Heafy, el guitarrista y vocalista de la banda metalera Trivium, es uno de los músicos más comprometidos de Twitch, la plataforma de livestreaming que comenzó hace una década como un paraíso para los videojuegos. Propiedad de Amazon, Twitch atrae un promedio de 30 millones de visitantes al día, y sus usuarios vieron más de un billón de minutos de contenido el año pasado, reporta la compañía.
Lo que hace que Twitch sobresalga, particularmente en la música, es la forma en que fomenta los vínculos entre los artistas y su público, y permite que esos vínculos se moneticen. Las interacciones de los fanáticos son una parte tan importante del show como el artista en pantalla, transmitiendo la sensación de una comunidad muy unida y que se apoya mutuamente.
Desde el 2018, Heafy, de 35 años, ha mantenido un estricto régimen en Twitch, transmitiendo casi todos los días entre semana a las 9:00 y a las 15:00 horas. Durante hasta tres horas seguidas, practica riffs de guitarra, improvisa con su banda y juega juegos de disparos. Heafy tiene alrededor de 220 mil seguidores en Twitch, y más de 10 mil personas podrían estar viéndolo en cualquier momento.
Un elemento central para la popularidad de Twitch entre los músicos es su modelo económico, que está revolucionando el negocio al ofrecer una alternativa al sistema de servicios bajo demanda en el que el ganador se lleva todo, como Spotify, Apple Music y YouTube. Esas plataformas se han vuelto el modo de consumo estándar al hacer que prácticamente todas las canciones existentes estén disponibles gratis o por una pequeña cuota de suscripción.
Sin embargo, han sido atacados por los críticos que los acusan de devaluar la música hasta un grado al que sólo las superestrellas pueden ganar un sueldo que les alcance para vivir.
Twitch, por el contrario, es un universo alternativo donde incluso los artistas de nicho pueden ganar miles de dólares al mes cultivando tribus de fans cuya lealtad se expresa a través del mecenazgo.
Sin embargo, su relación con los propietarios de derechos es tensa. El año pasado, cuando la pandemia envió montones de músicos a Twitch, el sitio recibió miles de notificaciones de violación de derechos de autor de disqueras. Twitch tiene licencias que permiten a sus usuarios interpretar canciones en vivo, pero generalmente no tiene permiso para la música contenida en videos bajo demanda guardados. Twitch eliminó los clips que contenían música sin licencia.
Pero para los que se ganan la vida en la plataforma, ha sido una revelación. Su potencial fue destacado en un reciente reporte de Will Page, el ex economista en jefe de Spotify, que comparó las ganancias de los músicos y el alcance de la audiencia en Twitch con los servicios de audio bajo demanda como Spotify y Apple Music. De acuerdo con su reporte, Laura Shigihara, una compositora de música de videojuegos, ganó el año pasado alrededor de 700 dólares al mes en plataformas de audio, pero 8 mil dólares al mes en Twitch.
La banda Aeseaes, una pareja casada de Austin, Texas, que se especializa en covers acústicos, obtuvo el 70 por ciento de sus ingresos en el 2019 y 2020 de Twitch; sólo el 6 por ciento provino de servicios de streaming de audio y de Bandcamp, la tienda de música indie en línea.
“Hay algo en el hecho de poder apoyar directamente a un artista que estás disfrutando, y poder ver ese apoyo aceptado por ese artista y obtener un agradecimiento inmediato”, dijo Travis, de Aeseaes, quien toca el bajo mientras su esposa, Allie, canta y toca la guitarra.
Tracy Patrick Chan, directora de música de Twitch, dijo que de los músicos que pueden ganar 50 mil dólares al año allí, su audiencia promedio es de sólo 183. Podrían necesitarse entre 5 y 10 millones de streams para producir el mismo pago en las principales plataformas de streaming de audio, muestran estimaciones.
Pero la amplitud de la audiencia de Twitch significa que los streamers deben aprovechar todas las oportunidades. Este mes, Danielle Allard, músico de 31 años de Ottawa, Canadá, se enteró de que en la página de inicio de Twitch se incluiría una presentación planeada a las 6:00 horas. Allard se despertó a las 4:00 horas, preparó su equipo, se hizo un poco de té y estuvo en línea durante casi siete horas. Su stream, que por lo regular tiene unos cuantos cientos de espectadores a la vez, atrajo a 408 nuevos suscriptores y a mil 659 seguidores.
Allard elogió la generosidad de sus fans. Sus contribuciones, dijo, le reportan unos cuantos miles de dólares al mes. Tiene un álbum y un EP en plataformas de streaming de audio. ¿Generan dinero?
“Ay, claro que no”, expresó.