“Mi obra es una visión muy personal sobre la fragilidad del ser humano, es decir una reflexión acerca de la condición humana, es una celebración dedicada a nuestros errores y a las desgracias que nos recuerdan el ser imperfecto y finito que somos”, cuenta el artista guatemalteco de 48 años.
Con sus piezas, el realizador propone una experiencia sensorial moldeada por el ruido: “Quiero que la persona que vea mi trabajo experimente algo similar a esa sensación que queda al terminar de oír una canción de punk a todo volumen”.
En su serie muestra el autor propone un conglomerado de obras realizadas a partir de 2018 donde hilvana sentires incrustados en la urbanidad. Al final, establece, la ciudad de Guatemala y sus calles alimentan su inspiración junto con otras referencias como la música, la pintura, el cine y la literatura contestataria.
Las piezas que conforman Destructor se exhibirán hasta el próximo 24 de julio en la galería Punto D, un espacio inaugurado a mediados de este mes, y el cual nació a partir de la gestión del curador y asesor de arte independiente David Urbina.
Durante más de 20 años, Urbina ha desarrollado proyectos curatoriales y museográficos junto a las galerías Rozas-Botrán, Sol del Río, El Attico y Kilómetro Cero, así como en espacios independientes e institucionales que van desde Proyecto Poporopo hasta la Cooperación Española.
El director de Punto D sugiere que este espacio podría abrir diálogos artísticos en el Centro Histórico, en paralelo a otras iniciativas independientes que, así como la nueva galería, desarrollan exposiciones en la zona 1.
De esta cuenta, destacan esfuerzos de espacios como Perjura Proyecto, Casa Revoltosa, Centro Cultural Mosaico, Catafixia, Pagoda Imaginaria o Amano Casa.
“Se están gestionando proyectos simultáneos, cada vez con más visibilidad. Aparte de eso, interesa toda la energía de la ciudad donde podés ver matices diferentes entre el ruido. Esto, más que estorbar, me pone más atento a entender la diversidad y contraste que tenemos como país”, comparte David Urbina.
Líneas de exposición
Con una vista frontal al Palacio Nacional de la Cultura, y en el piso más alto del antiguo edificio Elma, ubicado sobre el Portal del Comercio en la Sexta Avenida de la zona 1, Punto D busca insistir en mostrar narrativas artísticas que brotan de diferentes zonas del país con un mismo lenguaje contemporáneo.
“Me interesa mostrar un tipo de obra que diga algo y que, aparte de llamar la atención desde la técnica, pueda invitar a la observación”, comparte David Urbina.
El curador menciona que la investigación y el seguimiento al proceso de los artistas serán líneas importantes para nutrir las actividades en la nueva galería. Según anota Urbina, esta operatividad busca ser crítica frente a dinámicas impersonales de otros espacios expositivos.
“Hay varios proyectos que quedan flojos porque su dinámica es impersonal. Solo piden al artista que lleve una obra para que sea exhibida y vendida. Creo que para un proyecto funcione debe haber un involucramiento y existir un intercambio constante de ideas, reunirse con los artistas, visitar sus estudios…”, señala el director de Punto D.
Sobre la forma de selección de artistas en la nueva galería, el entrevistado comenta que sus criterios se basan en la profundización de la justificación de obra y la línea artística que presentan los realizadores, así como también debe ser destacable la recopilación de su cuerpo de trabajo.
“Busco empaparme de sus ideas, pero en gran medida el criterio es una revisión de portafolios y en los manifiestos de los artistas, que es algo de lo que se peca en Guatemala porque muchos realizadores no profundizan en esto. Además de esto, no hago concesiones por amistad”, amplía Urbina.
Además de ser un espacio expositivo, Punto D busca acercar a coleccionistas con nuevas propuestas artísticas. “Me interesa una realizar una gestión personalizada y directa”, comparte Urbina. La galería abrirá sus puertas de forma gratuita los martes y jueves, a través de citas. Los sábados se llevarán a cabo visitas guiadas.
La obra y el espacio
Destructor, la muestra que inaugura Punto D, comenzó a prepararse hace ocho meses, mientras se gestaban las bases de la nueva galería. Según apunta David Urbina, la elección de Álvaro Sánchez como primer expositor respondió también a su propuesta fresca y alejada de cánones repetitivos.
“Es un artista con una técnica muy controlada y con una visión muy audaz. Hay una garra. Sus piezas pueden inquietar. Quizá no sea de la línea que pueda interesarles a todas las personas, pero es una obra concisa, ejecutada y densa”, sugiere el curador.
De acuerdo con Urbina, el nuevo espacio se dispone a resignificar la creatividad de los artistas. Los formatos serán determinados por los realizadores, de quienes además no se pretende que estén “casados con una sola técnica”, según apunta el director de Punto D.
Lejos de la perfección, se busca experimentar con herramientas o técnicas que comuniquen de forma concisa los múltiples imaginarios.
A decir de Álvaro Sánchez, el último nivel del edificio Elma donde se encuentra Punto D, funciona como catalizador para comprender el espacio y la metáfora que compone su exposición.
“La vista de la Plaza Central, con el Palacio Nacional y la Catedral te pega de alguna manera. Si pasas el suficiente tiempo contemplando ese paisaje urbano te da un panorama muy amplio de todas las historias que están aconteciendo en este preciso momento. Después de todo, soy de esas personas que quisieran conocerlas todas. Hablando de una manera más técnica, creo que el hecho de que la galería tenga diferentes espacios le aporta a la exposición una especie de línea de tiempo para dar una idea de lo que ha sido mi trabajo desde finales de 2018 hasta la fecha”, comparte el realizador.
Sánchez asegura que el nuevo espacio inaugurado y donde se conjugan las piezas, busca generar un afecto amplio en las audiencias. “De eso se trata el arte: Que salgas afectado de alguna forma”, dice el artista, quien además espera que su exhibición procure que se repiensen conceptos como “lo grotesco que también puede ser hermoso”.