Escenario

|

Suscriptores

Karla de la Cuesta, activista social: “Soy del 2% de las víctimas que salen vivas”

Denunciar es lo único que podría detener a los criminales y salvar víctimas. Este es el mensaje que expande Karla de la Cuesta por el mundo.

Karla de la Cuesta, activista social: “Soy del 2% de las víctimas que salen vivas”

Karla de la Cuesta implementó un programa que les ha dado voz a las familias que sufren por la desaparición de personas o han sufrido por casos de rata de personas. Foto Prensa Libre: Esbin García.

En una visita reciente a Guatemala, la activista mexicana Karla de la Cuesta habló sobre parte de su experiencia como sobreviviente en la trata de personas y de cómo su vida y proyectos desde entonces se han enfocado en la denuncia y en no quedarse de brazos cruzados.

México es el tercer país en la trata de personas para pornografía infantil y mendicidad forzada, solo detrás de Tailandia y Camboya, de acuerdo con datos de la asociación internacional A21. Además, se calcula que en ese país hay de 85 a 90 mil personas desaparecidas, y gran parte de casos están relacionadas con trata de personas.

Ella superó la trata en el mundo del espectáculo y una de los mensajes que más quiere dar a conocer es que solo el 2% de las víctimas de estos delitos sobrevive y ella es una de las personas que logró salir.

Ella fue parte de las afectadas por el escándalo “Clan Trevi Andrade”. En enero del 2000, Gloria Trevi, su exrepresentante Sergio Andrade y María Raquenel Portillo, conocida como Mary Boquitas, fueron detenidos en Río de Janeiro, Brasil, bajo cargos de rapto, violación y corrupción de menores.

El caso se dio a conocer cuando la cantante Aline Hernández publicó el libro La Gloria por el infierno (1998).

A la acción

Al ser liberada gracias a la intervención de la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol), Karla regresó a casa con sus padres.

Ella había sido captada por una falsa promesa de una beca de estudios musicales, un tipo de internado que le llevó a vivir una serie de delitos que hoy tienen un nombre más claro: trata de personas, y que se da en el mundo con distintos fines de explotación, relata De la Cuesta.

Se topó con un duro sistema de justicia y otros retos en la sociedad que, según describe, en ese entonces era menos sensible al tema.

En su proceso, su identidad fue descubierta, se conoció su nombre y esto es también vulnerar sus derechos; tampoco tuvo apoyo psicológico, nada de lo que hoy es posible, recuerda Karla.

En su trabajo ha creado la Fundación Alas para Volar, en la que mantiene una campaña permanente de recaudación para suplir las necesidades de niños y adolescentes en cinco refugios en su país. Ofrece capacitación y empleo para las sobrevivientes dentro y fuera de refugios, atención a sobrevivientes con apoyo psicológico, dental, médico, laboral, así como acompañamiento de sueños y anhelos de los sobrevivientes.

¿Qué anécdotas le han impactado en la labor social que hoy hace?

A veces, al salir de eventos se acercan personas que me cuentan su historia, que han sido víctimas.  Les pregunto si han denunciado, y me responden que no, que ellos han perdonado y siguieron adelante.

Esto es grave, porque las personas que han pasado por abuso de violencia, trata de personas y cualquiera de estos delitos consideran que hay que secarse las lágrimas y seguir adelante, y esto me duele, porque no es lo correcto.

Es bueno que se perdone y se siga adelante, pero a la par es prioritario denunciar, porque ese delito al no salir a la luz hace que la persona no sea la única víctima y se permite que el delincuente siga explotando a otros, porque está en la impunidad para seguir destruyendo otras vidas.  El 98% de las víctimas no sobrevive y quienes quedan tienen secuelas físicas y emocionales el resto de su vida. La denuncia es tu derecho y tu poder.

Karla de la Cuesta, activista social: “Soy del 2% de las víctimas que salen vivas”
Karla de la Cuesta ha creado durante años una red de apoyo para víctimas de trata de personas y otros delitos. Empezó después de haber sobrevivido a ese delito. Foto Prensa Libre: Cortesía de Fundación Alas Abiertas

¿Cómo ha evolucionado el tratamiento de estos casos en su país?

En el 2012, conocí a la Comisión Unidos contra la Trata, y no entendía que había sido víctima de este delito. Sabía que había pasado cosas graves, pero no sabía cómo se llamaban, y cuando empiezo a escuchar testimonios me doy cuenta de que todos se parecen a lo que viví. Ese mismo año se promulgó la ley contra trata, en la que están tipificadas 11 formas de explotación, y empecé a investigar. En el 2015, hice mi propia fundación, llamada  Alas Abiertas, porque esta información me dio poder y entendí que el silencio es el mejor regalo que le puedes dar a un victimario.

Fue un primer paso de sanidad porque por fin sabía cómo se llamaba todo eso que me había dolido.  Me hice abogada y he convivido con docenas de víctimas.

Para llegar al público y a los jóvenes, la Fundación lleva actividades lúdicas y teatro como parte del mensaje. ¿Cómo ha sido la creación de esas dinámicas?

