En abril de 1970 el cantante de la banda de rock Smile abandonó el grupo que formaba junto a Brian May y Roger Taylor. Un joven estudiante de arte y diseño gráfico le sustituyó, cambió el nombre del grupo y comenzó la leyenda: cinco años más tarde Queen era ya la banda más influyente del rock de la época y Freddie Mercury llegaría a convertirse en uno de los mayores íconos de la historia de la música.
Casi tres décadas después del fallecimiento de Freddie Mercury, el legado de Queen permanece vigente. Buena prueba de ello es el éxito del musical We Will Rock You, en escena desde 2002, o el de la película Bohemian Rhapsody, estrenada a finales de octubre de 2018 siendo la cinta biográfica más taquillero de la historia, con una recaudación superior a los US$ 900 millones.
Queen acaba de recibir un honor sin precedentes en el Reino Unido: es la primera banda de rock en contar con su propia moneda, la primera de la colección Music Legends, con la que el Royal Mint quiere destacar la música británica como “una de las mayores contribuciones del país a la cultura mundial”, y de la que el grupo es sin duda uno de los principales representantes.
Con la moneda se rinde homenaje a Queen por ser una de las bandas más influyentes de su generación y porque sus clásicos atemporales siguen siendo disfrutados por millones de seguidores en todo el mundo.
Un reconocimiento inimaginable para el guitarrista Brian May: “cuando empezamos como Queen, incluso el primer peldaño de la escalera hacia el reconocimiento parecía remoto e inalcanzable”.
Queen dio un nuevo impulso al rock y, a finales de los años 70, eran ya la banda más influyente del género. Posición que reforzarían durante la siguiente década, ya convertidos en auténticos mitos, gracias a un buen número de canciones que se habían alzado como himnos y con una espectacular puesta en escena, gracias al carismático Freddie Mercury.
“Me di cuenta de que mi interés era la música, todo lo que quería hacer era música, así que me dije: tengo que intentarlo como cantante”, explicaba Freddie Mercury, que poco después de su llegada a Londres desde Zanzíbar, Tanzania, comenzó a estudiar arte y diseño gráfico en el Ealing College of Art.
En aquella escuela de arte de Londres está el origen de Queen: Mercury conoció allí al cantante Tim Staffel, quien junto al guitarrista Brian May y el batería Roger Taylor, formaban la banda Smile; un grupo de hard rock psicodélico del que Mercury era gran seguidor y del que acabaría siendo su vocalista cuando Staffel abandonó la formación en abril de 1970.
Una majestuosa trayectoria
Por aquel entonces, Freddie, aún no usaba el apellido con el que se haría célebre y seguía siendo Bulsara, algo que cambió poco después, durante los primeros conciertos de la formación – que pasó a llamarse Queen a propuesta de Mercury – en el City Hall de la localidad de Truro el 27 de junio de 1970 y el 18 de julio en el Imperial College londinense, donde la banda ensayaba habitualmente.
Durante los primeros meses, por la agrupación pasaron varios bajistas, hasta que finalmente John Deacon completó la formación definitiva de Queen en marzo de 1971.
Elegido el nombre de la banda, fue el propio Mercury quien diseñó el logotipo de Queen, que tiene cierta similitud en su composición con el del Reino Unido, especialmente por los leones, que en la insignia de la banda representan en el signo del zodiaco de John Deacon y de Roger Taylor.
Mercury incorporó los signos del zodiaco de los cuatro integrantes de la banda, y así aparecen también un cangrejo por Bryan May, y dos hadas para él mismo; en el centro del diseño, una corona rodeada por la letra “Q” y, sobre todo el conjunto, un gran ave fénix.
La impronta de Mercury está presente desde la propia concepción del grupo y de su imagen, aunque no sólo el carismático líder de Queen tiene responsabilidad en su éxito: los cuatro fueron músicos excelentes y todos compusieron alguno de las grandes canciones con las que hicieron historia.
