La primera temporada de Stranger Things contaba la historia de cómo un niño (Will) desaparece sin dejar rastro en la localidad de Hawkins (Indiana) durante la década de 1980.
El grupo de amigos de Will se lanza en su búsqueda mientras su madre (Winona Ryder) abre una investigación con las instituciones locales para destapar una serie de misterios sobrenaturales relacionados con secretos del gobierno, que están detrás de la desaparición de su hijo.
Durante la investigación, descubren un laboratorio que realiza aparentemente estudios científicos para el Departamento de Energía de los Estados Unidos a través de experimentos sobrenaturales que recurren a pruebas con humanos, y también conocen a “Eleven”, una niña con habilidades psicoquinéticas que les ayuda a resolver el caso.
En esta segunda entrega, compuesta por nueve episodios -uno más que en la anterior-, los acontecimientos se desarrollan en otoño de 1984 en un marco de exploración de los fenómenos paranormales.
Will regresa al mundo real pero no de la forma en que todos deseaban, lo que llevará a su madre y hermano a implicarse en misteriosos sucesos para entender qué es lo que pasa dentro de la cabeza del niño y descubrir cuál es la amenaza que acecha ahora a Indiana.
El show continuará cargado de referencias a las películas de la década de 1980, como E.T el extraterrestre, Los goonies, Alien o El resplandor, y de todo tipo de detalles técnicos con la intención de respetar la estética que caracterizó los largometrajes de hace treinta años.
Se trata de una de las grandes revelaciones de la plataforma Neflix, que llegó a la pequeña pantalla el verano pasado, y que ha dado respuesta a un público joven pero también a gran parte de una generación que mira la década de 1980 con nostalgia y melancolía.
El grupo de niños protagonistas de Stranger Things relató a Efe que vieron casi todas las películas y estudiaron, con ayuda, los libros de la época de sus padres para poder adentrarse en el papel.
Will confesó que si tuviese que escoger alguna película de aquellos tiempos “sin lugar a dudas sería Los Goonies” aunque señaló que E.T el extraterrestre también estaba entre sus favoritas.
Por su parte, Gaten Matarazzo, que interpreta a Dustin en la serie, señaló que en esta entrega el público “se podrá adentrar en la historia de cada personaje” y comentó que su papel seguirá dando “momentos graciosos” a una proyección cuyas escenas de acción están “mucho más concentradas” en sus nueve capítulos.
Uno de los grandes fichajes de la temporada es el del actor Sean Astin, conocido por su papel en Los Goonies y El Señor de los Anillos, y que ahora interpretará a Bob Newby, un antiguo compañero de instituto de Hopper (David Harbour) y Joyce (Winona Ryder).
También se verán nuevas caras como las de Sadie Sink (Unbreakable Kimmy Schmidt) que interactuará con el grupo y ofrecerá “dinamismo” a la serie, Rob Morgan (The Knick) y Brett Gelman (Fleabag).
“En general, Stranger Things es diferente porque ofrece drama, comedia, fantasía” y esto es lo que puede inspirar a crear nuevas series de este tipo”, recalcó McLaughlin.