Datos de la Motion Picture Association señalan que, en 2020, alrededor del mundo, se lograron recaudar apenas 11 mil 800 millones de dólares por concepto de entradas al cine.
La cifra, comparada con los 42.3 mil millones reunidos en 2019, resultó ser una alarma para los involucrados en la difusión de películas, por lo que, aún con las butacas vacías y un público ausente, muchas empresas cinematográficas vieron la necesidad de buscar nuevas formas de llevar el cine a las personas.
Un ejemplo de ello en Guatemala se realizó desde los históricos Cines Capitol donde después de la cuarentena se tuvo la iniciativa de alquilar las salas de proyección a un precio más asequible, con el propósito de reactivar estos espacios.
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Lo que en su momento parecía ser un declive fílmico, resultó ser una oportunidad para Alberto Rodríguez Collía, gestor cultural y artista visual, quien vio ocasión para desarrollar un proyecto donde se detonaran nuevas formas de consumir cine en el país.
Tomando en cuenta la facilidad de alquiler en los Capitol, Alberto junto a un equipo de cineastas emprenderá la Sociedad Fílmica Iximuleuw (SFI), una plataforma desde la cual se pretende mostrar películas de cine reciente y clásico que se alejan de los estándares de manufacturación comercial.
La iniciativa busca una diversidad de propuestas que muestren al público otras narrativas en la forma de construcción de los personajes. También se pretende estrenar títulos de cine de autor que regularmente no se verían en el país.
Además de Rodríguez Collía, la SFI opera gracias a la asesoría del director Sergio Ramírez; el apoyo administrativo del productor Joaquín Ruano, y el acompañamiento contable de Óscar Pérez.
“Buscamos traer películas sean de directores con miradas novedosas en la producción artística, que no sean complacientes ni usuales, sino que le apuesten más a una amplitud de formas y experiencias”, comparte el coordinador de la Sociedad Fílmica Iximuleuw.
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La idea medular de la plataforma consiste en presentar una película cada mes, la cual será proyectada cada martes en una de las salas de los Cines Capitol, donde con medidas de distanciamiento podrán entrar de 95 a 105 personas. Para quienes esta propuesta despierte más curiosidad, la SFI ofrece una suerte de asociación con otro precio.
Rodríguez Collía señala que la propuesta busca reunir a cinéfilos quienes con un aporte mensual de Q.125 podrán tener acceso a dos funciones durante el mes, podrán votar por las películas que vayan a mostrarse, participarán en sorteos de afiches originales de las películas, así como tendrán acceso a catálogos con ensayos fílmicos y a presentaciones especiales de la Sociedad.
Las proyecciones de la Sociedad Fílmica Iximuleuw darán inicio el martes 2 de agosto a las 20 horas en los Cines Capitol (6ª avenida, 12-51, zona 1 capitalina).
El proyecto arrancará con la proyección -y estreno público centroamericano- de la película Crímenes del futuro, dirigida por David Cronenberg, considerado uno de los “padres del cine de horror contemporáneo”, y quien además ha sido ganador del Premio León de Oro a la Trayectoria en el Festival de Venecia y el Premio Especial del Jurado en el Festival de Cannes.
Crímenes del futuro cuenta la distópica historia de Saul, un artista performativo quien decide escenificar una metamorfosis de sus órganos en espectáculos vanguardistas con la ayuda de su compañera. En paralelo, una investigadora de la Oficina del Registro Nacional de Órganos sigue a Saul y sus prácticas, las cuales revelarán a la audiencia una nueva forma de imaginar y alterar la evolución humana.
El filme está dirigido a un público mayor a los 18 años, es una producción canadiense y griega que se estrenó este año en el Festival de Cannes -donde recibió una ovación de seis minutos después de haber finalizado– y cuenta con las actuaciones de Viggo Mortensen, Léa Seydoux y Kristen Stewart.
De acuerdo con el coordinador de la SFI, la elección de esta película va de la mano con el estreno latinoamericano que se hizo de la misma en la plataforma de cine Mubi, además de tratarse de un filme hecho por un director “influyente” como Cronenberg, quien por más de 40 años ha desarrollado un universo fílmico donde se cruzan el drama, el terror y la ciencia ficción.
La película Crímenes del Futuro será proyectada el 2, 9 y 16 de agosto en los Cines Capitol a las 20 horas y el precio de las entradas será de Q.45.
Nuevas fórmulas para compartir el cine
La SFI busca incidir en las maneras de sentir de los asociados, así como pretende armar un espacio más democratizado. De esa cuenta resulta importante la participación de esos agremiados en las votaciones para elegir los títulos que serán vistos.
Para elegir las películas, los coordinadores de la Sociedad envían a los agremiados un listado con distintos títulos y sus respectivas fichas informativas. Los filmes que reúnan más votos serán proyectados en los siguientes seis meses.
Para asociarse, las personas pueden escribir un correo a la dirección hola@ccc.gt o enviar un mensaje por las cuentas de Instagram o Facebook del proyecto. En total, podrán asociarse un máximo de 110 personas dentro de la sociedad fílmica.
“La selección de películas por los agremiados es clave porque muchas veces un solo programador puede aislarse. Con más personas se puede crear una idea de sociedad que se sienta propia y en la cual se pueda incidir”, apunta Alberto.
La SFI ya ha negociado con varias distribuidoras la posible proyección de películas de Chile, México, Suecia, Francia, Dinamarca, Brasil, Noruega y Reino Unido, además de producciones guatemaltecas que los asociados podrán elegir a mediados de agosto.
Ante este proyecto surgiría la pregunta ¿Por qué insistir en el cine de autor y en otras formas de experimentar películas? A decir de Alberto Rodríguez Collía, la SFI propone otras maneras de entender el arte y la cultura.
“A veces se ha creído que la cultura se relaciona con escuchar música clásica y ver películas modernistas, cuando es algo mucho más amplio. Desde el cine de autor también se puede impulsar aprendizaje y conocer sobre nuevas historias”, comparte Rodríguez Collía, quien agrega que, a pesar de ser asociado con el entretenimiento, el cine ayuda a comprender las experiencias y los conflictos de otras personas.
En cuanto a la idea de una “sociedad fílmica”, Rodríguez Collía comparte que el nombre toma referencia a la iniciativa del director de cine estadounidense Richard Linklater, quien junto a varios colegas creó en 1985 la Sociedad Fílmica de Austin (Austin Film Society), desde donde se impulsaron proyecciones, pero también diálogos y producciones alrededor de un nuevo cine independiente en Estados Unidos.
