Escenario

La teoría que explica por qué los famosos fallecen de tres en tres reaparece con la muerte de Vicente Fernández

Desde 1959 existe una teoría que explica por qué los famosos fallecen de tres en tres y con la muerte de Vicente Fernández esa hipótesis vuelve a surgir.

Familiares y amigos asisten al funeral de Vicente Fernández. (Foto Prensa Libre: AFP)

Familiares y amigos asisten al funeral de Vicente Fernández. (Foto Prensa Libre: AFP)

Con el paso de los años la “casualidad” de que los artistas mueres de tres en tres se ha convertido en una teoría, pues en más de una ocasión hemos perdido en pocos días a tres celebridades.

La muerte de Vicente Fernández ha conmocionado al mundo del espectáculo y mucha gente también ha expresado su admiración y agradecimiento hacia la humildad y personalidad del cantante.

Sin embargo, el fallecimiento de Vicente Fernández no fue la única pérdida en las últimas horas, ya que en no más de una semana también fallecieron la primera actriz Carmen Salinas y a la escritora Anne Rice.

Desafortunadamente, una vez más se cumple la teoría de “Celebrity Death Rule of Threes”, la cual surgió en 1959, con el trágico accidente aéreo en el que perdieron la vida los músicos: Buddy Holly, Ritchie Valens y The Big Bopper. Ahora se dice que, a partir de ese suceso, cuando una celebridad muere, fallecen otros dos artistas.

En 2009, el mundo del espectáculo se volvió a sumergir en esta teoría, ya que tan solo en tres días tres celebridades perdieron la vida. El 23 de junio de ese año se confirmó el fallecimiento del comediante Ed McMahon y tan solo dos días después, Farrah Fawcett y Michael Jackson fallecieron.

En 2020, México perdió en cuestión de días a tres de sus más grandes estrellas. El 28 de mayo murió el músico y compositor Charlie Montanna, cinco días después se registró la muerte del actor Héctor Suárez y en cuestión de horas, pereció el actor Héctor Ortega.

Para los fans, la muerte de su artista favorito puede llegar a doler como la pérdida de uno de sus seres queridos, y este tipo de “coincidencias” hacen más grande el dolor de la pérdida.