La actividad se llevó a cabo el pasado miércoles en sus instalaciones y con la presencia de sus colaboradores quienes durante una hora se deleitaron al escuchar las melodías que se ejecutaron que incluyó ritmos étnicos, populares, académicos y participación vocal.
Selecto repertorio
El concierto se dividió en cuatro partes. En la última participó la soprano guatemalteca Ana Lucía Sulin.
El recital comenzó con la interpretación de melodías de raíz indígena, como parte del repertorio étnico y cultural con el que cuenta el conjunto.
Nim K’ij (Gran día), autoría de Godínez, fue la primera pieza que se escuchó.
A esta le siguió Xojol Quej o Danza de los venados, de la suite maya-kekchí El Paabanc, con arreglos de maestro Manuel Juárez Toledo. La primera parte finalizó con el son Maus quink o Quema del diablo.
En la segunda parte los músicos interpretaron la emblemática pieza del quetzalteco Mariano Valverde, Noche de luna entre ruinas.
“Esta canción tiene una particularidad, fue compuesta cuando Valverde vio a la ciudad de Quetzaltenango destruida por el terremoto de 1902, algo que le provocó mucha tristeza. De ahí surgió la melodía”, relató Godínez.
Después vino Boca con boca, del guatemalteco Rocael Hurtado, que fue escrita en un ritmo 6×8. “Este es un movimiento musical y con este nombre se comenzó a nombrar, pero con el tiempo se popularizó el término Guarimba, por Guatemala y marimba”, agregó Godínez.
La tercera parte del programa estuvo dedicada a los estudiosos de la música. En este segmento interpretaron El torito de quetzalteco, de Jesús Castillo, a quien Godínez considera el primer etnomúsicologo de la historia de Guatemala.
Después de esta se escuchó Concierto para flauta en Fa, Op 10, No. 1, del italiano Antonio Vilvaldi. En esta interpretación destacó la participación de Corina Valdez, con la ejecución de la flauta sopranino.
Voz de encanto
En la última parte del concierto se unió la soprano Ana Lucía Sulin para interpretar El Sembrador, —tema que se le interpretó al papa Juan Pablo II, en Castel Gandolfo, Italia, en 1996— compuesto por Léster Godínez
Luego interpretaron O mio babinno caro, de Giacomo Puccini.
El encuentro musical culminó con Luna de Xelajú, de Paco Pérez, que aplaudió el público de pie.
Marimba Nacional
El concepto de marimba de concierto nació en 1971 de la mano del maestro guatemalteco Léster Godínez, quien buscaba rescatar el valor artístico de este instrumento. Fundó la agrupación Marimba Nacional de Concierto, en 1975 que se ha presentado en Austria, España, Francia, Inglaterra, Italia, Portugal, Noruega, EE.UU. Canadá, Colombia, Venezuela, Brasil, Chile, Japón y Taiwán.
“Somos una entidad cultural que se dedica al estudio, promoción, difusión y desarrollo de la marimba, sobre principios de su dignificación y la del marimbista. En la actualidad está integrada por estudiantes de licenciatura en Música de la Escuela Superior de Arte de la Usac”, dice Godínez.
Después de esta agrupación surgieron la Marimba de Concierto de Bellas Artes, la Marimba de Concierto del Inguat, la Marimba de Concierto de la Presidencia y la Marimba de Concierto del Palacio Nacional.
Integrantes de la Marimba Nacional de Concierto.
- Hilda Suzana López, primer pícolo.
- Gabriela Cúmez segundo pícolo.
- Maximiliano Boche Fuentes, segundo tiple.
- Joshua Texaj, bajo de tenor y percusión.
- Sergio Amílcar Valle, centro armónico.
- Herbert Boche, bajo de marimba.
- Susana Lemus, contrabajo.
- Corina Valdez, tzijolaj y flauta sopranino.
- Ana Lucía Sulin, cantante soprano.
- Léster Homero Godínez Orantes, primer tiple y director titular.
Guardián de la historia
Léster Godínez es músico autodidacta. Nació en Taxisco, Santa Rosa, Guatemala, el 29 de marzo de 1953.
Es licenciado en Música y profesor de enseñanza media en Música por la Universidad del Valle de Guatemala (2007).
Tiene una maestría en Administración Pública en el Instituto de Administración Pública INAP. Fue el creador y director fundador de la Marimba Nacional de Concierto (1975). Con sus ensayos y publicaciones, Léster Godínez ha orientado su labor al estudio, promoción, enaltecimiento y revalorización de la marimba.
En el 2002 publicó la primera edición de su estudio La Marimba. Arte, cultura y fantasía en madera. Un estudio histórico, organológico y cultural. Recientemente presentó una segunda edición de la investigación.
La semana pasada el conjunto participó en un encuentro centroamericano de marimbas, en México. “Hubo un comentario que me conmovió. Un asistente se levantó al culminar mi exposición acerca de la marimba guatemalteca para decir que había que aceptar que los guatemaltecos eran quienes mejor conocían y ejecutaban la marimba, dijo Godínez.
Sus orígenes en el mundo
Respecto del origen de la marimba hay controversia. Se dice que es mesoamericana, pero esta hipótesis no está sustentada. “La marimba surgió en Mesoamérica entre 1492 y 1680, como resultado de la fusión de elementos culturales de África, Europa y América”, explica Léster Godínez en su libro La marimba guatemalteca.
Según la investigación, África aportó la idea de agrupar tablillas en sucesión para percusión, principio originario probablemente de Asia. En Europa este instrumento adoptó el sistema musical temperado —escala de 12 tonos—, que asigna nombre y sonido determinado a cada tablilla.
El aporte mesoamericano consistió en los materiales como la madera de hormigo —Platimyscium dimorphandrum—, especie exclusiva de esta área del continente americano y desconocida en África. En Guatemala se creó el concepto de marimba doble, que no se conocía y se le puso patas para que se pudiera interpretar de pie, según el investigador.
En la actualidad este instrumento es tan versátil que se pueden interpretar ritmos variados. “La marimba puede no ser de Guatemala, pero es indudablemente guatemalteca”, dijo la investigadora Erna Fergusson (1888-1964).
Especial web
Desde el 1 de febrero Prensa Libre ha publicado en su edición web información relacionada con piezas y compositores de marimba.
En el especial se se puede encontrar la historia de distintas melodías creadas para este instrumento guatemalteco.