Y si la acción fue espectacular, el rodaje no se queda atrás. Los actores grabaron durante 55 noches consecutivas con temperaturas gélidas, bajo la lluvia, con fuertes ráfagas de viento, rodeados de humo y heces de caballo y sin apenas vida más allá del set de rodaje en Irlanda del Norte.
Más de 750 personas participaron en la grabación del capítulo. Una experiencia colosal que Ian Glen, encargado de interpretar a Jorah Mormont, describió como “una de las experiencias más desagradables” que ha vivido rodando la serie. El esfuerzo fue tal que según recoge The telegraph una de las actrices protagonistas se desmayó durante el rodaje y un miembro del equipo fue hospitalizado por una crisis asmática tras grabar una escena en interior con humo, recoge el Huffington Post.
El encargado de dirigir este episodio es Miguel Sapochnik, un viejo conocido de los espectadores que puso su firma a dos de los capítulos más celebrados de Juego de Tronos: Hardhome y La batalla de los bastardos. Precisamente comparando su experiencia en varios rodajes, Peter Dinklage, que interpreta a Tyrion Lannister, declaró hace unos meses que la batalla de los bastardos “fue un parque de atracciones” comparado con lo que se avecina.
Maisie Williams, que da vida a Arya Stark, también se pronunció sobre la experiencia y hace falta añadir poco más a sus palabras: “Hay momentos en los que estás tan destrozado como ser humano que solo quieres llorar”.
Parte de la acción se rodó en los estudios Paint Hall de Belfast, en Irlanda del Norte, donde está el set que recrea parte de Invernalia y hace unos meses se compartieron unas imágenes que no hacían presagiar nada bueno. Los vídeos mostraban las ‘llamas’ que asolaban el hogar de los Stark a lo lejos que ahora sabemos que eran las trincheras para intentar proteger el castillo de los caminantes blancos.