Según el rotativo, el fallecimiento de Mercedes Barcha, conocida como “La Gaba”, fue confirmado por Gabriel Torres García, sobrino del nobel, fallecido el 17 de abril de 2014, también en Ciudad de México.
Medios colombianos reportan que hace un año Barcha presentaba problemas respiratorios y por un tiempo se trasladó a Cartagena por recomendaciones médicas, recientemente regresó a México.
Su amor eterno
García Márquez estuvo enamorado de ella por años y le propuso matrimonio siendo una adolescente. La pareja se casó en 1958, después de un largo noviazgo y estuvieron juntos hasta el fallecimiento del escritor en 17 de abril de 2014. Juntos procrearon dos hijos, Rodrigo y Gonzalo.
Los biógrafos de Márquez, la describen como una descendiente de emigrantes egipcios. Nació en nació y vivió en Magangué, un municipio colombiano que está a orillas del Río Magdalena. Ahí su padre tenía una farmacia y Márquez la conoció porque viajaba a esa localidad ofreciendo medicinas junto a su padre.
Una temporado Gabo fue a vivir a París y su relación se mantuvo por medio de cartas. Se casaron en 1958, en la iglesia del Perpetuo Socorro, de Barranquilla. Los estudiosos de la vida del autor colombiano la describen a ella como su inspiración y quien le ofreció un respaldo imprescindible.
La obra cumbre del autor fue Cien años de soledad que nació en 1967. Fue a Mercedes a quien le compartió por primera vez acerca de esta inspiración y le apoyó mientras él renunciaba a sus empleos para dedicarse por completo a escribir. Casi año y medio llevó el proyecto.
El propio Gabriel García Márquez recordó en una entrevista que cuando terminó el libro él y su esposa lo llevaron al correo con la intención de enviarlo a la editorial en Buenos Aires.
“Eran 700 páginas, entonces lo pesaron y dijeron que costaba 83 pesos de México a la Argentina. Y Mercedes me dijo, no tenemos sino 45. Mira es muy fácil: partí el libro por la mitad y le dije: ‘péseme este libro hasta 45 pesos’. Pesaron hasta 45 pesos y estaban hojas como quien corta carne. Cuando llegó a 45 pesos agarré esas hojas, las envolví y las mandé y nos quedamos con el resto”, dijo.
Agregó: “Entonces nos fuimos a la casa y Mercedes sacó lo último que faltaba por empeñar, que era el calentador que yo usaba para escribir -porque yo puedo escribir en cualquier circunstancia menos con frío-, el secador que usaba para la cabeza y la batidora, se fue con eso al Monte de Piedad y le dieron unos 50 pesos”.
Relató que regresaron “con el resto de la novela al correo, la pesaron y dijeron: ‘Cuesta 48 pesos'”. “Mercedes pagó sus 50 pesos, le dieron 2 vueltos y yo me di cuenta de que cuando salimos del correo estaba verde del encabronamiento y me dijo: ‘Ahora lo único que falta es que esta novela sea mala'”, contó Gabo en una ocasión sobre las vicisitudes de su obra cumbre antes de alcanzar el éxito.
Ella también se encargaba de levantar los textos a máquina y le apoyo con otras actividades administrativas del escritor.
“Aunque su figura ante la opinión pública siempre fue la de una compañera silenciosa, su presencia, que quizás revela su carácter, firme e incondicional a lo largo de toda una vida, resulta ser el más profundo y elocuente homenaje”, describe una publicación de la Universidad Central, de Colombia que analiza la vida del escritor.
Jaime Abello Banfi, director general de la Fundación Gabo, publicó un mensaje emotivo: “Mercedes Barcha descansa en paz después de una vida plena. Su personalidad era única, una mezcla singular de inteligencia absoluta, fortaleza de carácter, pragmatismo, curiosidad, sentido del humor y hermetismo”.
La Fundación también hizo una recopilación de algunas de las palabras que García Márquez expresó sobre su esposa.
- “Mi signo es Piscis y mi mujer, mi esposa, es Mercedes”, afirmó Gabo a la revista argentina Crisis, en 1973. “Estas son las dos cosas más importantes que han sucedido en mi vida, porque gracias a ellas, por lo menos hasta el momento, he conseguido sobrevivir escribiendo”.
- “Mercedes tuvo que actuar como tantas otras mujeres colombianas durante las guerras civiles”, dijo Gabo en una entrevista en Playboy, en 1982. “[Mercedes] hubo de hacerse cargo de todas las cuestiones domésticas y de mantener en pie la casa mientras yo luchaba en el frente. Ella realizó toda clase de proezas maravillosas. Diariamente, de uno u otro modo me procuraba los cigarrillos, las cuartillas, todo cuanto necesitaba para escribir”.
- “Realmente, Mercedes es una gran amiga”, declaró en 1988 a O Globo.