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“Llevar un extintor o extinguidor de incendios en el carro no siempre es obligatorio según qué país, pero siempre es una buena idea tener uno en caso de emergencia. Así se podrían evitar, en muchos casos, daños irreparables causados por incendio”, asevera Sören Heinze, experto del ACE, el segundo automóvil club más importante de Alemania.
Jan Ole Unger, del cuerpo de bomberos de la ciudad alemana de Hamburgo, también opina que un extintor de incendios en el auto tiene mucho sentido: “Con él se pueden extinguir incendios incipientes, por ejemplo, de cables quemados, que pueden convertirse rápidamente en algo más serio”.
En las tiendas de accesorios de coches se puede encontrar una gran variedad de modelos de extintores para coches. Según Unger, los mejores son los extintores de dos kilogramos que se pueden guardar fácilmente en el maletero o en el hueco para los pies detrás del asiento.
“Es importante seguir las instrucciones de instalación del fabricante”.
Heinze señala que el extintor debe ir bien sujeto y allí donde se pueda acceder rápidamente en caso de emergencia, como en el hueco para los pies del pasajero o en los asientos.
Mathias Obst, experto en incendios y editor jefe de una revista especializada alemana, aconseja asegurarse de que el extinguidor de incendios cumpla con la norma vigente. Obst explica que el contenido y el volumen de llenado son decisivos: “Los sistemas de extinción de incendios por aerosol disponibles en el mercado, por ejemplo, apenas son adecuados, ya que su contenido es demasiado reducido y la presión es insuficiente”.
La mayoría de los extinguidores funcionan con polvo ABC. “Con estos se pueden extinguir las tres clases de incendio: sólidos, líquidos y gaseosos. Los extintores de espuma, por otro lado, solo son adecuados para las clases A y B”, explica Heinze.
Añade que los extintores de polvo tienen un rendimiento de extinción significativamente mayor con la misma cantidad de volumen de llenado, y que además son de precio accesible.
Lo importante es la técnica correcta de extinción. “Hay que intentar combatir las brasas con ráfagas cortas de polvo, porque de lo contrario un extintor de dos kilos se vaciará después de solo doce segundos”, sostiene Obst.
Según sus palabras, la desventaja del polvo, sin embargo, son los fuertes residuos, ya que el fino material se asienta en cada grieta y es muy difícil de eliminar posteriormente.
Un extintor de espuma, por otra parte, apenas causa daños, pero no puede ser usado en incendios por gas y es más caro que el extintor de polvo.
“La ventaja es que es fácil de usar, porque se extingue con un chorro de agua, similar al de una manguera de jardín”, explica Obst, y añade: “Con el extintor de polvo, por otro lado, el agente es lanzado con gran fuerza, lo que podría amedrentar a algunos usuarios”.
Los extinguidores de incendios tienen una vida útil de más de diez años. “Sin embargo, es importante que sean revisados regularmente”, advierte Heinze.
El ciclo de inspección suele requerir un mantenimiento cada dos años por parte del fabricante o de una empresa especializada. En los modelos con manómetro, se puede leer el estado de la presión y por lo tanto también si el extinguidor está listo para su uso.
Ya sea extintor de polvo o de espuma: ambas variantes son adecuadas para los vehículos de combustión y para los autos eléctricos.
“El factor decisivo es siempre la intensidad del fuego. Un incipiente incendio de cables puede ser combatido en cualquier vehículo con extintores convencionales”, señala Unger, pero acota que un extinguidor de dos kilos no sirve de nada si el coche ya ha prendido fuego.