En forma paralela se veneraba a la Virgen Asumpta, en el valle de Las Vacas o de La Ermita, devoción que se arraigó con la llegada de las imágenes que se veneraban en Panchoy, y que fueron trasladadas a la nueva capital al ser destruido Santiago de los Caballeros, por los terremotos de Santa Marta, en 1773.
Devoción que perdura
“Los pobladores procedentes del Valle de Panchoy no solo llevaron sus bienes materiales, sino algo más importante: su devoción mariana, la cual heredaron a posteriores generaciones y subsiste por más de 200 años”, dice el investigador jocoteco Ernesto Sitamul, autor del libro De Panchoy a la Ermita, que presentó esta semana en ocasión de la fiesta patronal de la capital y del décimo aniversario de consagración de la imagen de la Asunción, de Jocotenango. “La Virgen de la Asunción se eternizó en la tradición de dos pueblos”, agrega Sitamul.
Origen
El patronazgo de la Virgen de la Asunción data de 1675, cuando en las vísperas del Día de La Asunción indígenas de la sierra de Canalitos, actual zona 24, se asentaron en lo que hoy es La Parroquia Vieja, zona 6, y edificaron un templo que se terminó de construir el 15 de agosto de 1723.
A ese pueblo se le denominó La Asunción del Valle de la Ermita, según el libro La Nueva Guatemala de la Asunción, de Pedro Pérez Valenzuela (1964).
Imaginería
El centro y signo de esta celebración es la imagen mariana, que representa el momento en que la Madre de Dios, es llevada al cielo por varios ángeles niños.
En la fiesta del 15 de agosto destacan tres imágenes: la venerada por los jocotecos del Valle de Panchoy, consagrada en el 2005; la “Virgen de los Indios”, y la que se encuentra en el altar mayor de la iglesia La Asunción, zona 2 capitalina. Estas esculturas provienen del Valle de Panchoy y aún no se ha identificado a sus autores.
Algarabía
Aunque la festividad por la Asunción de María es religiosa, nadie puede imaginarse esta fecha sin el festejo popular y el intercambio comercial que significa la Feria de Jocotenango. El historiador Luis Luján afirma que comenzó en la década de 1620, como un mercado de artesanías y comida, autorizada por el obispo de Santiago, fray Juan Diego Zapata y Sandoval.
Hoy como hace dos siglos los guatemaltecos visitan el templo de La Asunción, ahora situado en la zona 2, para cumplir con la tradicional visita a la Patrona de la Capital, participar en la procesión que visita la Catedral Metropolitana, para después disfrutar, en familia, de la feria de Jocotenango, jugar lotería, comer garnachas y bocadillos, tomar atol de elote, ponche, y pasear por el Hipódromo del Norte.