversar sobre el rumbo de proyectos en beneficio de mujeres, adultos mayores, niños y adolescentes.

Para María Isabel, involucrarse y acompañar a varias de las partes más vulnerables de un lugar ha sido crucial para su proyecto de vida, el cual no distingue entre laboral o personal.

“Soy licenciada en trabajo social con orientación en desarrollo sostenible. La gran lección de haber estudiado esto nació a partir de la injusticia social”, cuenta la mujer de 32 años, quien nació en Suchitepéquez, pero creció en Panajachel desde los cuatro meses, luego de un proceso migratorio de su familia.

La historia de Xitamul Barreno resuena con la de muchos otros niños más en la República. “Vengo de una familia trabajadora. Mi papá era jardinero, mis hermanos trabajaron en cocinas de Panajachel y yo me quedaba en casa a ayudar a mi mamá, que trabajaba vendiendo tortillas y haciendo lavados”.

Al llegar a tercer grado de primaria, el rumbo de María Isabel cambió cuando tuvo que repetir el año lectivo. Luego, su hermana mayor contó a su familia sobre una escuela en Panajachel que era impulsada por el Programa de Atención e Incidencia por la Niñez y Adolescencia (Pami).

La propuesta internacional ha operado en Guatemala desde 1993 y cuenta con apoyo financiero del gobierno alemán, así como de la organización benéfica Kindernothilfe —también alemana—, la finlandesa Taksvärkki y el Plan Internacional por la Niñez en Guatemala. A partir de ese respaldo, la organización ha ofrecido en Guatemala oportunidades de estudio mediante la dotación de becas, entre otras opciones.

El Programa de Becas de Pami (Programa de Atención Movilización e Incidencia por la Niñez y Adolescencia) se inició en 2005 en Panajachel para apoyar a jóvenes que querían continuar sus estudios secundarios pero carecían de recursos.

Para financiar el programa, Pami creó la Red de Amigos y Amigas, un grupo de donantes individuales que contribuyen con Q.1 mil 500 anuales o Q.150 mensuales durante 10 meses, cubriendo costos educativos como inscripción, útiles escolares, uniformes y tutorías.

Los donantes reciben informes periódicos sobre el uso de sus aportes, y las finanzas de Pami son auditadas anualmente. Para más información, se puede contactar a Pami por teléfono o correo electrónico. www.pami-guatemala.org

María Isabel Xitamul Barreno logró estudiar nuevamente tercero primaria en un instituto educativo desarrollado por cooperativa. Durante aquella época, en la que estaba cerca de cumplir 10 años, no existían escuelas del Gobierno en Panajachel. Fue gracias a una de las becas de Pami que Xitamul Barreno logró estudiar hasta sexto primaria.

María Isabel Xitamul Barreno: “Siempre podemos involucrarnos y hacer incidencia desde el contexto donde estemos”
Durante más de 10 años, María Isabel ha trabajado en liderazgo y organización para menores de edad. (Foto Prensa Libre: María Isabel Xitamul Barreno)

Luego, en el tiempo de sus estudios básicos, la adolescente se sintió inclinada por los espacios de formación en liderazgo y participación ciudadana. “Eso hizo que quizá me llenara de más ganas de ir y hacer cambios para los niños y las niñas que venían detrás de mí. Desde allí siento que nace esa idea pequeña de una sociedad más justa”, cuenta hoy Xitamul Barreno, luego de varios años de haber estudiado Trabajo Social, carrera que asegura llega a ser subestimada.

“La gente dice que el trabajo social es asistencialismo, pero el trabajador social es el que se involucra en acompañar y compartir. El desafío que tiene es poder dar a entender a la sociedad que somos clave en la transformación del país”, argumenta Xitamul Barreno.

Aunque en la actualidad su trabajo se orienta más a procesos sistemáticos, la especialista en trabajo social también llegó a laborar por 10 años en Pami, donde implementó y acompañó iniciativas de protección, apadrinamiento, promoción y empoderamiento de niños y jóvenes.

Con la meta fija en poder llegar a trabajar a una entidad municipal o un consejo comunitario de Desarrollo Urbano y Rural, María Isabel reconoce en el poder de incidencia una gran oportunidad.

“Cuando se tiene el poder de hacer las cosas, pero no hay voluntad, en lugar de apoyar y sumar, nos retrocede. Siempre podemos involucrarnos y hacer incidencia desde el contexto donde estemos”, explica.

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