La ciudad fue completamente destruida por los yihadistas en marzo de 2015. Y según autoridades los daños a aquella ciudad han sido incalculables.
La importancia de la recuperación de Nimrud radica en que las ruinas que existían allí, antes de que más del 50 por ciento de ellas fueran saqueadas y destrozadas por los yihadistas, pertenecían a la antigua ciudad asiria del mismo nombre, que llegó a ser un importante centro de poder durante el reinado de Salmanasar I (1373-1244 a.C.).
Desde que el EI conquistó amplios territorios en Irak y Siria y proclamó un califato en junio de 2014, ha cometido destrozos en importantes monumentos arqueológicos, entre ellos en las ruinas grecorromanas de Palmira, en Siria, patrimonio de la Humanidad de la Unesco.