Todo comienza semanas atrás, cuando se eligen las piezas a interpretar, al director y al músico solista. Se alistan las partituras para que los músicos comiencen los ensayos individuales y luego, la orquesta completa. Para esta ocasión, la preparación comenzó 15 días antes.
Durante la fecha de la presentación, el trabajo en el escenario se inicia horas antes con la colocación de las sillas y los atriles donde se ubicará cada músico. Las partituras se ubican en su sitio, a la espera de que cada miembro de la OSN tome posesión de su lugar.
Una hora antes de la gala, es común ver en los pasillos de la sala de conciertos (en esta ocasión el Conservatorio Nacional de Música Germán Alcantara) a los músicos afinando sus instrumentos o practicando algún pasaje de las piezas a interpretar. Cualquier espacio es bueno para ensayar.
Quienes tienen la oportunidad de caminar por esos rincones pueden apreciar el sonido individual de los violines, contrabajos y demás que se volverán uno solo en el escenario.
Llegada la hora, los miembros de la orquesta suben al escenario ataviados con sus mejores galas.
Según Juan Gabriel Yela López (presidente del Consejo Directivo de la OSN), cada maestro toma posesión de su lugar, a la espera de que aparezca el maestro del violín concertino que da la nota LA para afinar los instrumentos.
“Se hace una afinación por registro, primero los vientos madera, los vientos metal y las cuerdas, luego se espera al director invitado, nos ponemos de pie y comenzamos el concierto”, refirió Yela López.
En el primer Concierto Extraordinario de la OSN participaron 50 músicos bajo la batuta del argentino Darío Alejandro Ntaca, director invitado.
La solista fue la pianista Alma Rosa Gaytán. “El estudio de un música es de toda la vida. Cuando uno cree que está preparado siempre tiene que estudiar, se busca la excelencia”, mencionó.
Según Yela López, en conciertos académicos como el presentado el pasado jueves, “la primera parte del programa es una obertura, luego un concierto con un solista, el intermedio, y en la segunda parte del programa, una sinfonía”.
Para esta velada se interpretó La Escala Di Seta, de G. Rossini, el Concierto para Piano y Orquesta, No.20 en re menor, K.466, de W.A. Mozart (la OSN no la ejecutaba desde hace 20 años) y la Sinfonía No.4, en si bemol mayor, Op. 60, de Beethoven (la última vez que se escuchó por esta agrupación fue en el 2002).