El autor de las novelas El desfile el amor (1984), Domar a la divina garza (1988) y La vida conyugal (1991), entre otras muchas obras, pasó sus últimos días en su casa del centro de Xalapa, una vivienda poblada por su colección de 12 mil libros que dispuso donar a la Universidad Veracruzana tras su muerte.
A Pitol era habitual verlo caminar por las calles de la ciudad, asistir constantemente a comprar su periódico y en obras de teatro.
Lamentamos la partida de Sergio Pitol. Celebramos su vida y su legado literario, en el cual aportó a las letras universales una obra narrativa original, traducciones y ensayos que perdurarán a través de los años. Mis condolencias a sus familiares, amigos y a la comunidad cultural pic.twitter.com/OBPBZUmRwt
— Ma Cristina García C (@mcristina_gc) April 12, 2018
Poco antes que la enfermedad le afectara con mayor severidad, siempre acudía a todas las ferias de libro que se organizaban en Xalapa, sede de una de las universidades públicas más grandes del sureste mexicano.
En rincones de su vivienda aparecen recuerdos de sus viajes por París, Varsovia, Budapest, Roma, Moscú, Praga, Pekín y Barcelona, que son fiel reflejo de su vida nómada.
Justo cuando comenzó su enfermedad trabajaba en una novela que llevaría por nombre El triunfo de las mujeres.
La novela estaba ubicada en una época inmediatamente anterior al Segundo Imperio Mexicano (1863-1867) y los personajes eran un indígena del norte, un apache, una enanita que cantaba y bailaba, trapecista en un circo donde era la estrella principal, y su madre, la esposa de un político importantísimo.
Todas sus obras las escribió a mano y en papel, porque siempre consideró que el lápiz era una extensión de su brazo y de sí mismo, con la que transmitía todas sus emociones.
Creo que las fotos más bonitas entre escritores son las que se tomaron José Emilio Pacheco, Sergio Pitol y Carlos Monsiváis. pic.twitter.com/LUXLV24x3s
— 🐾Eduardo Lima Águila 🐾 (@lalo_lima) April 12, 2018
Durante parte de su vida lo acompañaron “Homero” y “Lola”, dos enormes perros que el escritor acogió y sacó de un refugio de animales.
Y los rostros de aquellos que fueron sus amigos y de escritores que influyeron en su vida aparecían en su despacho. León Tolstoi, Oscar Wilde, Antón Pávlovich Chéjov, Franz Kafka, Juan Rulfo, Alfonso Reyes, Manuel Pedroso, Carlos Monsiváis, Gabriel García Márquez y Juan Villoro, solo por mencionar algunos.
En sus años juveniles, Pitol participó en diversos movimientos de protesta al lado de su amigo Monsiváis, por lo que sabe el papel que desempeñan las juventudes en los cambios.
En marzo pasado, el escritor celebró su cumpleaños descansando en su casa, donde directivos del Instituto Veracruzano de la Cultura le festejaron con un pastel.