Rodríguez Macal empezó a escribir en el periódico El Mercurio, de Chile, a los 21 años. Allí surgió el relato La mansión del pájaro serpiente. “Mi padre era un enamorado de nuestra tierra. Siempre vio la selva con un encanto único, el cual describió en sus novelas”, cuenta María Elena Rodríguez, hija del escritor.
“Sus ojos eran tan verdes, verdes, verdes, que se tornaron así de tanto ver la selva”, dice Rodríguez cuando habla de él. “Era un hombre aventurero, noble y de gran porte”, agrega.
Para Rodríguez Macal entrar e involucrarse en la selva por meses significaba regresar lleno de vida. “Cuando lo volvía a ver destacaba su piel morena por el sol que contrastaba con el esmeralda de sus ojos, un verde intenso”, agrega su hija.
De sus incursiones en la selva nacieron los libros El mundo del misterio verde (1956), Sangre y clorofila y otros cuentos (1956), Carazamba (1950), La mansión del pájaro serpiente (1939), Guayacán (1962), Jinayá (1951) y una la novela Negrura (1958), que ganó el premio Pedro Antonio de Alarcón, de Madrid, España. Hay una obra inconclusa que no alcanzó a publicar porque la muerte, a causa de cáncer se lo llevó. Esta trataría sobre el oriente del país.
Actividades
Para recordar al escritor este martes, a las 11 horas, se ofrecerá un homenaje. Más tarde, a las 17 horas se leerá parte de su obra, ambas actividades se llevará a cabo en la Biblioteca Nacional de Guatemala (5a. avenida 7-26, zona 1).
A las 18 horas se presentará la nueva edición de Negrura, en Editorial Piedra Santa, 5a. calle 7-55, zona 1.