Las revelaciones las hizo en su autobiografía “The Great Peace: A Memoir”, próxima a ser publicada, algunos de cuyos extractos obtuvo la revista “People” en los que relata cómo sufrió abusos sexuales desde muy joven y cómo eso derivó en que se convirtiera en adicta a las drogas tras llegar a Hollywood.
A sus 42 años, Suvari recuerda cómo su vida cambió cuando estaba por cumplir los 13 años. “Entre los 12 y los 20 años fui víctima de repetidos abusos sexuales”, asegura, unas violaciones que comenzaron cuando ella y su familia se mudaron a Charleston, en Carolina del Sur, lo que le significaba ser “la chica nueva” en la ciudad y que “únicamente estaba tratando de encajar”.
Explica cómo un “buen amigo” de uno de sus tres hermanos mayores, a quien nombra como “KJ” para no revelar su identidad en sus memorias, la persuadía, perseguía y presionaba para tener relaciones sexuales, a pesar de su negativa.
Sin embargo, cuenta cómo un día, en la casa de “KJ”, este la llevó hasta su habitación y la violó. “Yo no quería hacerlo. Una parte de mí murió ese día. Me usó, se divirtió conmigo y luego se deshizo de mí. Me llamaba p… Nunca conseguí expresarme de una forma sana en el sexo. Perdí mi oportunidad. Y eso, sumado a que no me sentía ni vista ni escuchada, estableció el concepto que tendría de mí misma. Ese era mi valor”, relata.
Agrega que se sentía avergonzada por “permitir que algo así sucediera” por lo que “comenzó a establecerse un patrón” en su vida: “haz que funcione; sigue viva”. Y eso se tradujo en su mudanza, cuando tenía 15 años, a Hollywood, en California, para conseguir ser actriz.
La también intérprete de la saga “American Pie” recuerda en su libro que su primer agente, a quien consideraba su amigo y protector, quería tener sexo con ella. “Para entonces, mi familia se había desmoronado. Mi madre se había mudado y se estaba buscando a sí misma y mi padre estaba en declive mental y físico. Sentí que o bien no tenía otras opciones o bien que no era digna de una vida diferente”, escribe, antes de admitir que esto conllevó que comenzase a salir con quien no debía y se diese a las drogas.
“Recurrí a cualquier forma de automedicación que pude encontrar, únicamente para salir adelante, solo tratando de sobrevivir”, cuenta Suvari, que cuando cumplió 17 años conoció a un hombre al que se refiere en el libro como “Tyler”, que abusaría de ella sexual y emocionalmente, presionándola para tener tríos o recoger mujeres para llevarlas a su casa.
“Recuerdo pensar que, quizá, así era las relaciones: gritos, insultos, abusos”, dice en el libro, que sale a la venta el próximo 27 de julio en Estados Unidos. “Sentí que todo lo había provocado yo de alguna manera. De KJ a Tyler, aquello fue un proceso de destrucción”, reconoce.
Por fortuna, la carrera y la vida de Suvari cambió a partir de 1999, con 20 años, cuando en apenas unos meses estrenó la comedia “American Pie” y luego interpretó a la animadora Angela en “American Beauty”, recibiendo no solo elogios de la crítica sino también una nominación al BAFTA.
“Fue una experiencia hermosa tener la oportunidad de trabajar y de expresarme justo cuando necesitaba que (la actuación) me salvara”, reflexiona, aunque reconoce que estaba “viviendo una doble vida” en ese momento. “Cada vez que iba a un rodaje o que me entrevistaban, estaba actuando todo el tiempo. Era otro papel para mí. Uno en el que estaba bien”, añade, así como que rompió con Tyler y dejó de consumir drogas asistiendo a terapia y con el apoyo de sus amigos.
Tras divorciarse en dos ocasiones, Suvari ha encontrado el amor verdadero en la figura de Mike Hope, a quien conoció en un set en 2018. Tras casarse en octubre de 2018, su primer hijo, a quien han bautizado como Christopher Alexander, nació en abril de este año.
“Esta es mi verdad. Esta es mi voz. Estaba muy cansada de bregar con ello y esconderme toda mi vida. Espero poder ayudar a alguien más a encontrar su valentía. Si puedo aliviar el dolor de alguien más, pues deseo hacerlo, porque yo no tuve a esa persona. Esto es lo que he aprendido sobre mí. Y por primera vez me permito hablarlo y hallar la voz que quiero tener”, finaliza.