Para los amantes de los libros, revisar anaqueles y mesas con libros apilados es un encanto. Versiones de colección de Miguel Ángel Asturias, Rafael Arévalo Martínez o las crónicas de Enrique Gómez Carrillo son solo algunas de joyas que se encuentran en estas ferias. “Antes nos esperaban en los pueblos para llevar títulos que no se encontraban fácilmente”, comenta Gustavo Ardiano, vicepresidente la Asociación de Libreros de Guatemala.
La asociación se encarga de agremiar a los libreros de la Ciudad Capital y en la actualidad cuenta con 18 miembros que aportan ideas y promueven ferias para la venta de la literatura y el fomento a la lectura. Esta nació en 1983 como una iniciativa para llevar el arte y la literatura a Guatemala gracias a las ferias que instalarían en los parques y plazas del país.
“Mazatenango celebró la primera sede de las ferias municipales del libro. Poco a poco se fueron agregando más departamentos y cabeceras departamentales que nos llamaban para que llegáramos con nuestro cargamento de libros”, recuerda Ardiano.
En la Ciudad de Guatemala, en 1971, el alcalde capitalino de ese entonces, Manuel Colom Argueta instauró la primera feria municipal del libro, este año cumplió 45 años.
Problemática
La era digital vino a afectar las ventas de los libros, ya que la gente no compra tanto como antes, dicen los libreros, pero ese no es su mayor problema. “Pareciera que poco a poco, algunas autoridades municipales nos quisieran extinguir. Les interesa más el dinero y no el desarrollo del municipio”, comenta Victoriano Rodríguez, presidente de la Asociación de Libreros.
En los años recientes solo se celebran ferias en la Ciudad de Guatemala, Antigua Guatemala y Coatepeque. “No es solo una venta de libros; nosotros llevamos diversidad cultural y educación”, agrega.
Los libreros comentan que ha habido alcaldes que les cobran Q2 mil diarios a cada librero por montar su feria. “Claro, eso no lo podemos pagar y preferimos no hacerla”, añade Rodríguez.
Los libreros tampoco buscan espacios gratis. “Nosotros pagábamos con lotes de libros para las bibliotecas, pero el problema con este tipo de pago es que los alcaldes no lo aceptan porque tampoco les interesa las bibliotecas de sus comunidades”, opina Rodríguez.
En la actualidad, la asociación busca un apoyo para continuar con su labor. “Hablamos con el Ministerio de Cultura para que nos den un respaldo y esperamos una respuesta positiva”, concluye.
Otros casos
- La Feria Internacional del Libro en Guatemala se celebra desde el 2000 y comenzó como una fiesta literaria bienal. Desde el 2008 esta se celebra de forma anual. La feria es una oportunidad para los lectores para que encuentren novedades literarias. En el 2016 se calcula que ingresaron más de 46 mil personas a las más de 250 actividades que se efectuaron. En en presupuesto del Ministerio de Cultura se tiene programado un aporte de Q1 millón para su funcionamiento el próximo año. Esta será 13 al 23 de julio.
- En el 2017, en Guatemala, por segundo año consecutivo se llevará a cabo una feria literaria dedicada a los niños y jóvenes.Este encuentro tiene por objetivo acercar a al sector más joven del país a los libros y la lectura. “Nosotros vimos la necesidad de promover la literatura infantil y juvenil”, dice Brenda Monzón, directora de la Feria. El próximo año esperan recibir 15 mil personas y se desarrollará en mayo, en el Parque de la Industria.
