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La complicada verdad sobre el tiempo en pantalla de los niños

El contenido digital no necesariamente tiene que ser enteramente bueno o malo, un consumo edificante para los niños y jóvenes conlleva un involucramiento cercano de los padres.

Antes y particularmente durante la pandemia, los padres, médicos e investigadores han estado gravitando hacia un mensaje más matizado que podría ser reconfortante y confuso: el tiempo frente a la pantalla o la tecnología pueden ser buenos para los niños pero también malos. (Shuhua Xiong / The New York Times)

Antes y particularmente durante la pandemia, los padres, médicos e investigadores han estado gravitando hacia un mensaje más matizado que podría ser reconfortante y confuso: el tiempo frente a la pantalla o la tecnología pueden ser buenos para los niños pero también malos. (Shuhua Xiong / The New York Times)

La creencia de que el tiempo en pantalla ESTÁ PUDRIENDO EL CEREBRO Y EL CUERPO DE NUESTROS NIÑOS está siendo reconsiderada.

Antes, y en particular durante la pandemia, los padres, médicos e investigadores se han estado aproximando hacia un mensaje más matizado que podría ser tanto reconfortante como confuso: el tiempo en pantalla o la tecnología pueden ser positivos para los niños, pero también negativos. Depende.

Colleen Russo Johnson, madre y experta en desarrollo infantil, dijo que ya era hora de alejarse de las opiniones extremas e irreales sobre el tiempo que pasan los niños frente a las pantallas. Russo Johnson me dijo que hay pocas verdades absolutas sobre lo que los niños deben o no hacer con la tecnología y los medios. Y sería de gran ayuda que los cuidadores no se sintieran juzgados sin importar sus elecciones.

“Tenemos que dejar de ver esto como un tema blanco o negro”, me dijo Russo Johnson. “Uno no quiere que sus hijos estén siempre pegados a las pantallas. Eso es sentido común”, dijo. “Pero estas cosas no son malignas. Hay mucha variedad y no todo está creado del mismo modo”.

Russo Johnson es cofundadora de una empresa de tecnología y medios para niños, por lo que se beneficia si los padres ven el tiempo en pantalla como positivo. Pero ella es solo una de las muchas voces que piden una reconsideración de la opinión de que pasar tiempo con la tecnología no genera nada positivo.

Russo Johnson afirmó que los mensajes radicales sobre la tecnología y los niños han sido muy perjudiciales para los padres que creen que proporcionar tiempo en pantalla podría ser la mejor opción. Quizás no hay posibilidad de jugar al aire libre o no sea seguro y algunos padres necesiten que sus hijos estén concentrados en una pantalla mientras hacen malabares con el trabajo y otras responsabilidades.

Durante la pandemia, dijo Russo Johnson, “todos experimentaron esa realidad por un momento”. Eso hizo que más padres e investigadores reconocieran que no siempre está claro cuál es el “equilibrio saludable” para los niños con las pantallas.

Entonces, ¿cómo podemos superar la idea de que el tiempo en pantalla está CONVIRTIENDO A LOS MÁS JÓVENES EN MONSTRUOS hasta llegar a un término medio más positivo? Russo Johnson tiene algunas estrategias para que los padres analicen el tema del tiempo en pantalla, aunque no son reglas. ¡No hay reglas! Ella afirma que una pregunta que los padres pueden hacerse es: “¿Cómo este dispositivo o pantalla, tecnología o función en particular mejora o le resta valor a la experiencia?”.

La experta afirma que, en algunas oportunidades, los cuidadores podrían buscar tecnologías o medios digitales que motiven a los niños más pequeños a ser creativos y a realizar actividades lejos de la pantalla, como embarcarse en una búsqueda del tesoro o jugar a disfrazarse tras indicaciones en la pantalla.

Russo Johnson es fanática de las aplicaciones de Toca Boca y Sago Mini que alientan a los niños pequeños a explorar juegos ilimitados sin muchas instrucciones. La compañía de Russo Johnson, OK Play, convierte a los niños y sus familiares en los personajes centrales de las historias y los juegos.

Eso no quiere decir que las actividades más pasivas como ver un video sean todas negativas, dijo. Cuando sea posible, puede ser muy positivo que los padres se involucren con sus hijos mientras usan una aplicación, leen un libro o ven algo en pantalla, pero no siempre. El tiempo a solas también es bueno para los niños. Repito, ¡no hay reglas!

Si no le prestas atención a los que hacen tus hijos en línea, podrían encontrarse algunos rincones malos de internet. Pero Russo Johnson afirmó que los padres no deberían preocuparse demasiado si los niños se salen de un mundo digital cuidadosamente protegido. Contó que en una oportunidad le estaba enseñando a su hija de 4 años videos de canciones francesas, se alejó un momento y cuándo regresó la encontró viendo videos de YouTube que mostraban juguetes representando historias poco edificantes.

En vez de alarmarse, Russo Johnson dijo que le fue útil preguntarse por qué su hija podría sentirse atraída por ese tipo de videos.

La experta reconoce que la falta de reglas claras y la cantidad de tecnología disponible para niños también puede sentirse como una carga. “Con las emisiones en directo y las aplicaciones, cualquier persona puede publicar cualquier cosa, lo que da como resultado más trabajo para los padres”, mencionó.

Le pregunté por qué las recomendaciones de los expertos y las creencias de muchos padres sobre los niños y la tecnología se habían centrado en el miedo durante tanto tiempo.

Russo Johnson dijo que esas opiniones reflejaban ansiedades perennes sobre los niños y la forma en que reaccionamos ante cualquier cosa nueva.

“La investigación sobre el desarrollo infantil nunca ocurrirá a la misma velocidad con la que se mueve la tecnología y de manera predeterminada tomaremos decisiones basadas en el temor… muchas personas adoptarán el enfoque de, ‘si no lo sabemos con certeza, entonces es negativo y debemos evitarlo’”, dijo.

Antes, y en particular durante la pandemia, los padres, médicos e investigadores han estado gravitando hacia un mensaje más matizado que podría ser tanto reconfortante como confuso: el tiempo en pantalla o la tecnología pueden ser positivos para los niños, pero también negativos. (Shuhua Xiong/The New York Times)