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La salud de Lagerfeld se había degradado en los últimos meses y en enero pasado el modisto ya no apareció, como era habitual, en el último desfile de alta costura que firmó para Chanel en la pasarela de la capital francesa.
Su rostro, siempre escondido tras unas gafas oscuras, y su eterna melena canosa, dejaron de aparecer en los actos públicos de la sociedad francesa, lo que disparó los rumores sobre su estado de salud.
Nacido en Hamburgo pero instalado en París desde los años 50, Lagerfeld creó su propio estilo, inconfundible, para abrirse un espacio propio entre las leyendas de la moda y era considerado por muchos como uno de sus grandes iconos.
Vestido siempre de traje negro, la mayoría de las veces con camisa blanca y tocado con alzacuellos, su acento alemán no le impidió convertirse en un personaje mediático en Francia, habitual de los estudios de televisión y también de numerosas campañas humanitarias.
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Pero fue sobre las pasarelas donde desplegó su talento, renovador y poderoso.
Trabajó para Pierre Balmain, Jean Patou y Chloé, antes de colaborar para la casa italiana Fendi, que en 1965 le convirtió en su director artístico, puesto desde el que en 1983 saltó a Chanel, donde forjó su leyenda.
Legado de genialidad
Además de un brillante diseñador, fue fotógrafo y promotor de la cultura. Lagerfeld logró establecerse entre las leyendas de la moda y mantenerse en la cima porque supo seducir a las nuevas generaciones con propuestas modernas arriba de la pasarela.
En su sitio web oficial se lee esta descripción del genios de la moda:
“Él es más grande que la vida. Una fuerza de la naturaleza. El gurú de la moda en el borde del futuro. Karl Lagerfeld es famoso por decir su verdad: inspirador, intrigante y, a veces, provocativo.
Polémico pero venerado, él mismo se veía imprescindible: ‘Hago doce colecciones al año, no veo muy bien quién podría hacerlo en mi lugar, aunque a muchos les gustaría’, declara.”.
Lagerfeld nunca tuvo una formación académica formal en materia de diseño, pero su talento innato siempre lo supo guiar.
“Yo hago lo que dicta mi instinto”, señalaba constantemente el afamado diseñador, quien perteneció a una familia de clase media alta.
Su llegada a Chanel
Lagerfeld llegó a los 22 años a París y será recordado por haber sido una mente maestra para Chanel.
Cuando el diseñador llegó a la mencionada empresa, esta se encontraba en su peor momento y solamente se sostenía por su línea de perfumes, algo que actualmente sucede con la mayoría de las marcas de lujo.
El futuro de la boutique no era prometedor, pero Lagerfeld aceptó el desafío y le dio un nuevo giro para convertirla en algo actual, pero que siempre mantuvo su ADN. Así fue como Chanel renació.
“Cuando entré en la maison -casa Chanel- nadie quería ponerse su ropa ni llevar sus accesorios. Nadie vestía de Chanel. Así que me lo tomé como un reto. Los dueños me dieron carta blanca para crear, para hacer algo que funcionase, pero sin presión. Insistieron en que con mi llegada vendría el éxito y así fue. A mí me atrajo la idea de resucitar algo que estaba muerto”, explicó Lagerfeld en una de las muchas entrevistas que ofreció a medios internacionales durante su carrera.
Además de ser el faro de luz de Chanel, el diseñador fundó su propia marca, la cual llevaba su nombre y destacó por combinar el lujo sofisticado con su lado más rockero y provocador.
El uso amplio y novedoso del tweed -un tejido rico en colores y texturas-, los diseños de dos piezas, y la línea de accesorios son parte de su legado. Además, introdujo novedades como minifaldas, pantalones con lentejuelas, géneros nuevos como el plástico, y una línea más urbana.
Las innovaciones de Lagerfeld lejos de provocar rechazo fueron recibidas con gran aceptación.
Secreto del éxito
El diseñador sabía que para sobresalir y mantenerse vigente debía seducir a los jóvenes, por lo que forjó alianzas con firmas low cost como H&M, Vans o Puma; además, contrató personalidades como Kendall Jenner o Kaia Gerber para lucir sus diseños.
En el 2015 se le otorgó el British Fashion Awards por su trayectoria: “Lagerfeld es extraordinario. Es el maestro de la excelencia, de lo excepcional, es la figura más icónica de la moda”, señalaron los organizadores de la entrega del galardón.
Incansable, Lagerfeld se esforzó por mantenerse activo sin importar la edad o su estado de salud.
“Nunca he pensado en la jubilación”, dijo el visionario que este martes ha dejado un vacío en el mundo de la moda que será imposible llenar.
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