Se cumplió la predicción y la llegada de la Virgen del Cerrito del Carmen a Guatemala marca el nacimiento de una historia que sigue viva.
En julio se celebra una de las festividades más importantes en la ciudad de Guatemala y su origen nos lleva a un pasado colmado de personajes, historias y momentos trascendentes.
Por más de 400 años los guatemaltecos se han acercado al cerrito del Carmen, uno de los lugares más conocidos de la capital y que atesora muchas tradiciones. Fue allí donde se llevó a cabo el primer cabildo el 2 de enero de 1776, después del traslado definitivo de la ciudad por los terremotos que destruyeron la antigua capital en 1773 y dejaron en ruinas Santiago de Guatemala, en el valle de Panchoy, hoy Antigua Guatemala.
Mucho antes de su traslado en 1776 el lugar era conocido como valle de la Virgen o de la Ermita, porque en un cerro se veneraba a una imagen apreciada por los pobladores.
Según la tradición, esta Virgen fue un regalo de Santa Teresa de Jesús, enviada al nuevo continente. El ermitaño italiano Juan de Corz llegó a Ávila, en Castilla y León, España, y las monjas, al verlo, le compartieron que santa Teresa había tenido un sueño en el cual vio que la Virgen, con su manto, protegía a los religiosos de la orden de Carmelitas, por lo que mandó a tallar una imagen que estuvo en su habitación durante mucho tiempo, hasta su deceso en 1582. Santa Teresa decía que era una imagen que tenía que ir al Nuevo Mundo y donde se instalara florecería una gran ciudad, indica el cronista de la ciudad, Miguel Álvarez.
Agrega que la santa quería enviar con su hermano la imagen para que evangelizara los nuevos territorios, pero no se ratificó el nombramiento y la misma permaneció en el convento.
La imagen original es de madera y su indumentaria fue elaborada en plata. Los ornamentos fueron colocados en Guatemala.
(Foto Prensa Libre: cortesía José Carlos Flores)
Las religiosas carmelitas le entregaron la imagen a Corz en una caja para su traslado. Este la llevó de España a Cuba, y de allí a Guatemala, a donde ingresó por el norte, ahora Puerto Barrios, y se desplazó por tierra al valle de las Vacas, donde la habría mantenido en su refugio llamado denominado el rincón de la leonera, unas cuevas en las proximidades del antiguo puente real, sobre el río Las Vacas, hoy puente Belice.
Los vecinos visitaban el lugar y luego convencieron a Corz para construir una capilla.
En 1613 se empezó a edificar un primer templo para la imagen y se concluyó en 1620, en la cima del cerro que pasó a ser llamado Del Carmen. La primera construcción se quemó, expresa el sacerdote Edwin Muñoz, titular de la Rectoría Santuario Nuestra Señora del Carmen.
Álvarez expone que estos detalles se conocen a través de un estudio que se hizo en el siglo XVIII, por parte del Obispado de Guatemala, que entrevistó a pobladores del lugar y algunos manifestaron haber conocido a Corz.
Se conserva el retablo del siglo XVIII y en la sacristía, que es la antigua ermita, está el retablo original, de estilo renacentista. Tiene unos ángeles con rostros indígenas y también detalles de frutas, tal vez por el ofrecimiento de las cosechas de los pobladores.
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Nelly Ramírez Klée, en su investigación El Cerrito del Carmen: caso de estudio de los riesgos del patrimonio urbano de la ciudad de Guatemala, documentó en el 2014 que a inicios del siglo XVII este lugar se convirtió en un punto de referencia importante al erigirse en su cumbre la Ermita del Carmen, templo destinado a albergar la imagen de la Virgen. Para asegurar el cuidado de la imagen y la presencia de personas en esta zona poco habitada, los españoles descendientes de los conquistadores hicieron poblar el área con alrededor de 20 familias de indígenas procedentes de las sierras de Canalitos, a quienes el rey exoneró del pago de tributo por dedicar parte de su tiempo al servicio de dicho templo.
En la actualidad se puede apreciar la iglesia, una sacristía, el campanario, así como un convento y el torreón, indica Muñoz.
Según información del Ministerio de Cultura y Deportes, en 1730, en la fachada se agregaron los muros y los torreones que le dieron apariencia de fortaleza, porque la imagen fue transportada a América en una nave que tenía por nombre La Fortaleza.
