Una vocera de la campaña de Trump no respondió de inmediato a los llamados que se le hicieron para conocer sus comentarios o para decir si contaban con una licencia para tocar las canciones de los roqueros británicos.
Trump, quien es un aficionado de la música, ha incluido temas de los Rolling Stones en sus actos de campaña por meses como parte de una banda sonora diversa que va de Elton John a la ópera y las canciones clásicas del rock, como You Can’t Always Get What You Want de los Stones, que ha sonado bastante en sus eventos. El martes en la noche en otro acto de campaña se escuchó Start Me Up.
Adele y el vocalista de Aerosmith, Steven Tyler, pidieron que el candidato dejara de usar sus canciones para levantar los ánimos entre sus partidarios. Neil Young también se quejó cuando el millonario dueño de bienes raíces usó Rockin’ in the Free World al anunciar que arrancaría su campaña el año pasado. En todos esos casos la campaña de Trump dejó de usar las canciones.
Los políticos no necesitan el permiso de los artistas para tocar su música en los actos de campaña, siempre y cuando la organización política que representan o el foro en el que estén cuente con una licencia general de las organizaciones de derechos de autor ASC AP y BMI para toda la música en su repertorio.
Pero los artistas sí tienen algunos recursos. BMI, por ejemplo, ha dicho que cuenta con una clausula en su acuerdo de licencia que permite a sus compositores o editoras objetar el uso de sus canciones. También tienen la capacidad de exlucir esas canciones de la licencia.