HORRORES IDIOMATICOS

La ortografía de los diminutivos

MARÍA DEL ROSARIO MOLINA

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El idioma español es rico en sufijos apreciativos, ya sean aumentativos, diminutivos, despreciativos, etc.

Los aumentativos no expresan aumento siempre, sino todo lo contrario: callejón, de calleja, diminutivo de calle. Tanto los aumentativos como los diminutivos tienen apreciaciones diferentes: Una casa grande es casota, y caserón, o casarón (sí, casarón), si a más de ser grande está destartalada. Por casona entendemos que se trata una casa con solera, no de las que tienen en los cimientos todas las bien edificadas, sino señorial, solariega. Si es muy grande, lujosa y elegante será una casaza (con zeta, igual que mujeraza, carrazo, etc.) A la pequeña se la llama casita, casitita, casilla, casitilla y, despreciativamente, casucha y casuca. Doy ejemplos: “Era una casota sin un estilo definido, en partes neoclásico, y en otras algo parecido al mudéjar, que había resistido los grandes terremotos del siglo XX. Al caserón donde vive el avaro hay que cambiarle casi todas las tejas que en sus amoríos han destruido los gatos. Aún viven en la casona los descendientes del hidalgo que no buscaba hacer fortuna, pues traía un mayorazgo. La casaza guarda antigüedades, pinturas, esculturas… Era una casita acogedora, decorada con muy buen gusto. Es una casilla, situada en la entrada de la lechería que los dueños destinan para el guardián. En esa casitita, que casi había que ver con lupa, habitaban el matrimonio y sus ocho hijos. La casuca donde moraba la herbolaria tenía un cuartucho donde guardaba las pócimas con que decía curar desde el reumatismo hasta el mal de amores”.

Los diminutivos terminados en ececito, ececillo, ececico, ecito, ecillo, ecico, cillo cito, cico siempre se escriben con ce. Es norma ortográfica que las palabras escritas con zeta, cambien esta por una ce antes de e y de i: caza, cacería; barniz, barnices, etc, y así cruz se transforma en crucecita, crucecilla; pez en pececito, pececillo, país en paisecito, paisecillo. Cuando se trata de plurales, el morfema de número no se toma en cuenta: peces, pececitos, pececillos, pececicos; pies, piececitos, piececicos, piececillos; lapices, lapicitos, lapicillos; narices, naricitas, naricillas; Van otros pocos ejemplos: “Es Semana Santa y por las calles desfilan procesiones con imágenes de Cristos que llevan cruces o crucecitas, según sea el tamaño de la efigie, pues también los niños cargan andas pequeñas. En este paisecito nuestro cada día vamos peor. Eran paisecillos que obedecían la todopoderosa tiranía de un imperio. Guarda esos lapicillos para que no los coja el chiquillo. Los pececicos nadan en una gran pecera (los sufijos ececico, ecico, cico son propios de algunas regiones de España y del sur de Centroamérica).

Es redundante pequeños piececitos, grandes casonas, etc., pues los sufijos señalan ya por sí esas características.

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