La alegre y poco convencional película de Damien Chazelle es un tributo a la edad dorada de los musicales norteamericanos, reuniendo a estrellas que aparecieron juntas en la comedia romántica de 2011 Crazy, Stupid, Love (Loco y estúpido amor), con la rareza de cantar esta vez.
La historia de la lucha de un pianista de jazz y su novia actriz en Los Angeles rinde homenaje a los musicales clásicos con alusiones a Singing in the Rain (1952) y Grease (1978), así como los clásicos Bringing Up Baby (1938) y Top Hat (1935).
Emma Stone encarna a Mia, una romántica de ojos grandes que va de audición en audición fracasada en busca de conseguir algo grande, mientras Ryan Gosling es Sebastian, un pianista de jazz que tiene problemas para pagar sus cuentas.
La pareja se encuentra –una vez en un famoso embotellamiento de tránsito en Los Ángeles y luego en una fiesta subida de tono de celebridades — antes de cortejarse en unas secuencias de baile que rememoran a los íconos estadounidenses Fred Astaire y Ginger Rogers.