Su debut discográfico fue el álbum “Queen”, lanzado en julio de 1973, un disco con clara influencia del heavy metal y del rock progresivo y que recibió buenas críticas con el que consiguieron llamar la atención del público.
Meses más tarde lanzarían “Queen II”, en marzo de 1974, con el que consiguieron llegar al número 5 de las listas británicas, y ”Sheer Heart Attack”, en noviembre de 1974, precedido por el sencillo Killer Queen, primera canción del grupo en entrar en las listas de éxitos estadounidenses y número 2 en las británicas, igual que el álbum.
Después del éxito logrado, Queen desarrolló en 1975 su gran obra maestra, “A Night at the Opera”, que fue lanzado en Reino Unido el 21 noviembre de ese año y dos semanas más tarde en Estados Unidos. De entre todas sus canciones destaca Bohemian Rhapsody, el primer sencillo de Queen en alcanzar el número 1 y una de las mejores canciones de la historia de la música.
Para darle nombre al que por entonces fue el álbum más costoso jamás producido, y su primer número 1 en Reino Unido, tomaron el título de una película de los hermanos Marx, como harían para el siguiente, “A Day at the Races”, publicado un año más tarde.
Leyendas del rock
Las ventas millonarias y los números 1 continuaron: “News of the World” (1977), “Jazz” (1978) y “The Game” (1980) consolidaron a Queen como la gran banda de rock de la época, en la que dejaron canciones como We Will Rock You, We Are the Champions, Don’t Stop Me Now o Another One Bites the Dust.
No hay un álbum de Queen que no contenga al menos una canción que se haya convertido en un clásico, como el Under Pressure que grabaron junto a David Bowie para “Hot Space” (1982) o Radio Ga Ga y I Want to Break Free, del álbum “The Works”, de 1984.
Para entonces, Queen llenaban recintos para decenas de miles de personas en sus conciertos y habían publicado su primer recopilatorio, “Greatest Hits” (1981), el más vendido de la historia en el Reino Unido.
Aunque en abril de 1985 Freddie Mercury publicó su primer disco en solitario, “Mr. Bad Guy”, y circularon rumores de la separación del grupo, Queen volvió a eclipsar al mundo con sus 17 minutos de actuación en el macroconcierto benéfico Live Aid, celebrado en el estadio de Wembley el 13 de julio de aquel año ante 72 mil espectadores, y en el que participaron las mayores estrellas musicales del momento.
Entre 1.500 y 1.900 millones de personas vieron aquel concierto por televisión en todo el mundo y aquella breve actuación de Queen está considerada la mejor de la historia, y sin duda encumbró de nuevo a la banda.
“Era el escenario perfecto para Freddie: el mundo entero”, afirmó el impulsor del concierto, Bob Geldof, en el libro ‘Freddie Mercury: the definitive biography’.
La imagen de Mercury en aquel concierto quedó para la posteridad, como la que lució apenas un año después en el mismo escenario, esta vez en el marco de la gira ‘Magic Tour’ para presentar el álbum “A Kind of Magic”, con la que Queen llenó dos noches consecutivas, el 11 y el 12 de julio de 1986, el estadio de Wembley.
Fue la última gira de Queen con Freddie Mercury, que en 1987 fue diagnosticado de sida, aunque la continuó con su discografía, primero con “The Miracle” (1989) y después con “Innuendo” (1991), último álbum de estudio de Queen antes del fallecimiento de Mercury, el 24 de noviembre de 1991.
‘Made in Heaven’, lanzado en 1995, fue el último disco de Queen, para el que se emplearon grabaciones de piano y voz que habían sido realizadas por Freddie Mercury en sus últimos meses de vida.
Aunque el show de Queen ha continuado años después con otros vocalistas para mantener viva la memoria de la banda, el legado y la figura de Freddie Mercury permanecen imborrables.