Una de sus obras, la del corte de café, es la que ilustra el reverso de los billetes de Q50, pero en éste no aparece su crédito ni la fecha en que fue pintado.
De una de las paredes de su taller, situado en Antigua Guatemala, cuelgan retratos de Humberto Garavito y Salvador Saravia, sus entrañables amigos y con quienes compartió sesiones de pintura al aire libre.
Dio clases, durante 27 años, en la Escuela Nacional de Artes Plásticas. También hizo muchos trabajos de restauración. Hoy, ya retirado a sus 85 años, sigue con el gusto por salir con el lienzo y sus pinceles a captar escenas de esta Antigua Guatemala tan transformada.
¿Cómo fue su época de estudiante?
?En los años en que yo empecé a estudiar, estaba aprendiendo en un taller de pintura comercial y pasaba por la Escuela de Bellas Artes. Era director don Humberto Garavito. Cuando había exposiciones allí, pasaba yo a verlas. Así fue como supe de los pintores recién venidos, de don Alfredo Gálvez Suárez, de don Jaime Arimany y de la señora (Antonia) Matos; en ese tiempo estaban viniendo de Europa y exhibiendo sus pinturas, allí frente a la iglesia El Carmen. Entonces, pregunté cómo era para inscribirse, y me dijeron que era gratuito; los estudios eran de 4 a 6 y de 8 a 10. Yo asistí a los nocturnos, porque estaba ocupado de día. Así fue como empecé?.
¿Cuál fue su relación con estos pintores?
?Yo vi sus obras. Vi las obras de don Alfredo Gálvez Suárez. En ese tiempo pintaba óleo. Don Jaime Arimany, recién venido, pintaba acuarela. Con don Alfredo Gálvez Suárez estuve trabajando un tiempo, cuando hizo los murales del Palacio (Nacional).
?Mis profesores principales fueron, al principio don Enrique Acuña, un gran pintor, un gran maestro. Famoso porque era dorador, pintaba imágenes, era un gran retratista; yo vi retratos de él pintados sobre cobre. Después me tocó ser discípulo de don Oscar González Goyri, el tío de Roberto, que es ahora famoso. Tuvimos de profesor de paisaje a don Tono Tejeda, también famoso?.
¿Cuál fue la principal enseñanza que le dejaron estos maestros?
?Todo lo que he podido aprender ha sido por ellos y por don Humberto Garavito, que era el director de la Escuela. El me entusiasmó mucho, me ayudó mucho, me invitaba a asistir, algunas veces en lo particular, cuando él estaba haciendo algo. Don Humberto fue un gran maestro y amigo. Me dispensó su amistad y me invitaba a ir a pintar a Atitlán en los últimos años. Íbamos con don Miguel Ángel Ríos, con quien trabajé dando clases en su estudio. Ya para entonces me nombraron profesor de paisaje en la Escuela de Artes Plásticas. Don Humberto Garavito no era director, sino que Yela Ghünter.
Don don Humberto Garavito me invitó que fuéramos a Tikal a pintar, en tiempo de Ydígoras. Fue entonces que conocí a la famosa pintora de acuarelas, doña Carmen Pettersen. Una gran persona. Allí conocí a don Salvador Saravia. Nos hicimos amigos a pesar de que él vivía en otro mundo de nivel social. Ibamos a pintar juntos. Entonces yo vivía en Guatemala y veníamos a la Antigua a pintar, íbamos a Atitlán. Por mi cuenta yo fui a pintar a Quetzaltenango en los años 74, 76, 72. En esos años gané el primer premio en paisaje, en el concurso (Arturo) Martínez. Todo lo que he podido ser como pintor se los debo a ellos?.
¿Qué tipo de trabajo hizo cuando se estaba construyendo el Palacio Nacional?
?Cuando se estaba haciendo el Palacio Nacional trabajé un tiempo allí, pero trabajé como los demás pintores, haciendo decoración en los paneles del Palacio. Allí nos daban la pintura y hacíamos a mano los trozos que se tenían que hacer. Allí trabajé poco tiempo. Después trabajé con don Alfredo Gálvez Suárez en los murales del Palacio, pero sólo en desarrollar los dibujos que él había hecho en pequeño, para luego trasladarlos a los paneles que se hicieron.
?Di clases durante 27 años en la Escuela. Cuando don Tono Tejeda fue nombrado director en los años 44, 45, me nombró profesor, pero tuve que alejarme porque fui a trabajar a El Salvador durante dos años. En el 48, que regresé, trabajé con el arzobispo en los trabajos de San Juan El Obispo. Después trabajé en el dorado del altar de Santa María de Jesús, y por último trabajé en las restauraciones de San Francisco (en Antigua) cuando se estaba reconstruyendo. En los años 48 para el 56 estuve viviendo aquí. Después me fui a Guatemala y trabajé dando clases allá en la Escuela. Por último, decidí venirme para acá (a Antigua) con todo y mi taller de restauración. Trabajamos haciendo retablos, dorando y restaurando imágenes?.
¿Cómo fue que una obra suya llegó a ser impresa en el billete de Q50?
?En ese tiempo yo trabajé haciendo restauraciones del Banco de Guatemala, de las pinturas que adquiría, entonces me encargaron hacer los billetes de Q50, que fue una cosecha de café. Ese fue un cuadro que me encargaron y después salió en los billetes. El cuadro me lo encargaron como pintura, pero me dijeron que iban a sacarlo en los billetes a así fue (no recuerda la fecha en que esto sucedió). Ya las fechas todas se me confunden. Sólo conservo las fechas de los cuadros con que gané premio en Quetzaltenango y un cuadro en tiempo de Ubico, en la exposición de noviembre, que ganó un segundo premio. Ese fue el primer cuadro que hice siendo todavía alumno?.