Después de retirarse dos veces del escenario para arreglar el sonido, el grupo siguió interpretando sus mejores canciones, incluida Creep, el tema con el que los británicos debutaron en 1992 y que tocan esporádicamente.
Los problemas técnicos son extremadamente raros para una banda de la talla de Radiohead, una de las favoritas de la crítica, o para Coachella, que es uno de los eventos culturales más lucrativos del mundo y reconocido por su cuidadosa organización.
Pero este es el último de los inesperados problemas en un evento de primer nivel, que se suma a una embarazosa metida de pata durante la entrega de los Óscar y los fallos de sonido en los Grammy.
Radiohead abrió de manera poderosa bajo un mar de rayos de luz y estrellas -una “piscina en forma de luna”- que aludía al título de su último álbum, A Moon Shaped Pool.
A la tercera canción Radiohead aumentó la energía con Ful Stop y una pantalla de cráteres que daban la sensación de un aterrizaje lunar, pero los problemas de audio se volvieron demasiado notorios con pitidos discordantes sobre la música.
El sonido se apagó completamente dos canciones después en 15 Step, cuando el guitarrista Jonny Greenwood pareció notar el problema. Pero Yorke, encerrado en sí mismo con los ojos cerrados y un monitor de sonido en el oído, no se daba cuenta de que la multitud podía verlo pero no escucharlo.
Embarazoso para Radiohead
Cosas similares sucedieron de nuevo con Let Down, del álbum OK Computer (1997), mientras algunas personas entre la multitud, que después de quejarse empezó a cantar para sustituir al inaudible vocalista.
Usualmente poco conversador sobre el escenario, Yorke asumió la responsabilidad de los problemas técnicos y expresó a la multitud su agradecimiento por quedarse.
“Me gustaría decirles un chiste que alivianara el humor o algo así, pero esto es Radiohead, así que a la mierda con esto”, dijo Yorke, haciendo en efecto una broma sobre la reputación de sombría que tiene la banda.
Sin audio en varias melodías posteriores, Radiohead no renunció a los efectos característicos de la banda. Y el sonido afortunadamente funcionó a lo largo de los truenos de guitarra de Greenwood en Creep.
Los problemas técnicos estuvieron presentes pese a la creciente confianza que había este año en la tecnología del festival de Coachella, donde drones capturaron imágenes de la muchedumbre, la recepción de la señal de celulares se mantuvo casi constante y los espectadores realizaron un viaje de 360 grados por el espacio bajo una cúpula planetaria, dirigida por Hewlett Packard.
Un artista que se centró en la tecnología el viernes fue DJ Richie Hawtin, quien estrenó un nuevo espectáculo en vivo con proyecciones gráficas utilizando un inusual estilo techno.
Introducción al “grime“
Stormzy, quien forma parte del emergente estilo grime de Londres, lanzó su enérgica interpretación que iba atrayendo a la multitud mientras caía el sol de la tarde.
“Esto es grime. Es como el hip-hop pero mucho más rápido”, explicó en una sucinta introducción del género y bromeando con la idea de que probablemente la audiencia no creía que un artista británico pudiera ser rapero.
“No me importa si ustedes no entienden mi acento”, dijo al describir la acogida como una “gloriosa ocasión”.
Skepta, quien podría considerarse la mayor figura del grime y ganador del prestigioso galardón británico Mercury Prize, fue también invitado a tocar en Coachella pero canceló la cita, argumentando problemas con su visado.
Los organizadores esperan que cerca de 250 mil personas asistan al festival de Coachella, que se realiza entre viernes y domingo de dos semanas consecutivas y con una programación idéntica. La ciudad de Indio, en California, autorizó este año que la asistencia aumentara un 25%.
La estrella del sábado es Lady Gaga y Kendrick Lamar lo será el domingo.