Un emocionado Díaz dedicó el premio a todo su equipo, pero, sobre todo, a esas víctimas y “a las mujeres que siguen de pie y que nos dan una lección de vida”.
Con la Cámara de Oro, Cannes distingue a la mejor ópera prima presentada en la selección oficial o en las paralelas Semana de la Crítica y Quincena de Realizadores.
Su jurado estuvo presidido por el cineasta camboyano Rithy Panh, que entre los 26 filmes aspirantes tenían en su criba, entre otras, “Sem seu sangue”, de la brasileña Alice Furtado; “Ceniza negra”, de la argentina Sofía Quirós Ubeda, y “Canción sin nombre”, de la peruana Melina León.
Este no es el primer reconocimiento que recibe el filme porque el miércoles 22 de mayo obtuvo el premio de la Sociedad de Autores y Compositores Dramáticos (SACD) de la Semana de la Crítica, sección paralela del Festival de Cannes que otorgó su máximo galardón a la cinta de animación “J’ai perdu mon corps”.
La inspiración surgió a partir de que el padre de Díaz, un militante político, desapareció en 1982 durante el conflicto armado interno de Guatemala.
“El que queda detrás tiene siempre la sensación de que el desaparecido algún día va a aparecer, y esa situación es terrible, porque siempre tienes esa esperanza”, apunta el director, que no quería hacer un filme autobiográfico, sino tomar sus sentimientos como punto de partida.
Díaz comenta que asistir al icónico Festival Cannes ha sido increíble. “No esperábamos tener la acogida con la que nos han recibido, el premio y los aplausos. Era un terreno desconocido para nosotros porque es un festival muy grande y es la primera vez que Guatemala va”, explica Díaz.
Además, agrega que lo más gratificante para él ha sido compartir con el equipo involucrado en el proyecto. El cineasta enfatiza en que una película no la hace una sola persona, y el hecho de que parte de la producción viajara a Cannes junto a él, incluyendo a los actores principales, completó la experiencia a la perfección.
Asimismo, comenta que estos últimos no habían visto la película hasta el momento de su presentación en el festival. “La descubrieron junto al público”, dice.
Nuestras Madres, que dura 1 hora y 18 minutos, se presentará en un circuito de festivales, y aunque aún no hay una fecha establecida, Díaz asegura que sí se presentará en Guatemala. Además, manifiesta un interés especial en presentarla en Alta Verapaz, lugar en el que se filmó la película. “Creo que hay que devolverle algo a la gente por todo lo que nos ha dado”, comenta.
Sobre el premio
El premio Caméra d’Or (Cámara de Oro) es un premio del Festival de Cannes a la mejor ópera prima presentada en alguna de las selecciones de ese prestigioso evento.
Las cintas que figuran en la selección Oficial, la Quincena de Realizadores o la Semana Internacional de la Crítica pueden optar a este galardón que fue creado en 1978 por Gilles Jacob y se entrega durante la ceremonia de cierre por un jurado independiente.
El último latinoamericano en recibir este premio fue el colombiano César Augusto Acevedo, en 2015, por su cinta “La Tierra y la Sombra”, antes de él lo hizo el argentino Pablo Giorgelli, en 2011 por el filme Las acacias.
Nuestras madres es una producción de Guatemala, Bélgica y Francia, según se indica en la web de la competición.