En las declaraciones concedidas a la publicación, que ya aparecieron el pasado abril en un artículo de la revista GQ -también del grupo editorial Condé Nast-, la primera dama refleja su posición de “no entrar en política ni en temas legislativos”, porque es Trump “quien se ocupa de esas cosas”.
De los consejos que le da a Trump “nadie se entera y nadie se enterará jamás, todo eso queda entre mi marido y yo”.
Melania Trump, en portada de febrero. Un reportaje que desvela cómo fue el pasado de esta intrigante primera dama. https://t.co/WP298EtGug pic.twitter.com/ZUNOvkYaEI
— Vanity Fair México (@VanityFairMX) January 26, 2017
Melania narra cómo conoció a su esposo durante la Fashion Week de Nueva York. Entonces no le quiso dar su número de teléfono, y lo que hizo fue pedírselo a él, porque “quería ver cuáles eran sus intenciones”.
“Hubo mucha química entre nosotros, pero su fama no me impresionó. Es posible que él lo notara”, relata Melania, de acuerdo con el avance proporcionado por Vanity Fair sobre el número que se publicará mañana.
Afirma que nadie la controla, que viaja con Trump cuando puede y que su esposo la “apoya mucho”.
“Si le digo ‘me voy a dar un baño o me van a dar un masaje’, él no se opone”, comenta.
Se muestra en contra del “bótox y las inyecciones”, porque las considera perjudiciales “para la cara y para los nervios”, y dice que nunca ha empleado estos métodos: “Todo es mío. Envejeceré con dignidad, como le pasa a mi madre”, afirma.
La revista también rescata el testimonio del hermanastro de Melania, Denis Cigelnjak, fruto de una relación que tuvo su padre con una mujer de su pueblo antes de casarse con la madre de la primera dama.
Cuando fue interrogada por este tema, Melania dijo a la publicación que la existencia de su hermanastro la conoce “desde hace años”, y pidió respetar la privacidad de su padre.