Fernández estudió hasta quinto año de primaria, ordeñaba las vacas de la granja de su padre y salía a vender la leche.
En 1963 Chente trabajaba como lechero y en ese momento “El Charro de Huentitán” tenía 23 años y fue Alberto González Cruz, el hombre que lo descubrió que le dio la oportunidad para convertirse el que sería en adelante un ícono de la música mexicana, según un reportaje publicado en el telemundohouston.com.
González Cruz era dueño y fundador del mariachi Alteño en el que trabajaban sus hijos. Fernández acudía con frecuencia en su bicicleta a vender leche, hasta que un día les comentó que a él le gustaba cantar.
Un día González y sus hijos le invitaron a cantar “No quería, temblaba de miedo y nervios”, declaró González en el reportaje de Telemundo.
Fue así como Vicente comenzó a ser conocido en su natal Guadalajara y tiempo después, iba en busca de clientes a la Plaza Mariachi, en donde actualmente se ubica una estatua en su honor.
El más grande
En la segunda mitad del siglo XX, era ampliamente reconocido que Frank Sinatra representaba la excelencia de los estándares del pop norteamericano. En una ruta paralela, Vicente Fernández era el rey y un icono de reconocimiento instantáneo en el mundo de las rancheras mexicanas.
Las canciones rancheras son consideradas la música del corazón de México. La música ranchera es la quinta esencia de la forma de la canción mexicana; idealiza la vida del campo y describe desgarradoras historias de amor y rompimientos de emoción sin límites, cita vicentefernandez.mx.
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Fue así como el lechero que no terminó la escuela primaria se convirtió, hasta el día de su muerte, el 12 de diciembre del 2021 en el mas reconocido cantante del mundo en su género, por su vasta producción, su poderosa voz y su música inolvidable, Fernández es ahora considerado una leyenda influyente para los artistas populares de la música ranchera.