O'Riordan había sido diagnosticada con un trastorno de bipolaridad pero respondía bien a su tratamiento, según la investigación de las causas de su muerte. La cantante alternaba los periodos de abstinencia de alcohol con otros de consumo excesivo.
Los análisis toxicológicos que se le practicaron a la irlandesa señalaron la presencia de cantidades “terapéuticas” de estos fármacos en su sangre y una tasa de alcohol cuatro veces superior al límite legal autorizado para conducir en Reino Unido (0,8 gramos por litro de sangre).
Este jueves el caso de la cantante fue revisado por la jueza forense Shirley Radcliffe, del tribunal londinense de Westminster. Radcliffe dijo, al exponer sus conclusiones, que la muerte de O'Riordan fue “un accidente”.
Natalie Smart, una agente policial que acudió al lugar de los hechos, afirmó durante la audiencia haber “visto a O'Riordan sumergida en la bañera con la nariz y la boca totalmente bajo el agua”.
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Radcliffe indicó como causa del fallecimiento de la cantante fue “ahogamiento por intoxicación etílica”, después de que la autopsia del cuerpo de la artista demostrara que tenía altos niveles de alcohol en la sangre.
El tribunal empezó la investigación desde el pasado 19 de enero, antes de que fuera enterrada en Limerick, Irlanda. La cantante tenía tres hijos y fue reconocida internacionalmente por ser la cantante de la icónica banda The Cranberries.
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