Formó un hogar desde muy joven. Se casó a los 17 años y procreó tres hijos: dos niñas y un niño. Su familia se multiplicó: dejó 27 nietos y más de 25 bisnietos. Esta última generación fue la que heredó sus dotes artísticos y la que lo despidió en San Juan Sacatépequez, donde le dieron el último adiós el 8 de febrero de 2015, luego de que sufriera un paro cardiaco, un día antes.
Tuvo una trayectoria prolífera. Formó parte de las mejores marimbas nacionales: Chapinlandia, Fraternidad Patzunera, La Perla de América, La Niña de Guatemala, Maderas de mi Tierra, Maderas de los Altos, entre otras. Como integrante de estos conjuntos llevó sus propias melodías a Colombia, Panamá, México y ciudades como Washington y Nueva York en EE. UU.
“El sentimiento de la marimba lo llevaba en su corazón y en su alma”, dijo el año pasado Ángel Mario Figueroa, impulsor de la marimba y amigo de Tactic por casi tres décadas. “Era una persona sencilla, sensata y noble —añade—, a pesar de ser un extraordinario compositor y ejecutante de marimba, motivo por el cual llegó a ser director de Marimba Maderas de mi Tierra”, durante varios años.
El talento de Tactic es algo que recuerdan constantemente sus allegados, entre ellos Byron Santizo —director de la Marimba Femenina de Concierto y la Marimba Fraternidad Patzunera, que trabajó con él en la grabación de un disco—, quien dice: “Era muy dedicado, con una creatividad extraordinaria para componer. La motivación que tenía la transmitía para ejecutar la marimba”.
La última vez que don Mario se subió en un escenario fue el 25 de julio del 2008, en el IX Gran Concierto Ensamble Nacional de Fabumarimbas. Su hija mayor, Felícita, recuerda que fue un momento grato para él, ya que el teatro estaba lleno y los aplausos no cesaban. Interpretó Mi Lupita, y entre el público estaba presente la musa que la inspiró.
Tactic, el bueno
En el 2008, Tactic sufrió un derrame cerebral. Desde entonces sus hijas decidieron mudarse a su apartamento, en Nimajuyú, zona 21 de la capital, para cuidarlo. Aunque recobró la movilidad, tomó la decisión de quedarse en casa, desde donde sintonizaba la radio y disfrutaba de las notas de la marimba.
El parque de esa colonia se convirtió en el punto de encuentro con sus vecinos, al que acudía todas las tardes para revivir sus anécdotas.
Sus amigos le decían Espejito, porque siempre andaba bien vestido, recuerda su hija mayor. “Se compraba mucha ropa para andar bien combinado, y le gustaba estar rodeado de mujeres. Cuando alguien de la familia venía a visitarlo, siempre se llevaba algo que mi papá le regalaba; era muy dadivoso”, recuerda Felícita.
Para sus hijos y amigos la mejor forma de recordar a este virtuoso marimbista es a través de su música, la cual seguirá presente. Efectivamente, Mario Tactic dejó un cúmulo de temas que forman parte del legado de la cultura guatemalteca.