Tenemos conferencias, foros y otras maneras de llegar a la población, pero una de las primeras acciones fue la creación de una obra de teatro. Es distinta, porque te ríes, te diviertes, porque el engaño o enganche para los jóvenes llega en el momento más común, en una fiesta, con un novio o en una oportunidad que se mira “padre” —algo que está muy bueno—. Ahí viene esa trampa de la historia de la que nadie quiere ser parte.

También tratamos de compartir con víctimas, niñas, niños y  adultos, porque al salir de los refugios hay muchas necesidades, así les apoyamos con otras cuestiones complementarias. A una sobreviviente se le hizo un injerto capilar, le arreglamos sus dientes porque físicamente la lastimaron y también tratamos sus várices. Ella durante dos años  tenía prohibido sentarse.

Si no estamos como sociedad civil para apoyar cómo hacen las personas para responder a todas estas necesidades.

En el caso actual de las redes sociales, el internet y de cómo se capta a los jóvenes podría compartirnos el peligro que existe.

Vemos que a través de los videojuegos es cada vez más común que los grupos delictivos capten a los niños y niñas menores de edad. El niño no percibe en su inocencia qué está pasando.

Se les capta no solo para explotación sexual, sino también para laboral o para fines de delincuencia.

En un caso reciente, un taxista vio que un niño llevaba mucho dinero e hizo la denuncia. El niño había sido captado a través de un videojuego, y esta denuncia permitió que lo rescataran… Ahí se ve la importancia de hablar  y del poder que tiene. Por lo regular, las personas piensan “y para qué me meto”, pero no es así.

Como adultos de qué otras maneras podemos actuar para proteger a nuestros niños y jóvenes.

Karla de la Cuesta, activista social: “Soy del 2% de las víctimas que salen vivas”
Con su mensaje ha llegado a miles de personas. Visita con frecuencia distintas instituciones educativas y otros programas. Foto Prensa Libre: Cortesía de Fundación Alas Abiertas

Entender que no somos los amigos de nuestros hijos. Existe un punto medio  en la comunicación, tenemos que estar abiertos a ser un canal de comunicación con ellos.

Se dice entre expertos que no nos metamos en las redes de nuestros hijos, pero es importante estar alertas y también saber dónde están, ser precavidos.  Ni los adultos están fuera de peligro,  también han sido captados.  En México tenemos el caso de María Fernanda Tlapanco. Tiene 10 años de estar desaparecida, y era una joven tranquila, hogareña, y una de sus últimas comunicaciones fue con alguien en Facebook.

¿Cómo quisiera que el mundo fuera más consciente de este problema?

En la trata de personas todos estamos expuestos. No tendremos avances mientras sigamos creyendo que le pasó a algunas chicas porque buscaban salidas fáciles, porque eran ambiciosas o saber qué hicieron los padres… Repartimos culpas, cuando los culpables de los delitos son los delincuentes.

Reconocimientos

Con su mensaje ha llegado a miles de personas. Visita con frecuencia distintas instituciones educativas y otros programas.   Ha estado en sensibilización a  instituciones dedicadas al tema.

Internacionalmente, ha viajado a Bélgica, Estados Unidos, Francia, España  y Suiza, en el Palacio de las Naciones (ONU), entre otros.

Premios

  • Medalla Iberoamericana Honoris Causa
  • Premio Activista Social del Año 2016 por la revista Valores
  • Premio Ignacio de la Llave a lo más destacado del civismo y los valores
  • Premio en Derechos Humanos Humaniza por su labor contra la trata de personas por la Codhe
  • Revista 100 Mujeres Poderosas Forbes 2016 por labor contra la trata de personas
  • Mujer Agente de Cambio 2020 por la Fundación Honoris Causa
  • Medalla al Mérito en Defensa de Víctimas 2020 otorgado por la Comisión de Atención Especial a Víctimas del Congreso de la Ciudad de México

 

“Si no me hubieran rescatado, jamás hubiera podido escapar… Hoy tengo la oportunidad de estar frente a quienes construyen una nueva historia”, Karla de la Cuesta, activista social

Salvar vidas

Denuncias en Guatemala

Crime Stoppers Guatemala trabaja en el país desde 2017 y promueve la denuncia anónima de delitos de alto impacto.

Si sospecha que alguien es víctima de prostitución ajena y explotación sexual, trabajos forzados y explotación laboral, mendicidad, pornografía, matrimonio forzado o servil, adopción irregular, servidumbre, tráfico de órganos, llame al 1561 o acceda a www.tupista.gt de Crime Stoppers. El anonimato de la denuncia está totalmente garantizado.

Crime Stoppers es una plataforma internacional que facilita la participación ciudadana sobre hechos delictivos en su comunidad. A la fecha, el programa se implementa en ciudades de Estados Unidos, Canadá, Europa, el Caribe, América Central, Australia y África, y genera una comunidad global que resuelve un delito cada 14 minutos en alguna parte del mundo.

ESCRITO POR:

Ingrid Reyes

Periodista de Prensa Libre especializada en periodismo de bienestar y cultura, con 18 años de experiencia. Premio Periodista Cultural 2023 por el Seminario de Cultura Mexicana y premio ESET región centroamericana al Periodismo en Seguridad Informática 2021.