ESCENARIO
‘Maladrón’: Una obra de Miguel Ángel Asturias para leer varios de los problemas de Guatemala en el siglo XXI
Durante la Filgua 2024 se realizó una puesta en común que analizaba la obra del Premio Nobel de Literatura y la cual ayudaría a mapear problemas medioambientales y de dominación autoritaria.
Monumento a Miguel Ángel Asturias sobre la Avenida de La Reforma en Guatemala. (Foto Prensa Libre: Alejandro Ortiz López)
A 50 años de su muerte, Miguel Ángel Asturias no ha contado con todas las reflexiones de su obra. Quizá faltan años, personas y recursos para continuar insistiendo en lo que sus escritos siguen produciendo aún en el siglo XXI.
Al menos así lo concluyeron los panelistas de la mesa Una lectura de Maladrón de Miguel Ángel Asturias frente a 500 años de mestizaje, realizada en la XXI Feria Internacional del Libro en Guatemala (Filgua).
Durante el encuentro se realizaron cuatro disertaciones en clave de ensayo que evidenciaron distintas interpretaciones sobre el poder tanto de las partes colonizadoras en la población, como en el territorio de Guatemala.
El escritor y Premio Nacional de Literatura, Rafael Cuevas Molina, a través de su ensayo Maladrón: La poetización de la debacle, compartió que la novela "no es otra cosa que la concreción de la idea de quien a través de la religión se domina al otro y la personificación del espíritu depredador de los colonizadores".
Cuevas Molina destacó que, desde el inicio, Maladrón alude a las características negativas de los dominadores, a partir de un lenguaje barroco asturiano, similar al que empleaba el cubano Alejo Carpentier. Según el panelista, el lenguaje de Asturias transforma la naturaleza en un personaje más de la novela, lo que refleja el amor del autor por su tierra natal.
"La intencionalidad de Asturias no es la misma que la de aquellos que buscan narrar sus intereses ante la corona española", explicó Cuevas Molina. "Uno de los fenómenos centrales de la conquista fue la construcción del 'otro' por parte de los españoles y a quien se le negó la condición natural y un alma. Cuando se cuestionó su humanidad, se le colocó en un lugar marginal de su nivel cultural, aproximándolo al nivel no humano", agregó.
Por su parte, Gladys Tobar, investigadora y documentalista asociada a la dirección del Instituto de Estudios en la Literatura Nacional de la Facultad de Humanidades de la Universidad de San Carlos en Guatemala, exploró la lírica empleada por Asturias.
"En Maladrón, Asturias persigue las raíces míticas y el momento decisivo con el universo mágico y tropical", dijo Tobar. La investigadora explicó que la técnica utilizada por Asturias es la de la descripción topográfica de un poema barroco, referida en el primer párrafo del libro a explicar la estación de verano, con una concatenación de la flora y la fauna.
Guisela López, escritora, poeta, crítica literaria y académica, consideró que Maladrón suele ofrecer una oportunidad para abrir una discusión crítica sobre las dinámicas de poder en la historia de Guatemala.
La ponente subrayó la importancia de cuestionar el ejercicio del poder en toda la obra de Asturias, citando como ejemplo Señor Presidente, donde se evidencia el ejercicio dictatorial a principios del siglo XX.
En el caso de Maladrón, argumentó que el pensamiento crítico radica en no ver a los conquistadores como héroes, sino en ser críticos con la invasión occidental. Además, enfatizó la necesidad de reflexionar sobre el lugar de las mujeres, destacando que la literatura ha sido permeada por relaciones desiguales de poder basadas en un orden de género que históricamente ha privilegiado lo masculino.
¿Qué legado deja entonces Maladrón? Según apuntó Artemis Torres, licenciada en historia y doctora en Filosofía, el libro puede ser una resignificación con justas demandas y batallas que se están dando en pocos espacios políticos y, sobre todo, en las calles.
"Cuando leemos a Asturias, lo hacemos nuestro. Porque nos está contando de forma novelada nuestra historia".
-Artemis Torres, historiadora y filósofa
"No soy especialista en literatura, pero me admiran esas palabras exactas. Asturias lo que hace es posicionarnos con formas estéticas profundas en ese hecho histórico, que amerita celebrarlo", dijo.
La académica destacó que la trama bélica de Maladrón permite aprender de ella y analizarla con la intención de dialogar e involucrarnos en la intimidad del pensamiento de Asturias.
"Hoy estamos a 500 años y esta novela debe ser un referente de lectura para las nuevas generaciones. Debe analizarse. Cuando leemos a Asturias, lo hacemos nuestro. Porque nos está contando de forma novelada nuestra historia", agregó.
Rafael Cuevas Molina también aseguró que Miguel Ángel Asturias perteneció a la intelectualidad propia de América Latina, cuya vida estuvo marcada por el exilio, y que esto se expresó en su literatura.
"No cabe duda que Maladrón ofrece análisis que apenas han sido atisbados. La obra de Asturias merece un centro de estudio para abonar a una identidad guatemalteca crítica, como el pensamiento martiano o bolivariano", afirmó.