“En una época, el cerrito era el centro de todo y venían cientos de personas”, destaca Muñoz. El conjunto es una obra religiosa colonial, dedicada a Nuestra Señora del santo Carmelo.
El Cerrito del Carmen y sus alrededores celebran una feria que con regularidad tiene lugar en la avenida Juan Chapín, de la 1a. a la 4a. calles de la zona 1 capitalina. Una de las tradiciones principales es la procesión de la Virgen del Cerrito del Carmen.
(Foto Prensa Libre: Edwin Castro)
Desde cuándo se celebra la feria del Cerrito del Carmen
Ramírez Klée añade que en 1615 se celebró el aniversario de la dedicación de la Ermita. “Participaron en la fiesta todos los moradores del valle y numerosos devotos de los pueblos vecinos. Se dispuso entonces que para los años venideros cada uno de los pueblos cercanos se turnaran en programar la fiesta anual”, cita.
En 1891, el Diario de Centro América publicó que en el cerrito era común que se desarrollaran las celebraciones del Corpus Christi, la feria de la Virgen del Carmen en julio y los conciertos de marimba y la banda marcial. “En 1933, debido a la importancia del sitio y a los proyectos de mejora urbana del gobierno del general Jorge Ubico, el conjunto del cerrito del Carmen fue dotado de calles empedradas, bancas y fuentes que embellecieron el lugar y lo dignificaron para el uso de visitantes y vecinos. El parque se delimitó con la pavimentación de las calles aledañas y se introdujeron ductos para agua potable, drenajes y alcantarillado. Las obras de infraestructura estuvieron a cargo de reclusos, mientras que el financiamiento provino de la corporación edil, personas particulares, empresas privadas y colonias de inmigrantes de la élite guatemalteca”, precisa Ramírez Klée.
Además de la ermita, el cerro ha experimentado varias modificaciones a través el tiempo. Cuenta con una cruz edificada en 1925, la plaza México se le agregó en 1935, así como otros elementos de equipamiento y mobiliario urbano.
El cerro del Carmen, fue declarado patrimonio cultural de la época hispánica en el artículo 2o del acuerdo 1210 del Ministerio de Educación, del 12 de junio de 1970.
En los últimos 20 años el lugar tuvo algunas transformaciones. Es un espacio ideal para caminar en familia, cuenta con sitios para leer, ejercitarse o participar en algunas de las múltiples actividades organizadas en el año. Carolina Alejos, directora ejecutiva de la Fundación Teoxché, comenta que con el apoyo de la comuna capitalina han elaborado diferentes proyectos, en especial hacer el lugar más seguro para los visitantes.
Tiene áreas jardinizadas y espacio de juegos para niños. También hay un área para el paseo de mascotas y otra de ejercicios para adultos, y se proyecta un espacio para personas de la tercera edad.
En la siguiente infografía se muestra cómo se distribuyen los espacios actuales en el Cerrito del Carmen:
A pesar de los esfuerzos, el rector del santuario cuenta que las últimas lluvias han sido un problema para la edificación, por la humedad en ciertas partes de la estructura.
En un breve recorrido por el lugar, en el área de comedor del santuario se escucha un sonido que podría corresponder a cavernas que se han formado debajo del piso, además de goteras en el techo. Por ahora las autoridades están en negociaciones con el Instituto de Antropología e Historia (Idaeh) para darle seguimiento.
En la entrada del templo hay un puesto para recolectar dinero. “El factor económico es lo que más limita las reparaciones”, hace ver Muñoz mientras dirige la vista hacia las pinturas y elementos de siglos pasados.
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Historia del robo de la Virgen del Cerrito del Carmen
En el 2001 la imagen de la Virgen del Cerrito del Carmen fue robada, lo que causó gran pesar entre sus devotos.
La misma fue hallada dos años después en Chimaltenango y luego devuelta sin joyas ni vestuario.
Álvarez recuerda ese episodio. En el momento del robo expresó: “Se robaron el alma de la ciudad”.
En esos años en que la Virgen estuvo ausente los devotos seguían llegando al Cerrito del Carmen, se celebró la fiesta sin la imagen y muchos tenían la esperanza de que aparecería.
El 5 de marzo, miércoles de ceniza del 2003, la imagen fue regresada al templo y se organizó una procesión con la Virgen. A su vez, se comenzó a recaudar dinero para su luna, corona y partes de plata. Cuando se estaba haciendo la colecta un donador anónimo dio el valor completo de la corona. “Hasta protestantes preguntaban por la Virgen, y eso da cuenta del gran valor que tiene para los guatemaltecos”, dice Álvarez.
