La antigua calle Bailey ahora se llama Vicente Fernández para honrar al ícono musical mexicano, quien falleció en diciembre pasado a los 81 años.
Fernández fue uno de los máximos exponentes de la música ranchera, con 55 años de carrera, alrededor de 100 álbumes y más de 75 millones de discos vendidos por todo el mundo, además de poseer una gran trayectoria cinematográfica.
Fue ganador en tres ocasiones del Grammy y desde 1988 tiene una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, donde el pasado mes de diciembre sus admiradores dejaron muestras de cariño tras conocerse su fallecimiento.
Durante la actividad algunos medios de comunicación se acercaron a doña Cuquita y le preguntaron por cómo había manejando “el ojo alegre de su esposo”, “si él era feliz, yo estaba feliz también con él”.
“Mucha gente se pregunta cómo aguantaba sus fidealidades”, le cuestionaron, dijo que no podía vigilar todo el tiempo a su pareja cuando estaba fuera de casa. “De la puerta para adentro él era mi esposo”, expresó.
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En febrero pasado, doña Cuquita contó que sentía la presencia de Vicente Fernández en su casa, cuando tenía apenas dos meses de haber fallecido.
“Increíble, pero se forma una cruz en mi cama, de verdad. Con la colcha, con todo se forma una cruz a diario”, dice, citada por ese medio.
“Yo le digo que no se preocupe, que nadie ocupará su lugar”, agrega.
María del Refugio asegura que sigue viviendo su duelo y aún sufre cuando presencia los conciertos en vivo de su hijo Alejandro Fernández, ya que le traen recuerdos con el fallecido artista.
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