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Qué ha pasado en más de 50 años con el estudio y formación de lingüística maya en Guatemala

Durante la Filgua 2024 se realizaron varios encuentros para pensar el lugar de los idiomas mayas en la contemporaneidad del país. La estudiosa Ixq'anil Judith M. Maxwell ofreció una ponencia alrededor del tema.

La diversidad de las comunidades originarias del país atraviesa el idioma y los modos de construcción de elementos culturales. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

La diversidad de las comunidades originarias del país atraviesa el idioma y los modos de construcción de elementos culturales. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

Ixq'anil Judith M. Maxwell es una gran conocida para muchos de los maya hablantes e investigadores de la lingüística en distintos idiomas originarios del territorio hoy entendido como Guatemala.

La trayectoria de la estadounidense se ha extendido por más de medio siglo en el país construyendo de forma colectiva investigaciones y publicaciones, entre las que destacan diccionarios mayas que han funcionado para indagar en las profundidades de la diversidad idiomática y filosófica de los pueblos originarios.

La doctora Maxwell, egresada con un PhD de la Universidad de Chicago, trabaja desde hace décadas con los idiomas mayas, enfocándose en el trabajo con comunidades k'iche's y q'anjob'ales.

Asimismo, ha trabajado en la exploración de las codificaciones de construcciones culturales, correferencia y seguimiento de relaciones sociales a partir del idioma.

Durante la más reciente Feria Internacional del Libro en Guatemala, la estadounidense contó con un espacio para compartir su conferencia Hacia una lingüística Maya: 52 años de estudio, donde rastreó su experiencia investigando en el país.

Al comienzo de la charla, Maxwell contó sobre las diferentes generaciones de estadounidenses lingüistas que han trabajado en Guatemala para investigar junto a personas de distintas comunidades mayas.

Bob Gerson, Tom Larsen, Karen Dakin, Steve Stewart, Jon Dayley, Margarte Datz, Linda Brown y Glenn Ayers fueron algunos de los nombres que mencionó Maxwell, y con quienes logró coincidir en varias ocasiones.

La investigadora también contó sobre algunas de sus primeras investigaciones junto al apoyo del gobierno de Guatemala en cuanto a la misión por rastrear la fonética y la lingüística maya con jóvenes de distintas comunidades.

Ixq'anil Judith M. Maxwell durante su ponencia en la Feria Internacional del Libro de Guatemala. (Foto Prensa Libre: Alejandro Ortiz López)

"Hubo un tiempo en el que nos dieron lugar en el rancho Nimajay, en La Antigua. Nos dieron papel y una máquina de escribir. Estábamos trabajando a base de papelitos chiquititos que metimos en cajas de zapatos", relató la investigadora al referirse a las formas que utilizaba junto a su equipo para registrar palabras en varios idiomas.

En aquella época, dicha agrupación también viajó a Huehuetenango para continuar con las investigaciones. Algo que recordó la exponente fue el terremoto de 1976 que sacudió el país cuando el grupo estaba en occidente y el cual provocó que se perdieran muchos registros lingüísticos que habían elaborado.

"Más de 10 mil palabras y fichas estaban tiradas por todo el suelo", recordó Maxwell de aquel episodio en el que las oficinas de trabajo de su equipo se encontraban en una escuela huehueteca que resultó destruida.

Durante su ponencia, la conferencista hizo un salto hasta la década de 1990 para hablar sobre la iniciativa OKMA (Oxlajuj Kej Maya Ajtzib') la cual integró con un significativo grupo de jóvenes mayas quienes se dedicaban a investigar, apalabrar y explicar sus propios idiomas.

A partir de esa organización surgieron proyectos como la formación de nuevas gramáticas mayas que fueron compendiadas en libros que los mismos jóvenes articularon. El proyecto, según explicó Maxwell, operó desde 1990 hasta 2010.

Más hacia adelante de la conversación, la exponente comentó que varios de los materiales trabajados con OKMA, como diccionarios y libros, fueron entregados al Ministerio de Cultura y Deportes para divulgar el conocimiento.

En cuanto a otras instancias del gobierno, Maxwell también contó sobre iniciativas que se trabajaron como el Programa Nacional de Educación Bilingüe Bicultural del Ministerio de Educación.

Durante las propuestas que también integró la estadounidense para el referido ministerio, se elaboraron materiales como un disco compacto en el que los maestros podían escuchar la manera en que pronunciaban varias palabras en idiomas originarios.

OKMA (Oxlajuj Kej Maya Ajtzib') o el Programa Nacional de Educación Bilingüe Bicultural del Ministerio de Educación fueron iniciativas que integraron a lingüistas extranjeros con hablantes mayas, así como con miembros de la sociedad civil en Guatemala.

A pesar del esfuerzo, que incluía distintos modos de pronunciación, el proyecto no tuvo muchos resultados, comentó la estadounidense.

Otro de los hallazgos de la investigadora en suelo guatemalteco durante aquella época fue el de la desigualdad académica frente a las necesidades de posicionar los idiomas originarios.

"Había mucha gente maya preparada para dar clases, pero los puestos se les daba a maestros que no eran mayas y que tenían que dar el idioma pero no sabían como enseñarlo. Se les daba un walkman para aprender el idioma con los CD, después se les hizo un examen y no aprendieron", relató durante la conferencia.

Aproximándose a las esferas más altas de la educación universitaria, Maxwell comentó sobre varios de los esfuerzos que se han hecho en la academia guatemalteca para insistir en los idiomas mayas.

Entre las instituciones mencionó universidades mayas que existen actualmente en Chimaltenango, Comalapa, Patzún, San Juan Chamelco, entre otras que incluso, aseguró, no cuentan con el aval de la Universidad de San Carlos de Guatemala, sino de universidades de Costa Rica.

El siguiente es un mapa de la Academia de Lenguas Mayas donde se muestran las extensiones territoriales donde se hablan idiomas indígenas:

También mencionó esfuerzos que se han implementado en otras instituciones como la Universidad Mariano Gálvez, que cuenta con la Escuela de Lingüística, o la Universidad Rafael Landívar que desarrolló Prodigma, una propuesta que buscaba formar a profesionales mayas.

Maxwell mencionó que aunque en la Constitución Política de la República o en la Ley de idiomas nacionales se hace obligatoria la protección y enseñanza de las lenguas originarias, falta mucho por hacer desde las escuelas.

La investigadora reconoció que a pesar de esto, hay varios esfuerzos más allá del Estado donde sigue posicionándose la importancia de los idiomas originarios.

A partir de esto reconoció el trabajo de artistas como la comalapense Chumilkaj que canta en kaqchikel o el rapero de Atitlán Tzu'tukán quien lanza rimas en tz'utujil, kaqchikel y k'iche. También mencionó plataformas como la Academia de Lenguas Mayas, TikTok y otras redes sociales donde varios perfiles buscan llegar a nuevos públicos interesados en los idiomas.

Para la estudiosa de idiomas mayas, el reforzamiento de una lingüística maya hecha por las mismas comunidades hablantes requiere que exista:

  • Un marco maya, que implique un universo vivo que se entienda y apalabre.
  • Un eje comunitario donde la construcción del idioma y sus formas sea desde varias personas y no solo de una.
  • Una base teórica para que sea respetada por otras personas.
  • Pedagógica, con la intención de ser entendible por muchos.
  • Artística, en cuanto a que sea agradable y accesible.
  • Divertida para que pueda ser reconocida por los más pequeños,
  • Cultural e innovador, para que sea reconocida en el futuro.

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