También le puede interesar
El recientemente fallecido actor no solo fue el primero sino para muchos el mejor intérprete de 007. Pero el escocés no solo revive cada vez que uno visiona de nuevo cualquiera de sus siete películas de Bond: cuando aparece un Aston Martin DB5, le viene a uno su imagen acabando con Auric Golfinger u otros villanos.
Nueva edición, nueva película
Paralelamente al próximo estreno de la repetidamente postergada 25º aventura de Bond No time to die en la que el actor Daniel Craig volverá al volante del DB5, Aston Martin ha reeditado el original vehículo de Goldfinger: 25 unidades de la llamada serie Continuation ensambladas íntegramente a mano en 4.500 horas cada una.
A primera vista, este DB5 es idéntico al modelo de serie que debutó en 1963. Y se maneja de igual modo: el fabricante británico ni siquiera ha intentado modernizar la tecnología.Aston Martin escaneó el motor con un tomógrafo computarizado -debido a la falta de planos de construcción originales- y lo reconstruyó con todo detalle. Así, tras la icónica parrilla se encuentra el mismo motor de cuatro litros de seis cilindros en línea.
Bólido elegante
Al igual que el original, el vehículo tiene transmisión manual ZF de cinco velocidades. El motor de cuatro litros desarrolla 210 kW/286 CV y sus 390 Nm son fáciles de manejar con los escasos 1.500 kilos del coupé.El vehículo puede realizar un sprint de cero a 100 en 7,1 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 229 km/h.Bajo la dirección de Paul Spires, la filial Aston Martin Works ha construido cada una de las 25 nuevas unidades DB5 como si fuera la primera.
Todos los “gadgets” incluidos
Al igual que hace más de 50 años, en la consola central aparece un mapa con radar que muestra la posición actual del auto. En la puerta del asiento del conductor hay un teléfono (de la época) y bajo el reposabrazos se esconde un panel de interruptores igual al que Bond usó para convertir el coupé en un vehículo de combate.
Con solo pulsar un botón, el parachoques se extiende a modo de ariete, aparece un escudo protector de acero a prueba de balas detrás de la luna trasera y el cambio de las placas de matrículas giratorias dificulta el rastreo a los enemigos.Y si alguien le pisa los talones, el Aston lanzará agua por la parte trasera mientras se abre paso a tiros de sonido e iluminación muy reales disparados por dos “ametralladoras” delanteras.El fabricante británico solo se desvía en dos puntos del guión de Ian Fleming y de las instrucciones de Q, el proveedor de “gadgets” a Bond.A pesar de contar con gatillo (para accionarlo) y un corte diseñado en el techo, el asiento eyectable es falso. Además, en lugar de lanzar aceite al asfalto para que sus perseguidores resbalen, expulsa agua jabonosa. El James Bond de hoy en día también piensa en el medio ambiente.
Solo para adinerados
Continuation cumple los requisitos de un auténtico coche Bond pero debido a sus tres matrículas giratorias su circulación en la calle no es legal, lo que le convierte en un juguete para (muy) adinerados niños grandes.El fabricante británico pide algo menos de cuatro millones de euros (4,7 millones de dólares) por unidad.Paul Spires admite que es una suma considerable. “Pero no hay una forma más barata de conseguir un coche Bond”, indica.Si bien es cierto que los DB5 convencionales se comercializan por mucho menos, “la última vez que uno de los originales de la producción de Goldfinger fue subastado, el martillo cayó a más del doble de eso”, acota Spires.Pero el alto precio también tiene su parte positiva, el propietario presumiblemente cuidará del auto y el director de Aston Martin no tendrá que gritar en la entrega del vehículo lo que Q pedía en el filme a James Bond:
“Tráelo entero de vuelta, sólo esta vez”.