Gerardo es empresario y ha estado enfocado mayormente en las bienes raíces desde que inició su carrera profesional, alejado de los reflectores. En el 2011, intentó postular a una diputación de la coalición entre el Partido Revolucionario Institucional y el Verde Ecologista, pero no obtuvo buenos resultados. Al igual que su padre, Gerardo se ha dedicado a la crianza de caballos pura sangre y la charrería; así como se destaca en la jarrería, superando en esta área a Vicente. El hombre de 45 años heredó el talento vocal de su progenitor, pero no ha tenido interés en probar ese reto.
De acuerdo con el libro de Olga Wornat, sin ánimos de denigrar a los Fernández, Gerardo no solo sería una persona inescrupulosa, sino que también habría sido amigo de Ignacio Nacho Coronel, un fallecido narcotraficante perteneciente al Cártel de Sinaloa.
En estos días fue abordado por la prensa mexicana y aunque siempre ha sido esquivo con los periodistas, en unas breves declaraciones dijo que el rancho Los Tres Potrillos “No pos el rancho es de los tres y va seguir siendo la casa de toda la gente que quiera seguir viniendo a conocer, por eso es el hecho de que mi papá aquí quedará para que el que quiera venir a visitarlo, aquí es la casa de toda la gente”.
En las breves declaraciones también se refirió al proceso que su familia llevó por el estado de salud de Chente: “Digo, si fueron cuatro meses que nada más nosotros sabíamos cómo estaba mi papá, fue una pesadilla para toda la familia pero el que más ganas le echó todo el tiempo fue mi papá”.
VIDEO: En breves declaraciones el segundo hijo del charro dijo que el rancho seguirá estando disponible para el público de su fallecido padre
Lujo
De unos 5 kilómetros cuadrados de extensión, el rancho Los Tres Potrillos se ha convertido en un “centro de peregrinación” para los seguidores de Vicente Fernández tras su muerte y se considera uno de los lugares emblemáticos del legado del cantante mexicano.
Fernández ha explicado siempre que el nombre es en honor a sus tres hijos varones: Vicente Fernández Junior, Alejandro Fernández y Gerardo Fernández.
El rancho, considerado la casa del Charro de Huentitán, y que cuenta con su propio logotipo, se convirtió en un ícono, después de que el cantante mexicano pasara allí sus últimos días y también donde reposan sus restos.