Éstas y muchas más serán las tentaciones gastronómicas que lo rondarán durante las celebraciones de Navidad y fin de año, y por supuesto, puede probarlas todas, siempre y cuando sea con moderación.
Considere que mantener el balance tanto en la cantidad como en la calidad de los alimentos y bebidas que ingiere es importante para disfrutar al máximo esta convivencia con familiares y amigos, y no tener que privarse de ella debido a ?efectos secundarios?.
Según explica el doctor en gastroenterología y nutrición, Jorge Palacios Rosales, cada persona tiene su propio nivel de tolerancia y sabe cuánto puede comer o beber. Sin embargo, servirse con medida es lo ideal, ante todo en esta temporada en que los alimentos apetecidos son bastante condimentados y con mucha grasa.
Proceso de los daños
Cuando se come en exceso se altera la sensación de saciedad del organismo y el individuo experimenta ?embotamiento? que, a su vez, repercute en no probar bocado el siguiente tiempo de comida. Por si esto fuera poco, cuando los alimentos son grasosos, el estómago produce mayor ácido para digerirlos y esto conlleva flatulencia, eructos, agruras o hipo. La abundancia de carbohidratos provoca trastornos en las evacuaciones intestinales, y si además se toma alcohol -que es un irritante directo de la mucosa estomacal-, se desencadenan o exacerban trastornos pépticos, indica el doctor Rosales.
La nutricionista Patricia Domínguez enfatiza que los productos demasiado condimentados y degustados sin medida, acompañados de licores, no son una combinación recomendable, puesto que contribuyen a provocar acidez e indigestión.
Además, quienes padecen de gastritis, colon irritable, úlceras, entre otras enfermedades del aparato digestivo, si no se abstienen y comen más de la cuenta, tienen mayor riesgo de sufrir dolor intenso, náusea, e incluso vómitos. Por esta razón, es conveniente evitar los alimentos y bebidas que se sabe ocasionan malestar, hay que mantener horarios regulares en los tiempos de comida, y procurar un desayuno completo y normal.
Otras sugerencias
El chef ejecutivo Eric Pszonka, del hotel Inter-Continental y miembro del Instituto Gastronómico Francés, indica que en estas celebraciones especiales es imprescindible lograr un equilibrio nutricional y digestivo combinando bien los platillos que cocine.
Es conveniente, para preparar al estómago, que las boquitas sean de preferencia muy sutiles y que ayuden a la absorción de licores. Por ejemplo, deguste un trozo de queso o salmón.
El denominado ?trou normand?, que puede ser un helado de limón combinado con vodka o helado de manzana con champagne, es excelente para cambiar ?el sabor de la boca? entre platillos, lo que permite una degustación y asimilación total de la exuberante cena.
Maratón digestiva
Pszonka recomienda el consumo de vino sin excederse, ya que ayuda al sistema cardiovascular, pero en cantidades elevadas puede causar migraña. Lo ideal son dos copas por comida y debe tenerse en cuenta que cada copa de tinto contiene aproximadamente 85 calorías, y la de vino blanco, 93.
También sugiere tomar una cucharada de aceite de oliva antes de empezar a beber licor, porque éste protege el estómago y evita que el alcohol sea absorbido de un solo golpe y 100 por ciento por el estómago.
Respecto de la ingestión de agua pura tibia o caliente antes de comer o beber, la nutricionista Domínguez explica que el nervio ?vago? o centro de la saciedad recibe señales que ayudan a controlar el apetito, por ello es uno de los consejos frecuentes en dietas de reducción de peso. Comer antes de tomar alcohol también contribuye a que el licor se diluya en los ácidos grasos de los alimentos, se produce una absorción más lenta y el organismo se depura mejor.
Para la resaca
El síndrome de abstinencia producto del alto consumo de alcohol y el exceso en la comida se traduce en dolor de cabeza, zumbido de oídos, dolor gástrico, sensación de náusea, diarrea o vómitos.
? También se sufre de una intensa sed debido a que las bebidas alcohólicas inhiben la hormona antidiurética que actúa a nivel del riñón, y que en condiciones normales retiene líquido.
? Para aliviar el malestar, y según la tolerancia de cada persona, es conveniente comer dos manzanas (una cada hora) para ?asentar? el estómago; ingerir agua de plátano o jugo de naranja, porque contienen cantidades importantes de potasio; tomar alimentos blandos o consomés, sopas y bebidas naturales sin leche que el aparato digestivo pueda retener.
? Salir a caminar con paso firme durante unos 45 minutos, también ayuda en la recuperación.
En familia: ¿Y los niños?
Por lo general, los pequeños tienen una dieta mal balanceada, prefieren las frituras y golosinas, mientras que los más pequeños se refugian en el biberón, y llegan a tomarse hasta seis u ocho pachas al día y por eso dejan de comer. Como consecuencia, padecen deficiencias vitamínicas, sobrepeso, obesidad, estreñimiento e incluso caries dental.
En esta época de fiestas el problema se acentúa, porque con el fin de que coman algo, sus padres o las personas que los cuidan les dan gusto con los productos chatarra que se les antojen.
Además, es frecuente que por las reuniones y visitas a parientes y amigos, los adultos les cambien sus horarios normales de comida.
Los pequeños sufren trastornos en sus rutinas y pierden el ciclo normal de hambre y saciedad.
El inadecuado consumo de azúcar y carbohidratos tanto en alimentos sólidos como en bebidas, ocasiona problemas gastrointestinales mientras que el exceso de grasa les hace subir de peso. Por lo tanto, es vital que vigile la dieta de sus hijos y les dé más verduras y vegetales frescos.