Escenario

Luces y sombras 

El año que termina deja trabajos concluidos y tareas pendientes en las artes nacionales. Hubo mucho qué aplaudir, pero no poco qué lamentar. En la plástica, el crítico y galerista Guillermo Monsanto considera que “la Bienal de Arte Paiz dio un paso hacia otros derroteros y abrió las puertas a otro tipo de reflexión”.

Destaca el rescate de memorias y obras en diferente tipos de catálogo como parte fundamental de la historia de las artes. También la apertura del Centro Cultural Metropolitano a trabajos de búsqueda y el importante tercer lugar que Verónica Riedel logró en la Bienal Centroamericana.

Entre los aspectos negativos “están los numerosos decesos que enlutaron la panorámica visual”, dice.

Hay que agregar que las 12 obras que dejó el I Festival Internacional de Escultura en el 2007 finalmente encontraron su lugar definitivo en el Bulevar Juan Pablo II, zona 13.

Actor, director y dramaturgo, Monsanto comenta lo positivo de que se haya abierto otra sala de teatro en la Antigua Guatemala, “punto y aparte que lleve mi nombre”, y que se haya restaurado el Teatro de la Cúpula. “Hay diversas propuestas que necesitan espacios alternativos”.

Entre lo malo resalta la dificultad que tienen algunos colectivos para atraer público. Además, los escenarios también resintieron varias muertes de figuras relevantes.

En cuanto a la música, el chelista y compositor Paulo Alvarado considera que “más que logros, el 2008 nos dejó la intención de superar lo que se ha hecho en música académica en años pasados”.

“Uno de los ejemplos más positivos fue el I Concurso de Música de Cámara, que ganó un quinteto de bronces, y está dotado con la grabación de un disco. Es deseable que se repita cada año para estimular el florecimiento de este tipo de grupos musicales, aunque éste —como otros esfuerzos— es pequeño en comparación con lo que falta por hacer”.

“A cambio —dice— la restauración del auditorio del Conservatorio Nacional no se inició sino hasta fin de año cuando ya había sufrido bastantes daños y, por tanto, lleva meses inhabilitado. Su incidencia es considerable, pues se trata de la principal escuela de música del país y una de las salas de tamaño mediano más utilizadas en Guatemala”.

Pese al impulso que tomó la Feria Internacional del Libro y del incremento en el mercado editorial, para el escritor Mario Roberto Morales “lo mejor que ocurrió fue que algún escritor cayó en la cuenta de que escribir literatura se trata de no mentirse a sí mismo. Y lo peor, que se publicó demasiada mala literatura”.

Una tarea pendiente es levantar el perfil de la danza en Guatemala. Los 60 años del Ballet Guatemala pasaron sin pena ni gloria y las coreografías del Ballet Moderno y Folclórico dejan mucho qué desear.

Saldos positivos y negativos en el arte