“Los ladrones no pudieron venderla porque la noticia estaba en todos los medios de comunicación y toda Guatemala conocía a la Virgen. La metieron en un costal y la abandonaron en unos campos de milpa en Tecpán. Unos campesinos la encontraron y por fortuna eran catequistas y la llevaron a su casa”, añade.
Los catequistas le rezaban el rosario. En una ocasión llegó un médico voluntario de una jornada oftalmológica al lugar y lo invitaron a su hogar. Al entrar preguntó quién era esa Virgen, ellos le contaron la historia y él les indicó que era la Virgen del Cerrito del Carmen, así que accedieron a devolverla. Así fue el retorno de la primera vecina de la Nueva Guatemala.
Momento en que la Virgen del Cerrito del Carmen fue robada en el 2001.
(Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)
Una imagen de la recuperación de la Virgen del Cerrito del Carmen en el 2003.
(Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)
Devoción por la Virgen del Carmen en Guatemala y el mundo
En la página del Vaticano se expone que el 16 de julio la Iglesia celebra la fiesta de Nuestra Señora del Carmen, la advocación mariana a Santa María del monte Carmelo.
Su denominación procede de su veneración en este monte ubicado en Tierra Santa, cerca de Haifa, Israel. Carmelo o Carmen derivan de la palabra Karmel o Al-Karem que se podría traducir del hebreo como "jardín"; es pues la Virgen es “la flor más bella del jardín de Dios”. El fervor espiritual hacia esta advocación ha sido difundido en el mundo por la orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo, y a cuyos religiosos se les conoce como carmelitas.
El culto a la Virgen del Carmen nació en la Edad Media. En el siglo XIII, san Simón Stock refiere las apariciones de la Virgen, quien le da un escapulario y toma el nombre del lugar monte Carmelo, en alusión al cerro donde Elías fue llevado. Este es el origen de la orden de carmelitas que luego tendrá una rama femenina. Una de las grandes reformadoras de esta orden fue santa Teresa de Jesús, en Ávila.
La Virgen del Carmen tiene una gran importancia en Europa e Hispanoamérica porque es la patrona de los puertos, de los marineros. Por tal razón hay procesiones acuáticas con su imagen, agrega Álvarez.
En el siglo XVII arribaron a Guatemala monjas carmelitas de Perú que fundaron el convento de Santa Teresa y trajeron la imagen de una Virgen del Carmen que ahora se encuentra en el altar mayor de la iglesia de Santa Teresa, otro de los puntos donde se celebra a esta advocación con gran júbilo.
En el mismo siglo, los hermanos terciarios del escapulario carmelita fundaron su capilla y con el traslado de la ciudad fueron ubicados en la actual 8a. avenida y 10a. calle, en el Centro Histórico capitalino, donde se encuentra una imagen de la Virgen del siglo XVII.
En Guatemala su fiesta organiza una feria y procesión, así como otras demostraciones de fe en su nombre, y también se celebra en Quetzaltenango y Huehuetenango.
Varios lugares están dedicados a Nuestra Señora del Carmen en España. Allí es patrona de los marineros y pescadores, así como de la Armada de ese país.
En América Latina sucede algo similar. En Argentina, Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador, Perú, Paraguay, Uruguay y Venezuela el día de la Virgen del Carmen es una auténtica fiesta.
Además de la salida en andas de las imágenes, se concluyen las novenas con solemnidad, y los devotos muestran su gratitud con distintas tradiciones.
El portal de Aci Prensa refiere que en muchos lugares se llevan a cabo homenajes a todas las mujeres que se llaman Carmen o Carmela.
¿Cómo utilizar el escapulario de la Virgen del Carmen?
El escapulario de la Virgen del Carmen recibió reconocimiento oficial del Papa en 1587 y ha sido respaldado por numerosos pontífices con el paso de los siglos.
Los profesionales consultados manifiestan que es importante reconocer que el escapulario es un recordatorio de cómo vivir con el ejemplo de María, como una de las grandes seguidoras de Jesús, y que no es un amuleto de buena suerte sino un detalle que recuerda el camino que los católicos deben llevar en su diario vivir.
La Virgen prometió al santo en mención un auxilio especial a la hora de la muerte para los miembros de la orden y a cuantos participaran de su patrocinio llevando el escapulario. El escapulario es sacramental; según el Concilio Vaticano II, es decir, un símbolo sagrado.