Aunque no se ha establecido la razón que origina esta sensación, se pueden mencionar factores como el envejecimiento, el entorno, el aire acondicionado en el lugar de trabajo, exposición al sol o al humo de cigarrillo, medicamentos contra el resfriado o alergias y lesiones en la vista.
Consejos
Antes de elegir algún tratamiento, es fundamental visitar al oftalmólogo, para que efectúe la prueba de Schirmer, en la cual se coloca una tira de filtro sobre la parte de los ojos, en el saco conjuntivo, para medir la cantidad de humedad generada por las lágrimas y determinar si hay disminución en su producción.
Las lágrimas artificiales para lubricar la zona visual pueden ser una opción de tratamiento. Aunque también es importante la prevención como dejar hábitos dañinos, como el cigarrillo, y evitar la saturación del aire acondicionado. Una práctica saludable es el parpadeo constante que le permita a los ojos estar lubricados.